La Semana de la Moda de Sao Paulo cambia de aires ante un mundo de “rupturas”

Ante un mundo de “rupturas” y bajo el lema “Transposición”, la Semana de la Moda de Sao Paulo propone en su 46ª edición ser un punto de convergencia entre innovación, reivindicación, creatividad y, sobre todo, libertad de expresión.

El símbolo más expresivo de esa transposición, según cuenta en una entrevista con Efe el director creativo de la “Fashion Week” paulista, Paulo Borges, es el cambio del tradicional escenario, del parque Ibirapuera a Arca, un galpón abandonado en la zona oeste de Sao Paulo.

“El cambio para un nuevo local es un símbolo muy fuerte de esa mudanza en el mundo. Y si uno no provoca los cambios, no ocurren”, expresa Borges.

El galpón, que en sus años dorados solía ser una fábrica metalúrgica, ahora se convierte en el escenario de la Semana más glamurosa del gigante suramericano, en la que su creador optó por conservar toda la peculiaridad de su estructura y arquitectura.

“Este nuevo espacio saca a todos los presentes de su zona de conforto, es un terreno que nunca se había visto, que nadie nunca había pisado. Cuenta con una estructura bastante significativa y yo no escondo la fábrica”, subraya el director.

El cambio de dirección ya estaba en el horizonte de Borges hace algunos años, pero solo ahora tomó forma concreta, por lo que el director confía en que se trate del “nacimiento” de “algo nuevo sobre una cosa que ya se conoce hace 22 años”.

“Aquí estamos todos en una página en blanco. Aparte del calendario de desfiles, todo es nuevo: la altura de las columnas, la ausencia de puertas, el ambiente de los desfiles”, completa.

Nada más cruzar las fronteras de la antigua fábrica, los visitantes se trasladan a un pintoresco escenario, donde las ampliadas proporciones y extensiones no pasan desapercibidas para nadie.

Si por un lado la apuesta de Borges era proporcionar a la Semana de la Moda de Sao Paulo un cambio de aires, por otro buscó dar un “nuevo significado” no solo a su formato, sino también a su contenido.

Así, entre las atracciones más esperadas de esa 46ª edición están las creaciones del Proyecto Estufa, cuyos participantes protagonizarán siete de los 31 desfiles programados hasta el próximo día 26.

El Proyecto es un “compuesto transversal” de la Semana, en el que áreas variadas se entrelazan, como moda, sostenibilidad, diseño, innovación y ciudadanía, y cuyas experiencias y resultados serán exhibidos en primera mano en la pasarela.

Pese a que el carácter reivindicativo siempre estuvo presente en la Semana de la Moda de Sao Paulo -“siempre fuimos un terreno fértil para la creatividad”-, esta edición se celebra en los días que preceden a la segunda vuelta de las elecciones más polarizadas desde la redemocratización de Brasil, en 1985.

Borges asegura que la sincronía de fechas fue la “más pura coincidencia”, pero cree que puede ser un momento oportuno para la discusión y “construcción de una identidad a partir de las bases culturales” del país.

“Somos un país joven, de una cultura joven, que fue colonizado durante muchos años y es altamente mezclado. Y eso necesita ser reconocido por sus habitantes”, expresa.

Completa que Brasil se encuentra en una situación muy “específica” y “caótica”, donde las personas “solo quieren hablar y no escuchar”. Así, en su opinión, la moda se presenta como una plataforma de reflexión, propulsada por la observación de variadas “expresiones distintas”.

“Moda no es ropa. Moda es un instrumento de comportamiento social y cultural de su tiempo. Aquí siempre será un lugar para ejercer la creatividad, y creatividad es sinónimo de libertad”, sostiene Borges.

Asimismo, el director cree que, a pesar de todas las dificultades, “las maravillas del mundo están ahí” y cabe a cada uno “mostrarse vivo frente a las cuestiones que son impuestas”.

En un mundo que pasa “por un proceso de ruptura”, la 46ª Semana de la Moda de Sao Paulo aterriza en la capital paulista con el propósito de instar a la provocación, la busca constante por “el nuevo” y, por encima de todo, la transposición.

“Migramos del centro a la periferia. Eso rompe con el raciocinio de qué es centro y qué es periferia. Se trata de una transformación más allá del discurso, en la vida real, que es donde ella tiene que suceder”, recalca Borges.