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El juez Taín: La justicia ha perdido diez años en solucionar la corrupción

El juez Taín: La justicia ha perdido diez años en solucionar la corrupción

EFE

Madrid —

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Se ha hecho “famoso” por investigar el caso Asunta, el robo del Códice Calixtino y la lucha contra los narcos, pero además el juez José Antonio Vázquez Taín es ya un “veterano” escritor. Su cuarto libro, “El mar sin fondo”, se sumerge en la España corrupta contra la que la Justicia ha perdido diez años.

Una novela negra en clave judicial, con asesinato a un expresidente del Gobierno incluido como “enganche”, en la que Taín no se anda con chiquitas para retratar la realidad del “pelotazo” inmobiliario, de los negocios sucios, de las puertas giratorias de los políticos, de la financiación ilegal de los partidos, del cobro de comisiones y de las corruptelas de dirigentes políticos y sindicales.

“Es nuestra situación actual y, aunque sea ficción, sirve para que el lector se dé cuenta del volumen existente de la corrupción, un problema de todos”, opina el juez en una entrevista con Efe, en la que reconoce que la Justicia “ha fallado mucho”.

Desde su experiencia, lamenta que en los últimos diez años la administración judicial lo único que ha hecho es dar publicidad y poner en portada los casos de corrupción, pero “aún no ha caído ninguna sentencia”.

“Solo se ha puesto de relieve el problema pero no la solución. Cuatro jueces valientes han dirigido operaciones pero, ojo, no lo hemos frenado ni solucionado. Cada día se sigue descubriendo más” asegura Taín que, como el título de su libro, está convencido de que este mal no ha tocado fondo.

El freno, revela, no lo pueden dar los jueces en solitario porque no tienen capacidad para dar soluciones ágiles. “No estamos preparados. Es imposible arrastrar un carro de un caso con más de 15 o 20 tomos si solo empuja un juez que le puede dedicar unas horas cada mes”.

Porque el problema es no haber atajado en su día el origen de la corrupción. Hay que remontarse, sostiene Taín, a la Transición para analizar que estas prácticas se asentaron aquellos años con la España del pelotazo, un periodo que también cuela en la trama de su novela para descubrir que de aquellas lluvias estos lodos.

Y Taín se lo descubre al lector de “El mar sin fondo”, publicado por Espasa, con cinco personajes “muy humanos” de que existen sectores que engañan al usuario de forma habitual y de que el sistema alberga la hipocresía de la financiación ilegal de los partidos contra la que juez expone una “sencilla solución”.

Tan simple, dice, como que se reconociera que los partidos cuestan dinero y que las donaciones se deberían regular en vez de prohibir.

Menos optimista se muestra para acabar con toda la corrupción porque entiende que es “un problema de mentalidad” de toda la ciudadanía. “Hasta que la gente no piense como en Alemania que el bien común es el de mi familia y no desterremos la idea de que vivir en sociedad me permite robar al resto, no habrá solución definitiva”.

A esta reflexión desea Taín que el lector llegue al leer “El mar sin fondo”, donde ha evitado siglas de partidos e ideologías, pues para radiografiar la situación real hay que eliminar la pasión y los partidismos.

Una novela de fácil lectura, como le gustaría al juez gallego que fueran las sentencias y demás escritos de sus colegas, que deberían pensar en el cliente más que en su abogado, que es finalmente quien tiene que “traducir” el muchas veces incomprensible lenguaje jurídico. Laura Camacho

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