“Sentid2”, lo nuevo de Antonio José, último ganador de “La Voz”

El ganador del concurso “La Voz” del año pasado, el cordobés Antonio José, acaba de editar su cuarto disco, “Sentid2”, “un sueño”, dice en una entrevista con EFE, en el que “el amor y la innovación van de la mano” y para el que ha compuesto nueve de sus 12 temas.

“Grabar este disco ha sido una experiencia única en la que he tenido que trabajar día y noche y he puesto todos mis sentidos, de ahí el título”, explica.

Con “Sentid2” ha querido reflejar cómo su música “ha cobrado sentido”, desde sus primeros pinitos en la industria representando a España en Eurovisión Junior, con 10 años cuando, además, publicó sus dos primeros discos, hasta ahora.

Este es el cuarto disco de Antonio José (Palma del Río, 1995) y el segundo desde que ganase “La Voz” en 2015, y ha contado con la colaboración de artistas como David Santisteban o Vanesa Martín.

Al ser autor de gran parte de las letras afirma que puede “sentirlas, cerrar los ojos y cantarlas sin necesidad de leer”.

En el disco el amor ocupa “una parte muy importante” aunque también hay hueco para la música, el maltrato, la inmigración e, incluso, la muerte.

Es fruto de una idea que tenía desde hace años “entre ceja y ceja”, y con el que busca ofrecer un sonido “innovado”, pero sin olvidar sus raíces.

“Si por mí hubiese sido, el primer disco después de 'La Voz' hubiese sido con temas inédito, pero las condiciones obligaban a incluir varias versiones”, aclara sobre “El Viaje”, trabajo que publicó el año pasado y en el que versionaba temas como “Aprendiz” o “El Perdón”.

Desde su infancia no había vuelto a pisar un estudio hasta el año pasado cuando ganó “La Voz”, y es que disfrutó de una adolescencia “tranquila” en la que sus padres no permitieron que “perdiera” su juventud.

“Jugaba con mis amigos a la pelota en la calle y mi primera cerveza me la tomé con mi padre”, recuerda.

Además, no olvida que entró en “La Voz” gracias a la insistencia de su madre, porque él estaba “peleado” con su música debido a las “puertas cerradas” con las que se había topado.

Ahora, ve estos rechazos como algo positivo, “no todo es llegar y tocar el éxito. A mí no me gusta la fama, lo que de verdad me gusta es cantar y creo que soy un pincel en manos de la música, estoy para complacerla”.

“La música -insiste- es el pellizco que mueve el alma, el motor de mi vida, el corazón del mundo, no hay nada como ella para conectar el cielo con la tierra”.

Quiere disfrutar de una carrera de “largo recorrido”, algo que solo podrá lograr, intuye, “siendo él mismo, sabiendo de dónde viene, lo que quiere y sin perderse por el camino” y si algún día eso fallara, inventará “algo” para salir del paso.