Vuelve “Copenhague”, teatro de palabra con Hipólito y Gutiérrez Caba

Un texto merecedor del Tony a la mejor obra de teatro; un director aclamado, el argentino Claudio Tolcachir, y unos intérpretes “de lujo”, Emilio Gutiérrez Caba y Carlos Hipólito, tejen en “Copenhague”, que estrenará mañana La Abadía, un ejemplo de teatro de palabra y reflexión.

Michael Fryn estrenó en 1999 “Copenhague” y al año siguiente recibió tres premios Tony, entre ellos a la mejor obra de teatro, un texto que llegó a España, dirigido por Román Calleja y con Fernando Delgado y Juan Gea en los papeles principales, en 2003.

Ahora vuelve en un montaje, que ya ha girado por España, producido por PTC, dirigido por Tolcachir y con Gutiérrez Caba e Hipólito en los papeles principales; un “triunvirato” que “jamás había pisado” hasta ahora La Abadía, y en el que estarán hasta el 30 de junio.

La obra especula sobre lo que pudo suceder en un encuentro real que mantuvieron durante la ocupación nazi de Copenhague, en 1941, el científico danés Niels Bohr y su ex alumno alemán Werner Heisenberg, representante del estamento nazi.

El encuentro entre Bohr, especialista en física cuántica y ganador del Nobel de Física en 1922, y Heisenberg, que obtuvo el galardón sueco diez años después, es presenciado por la mujer del investigador danés, Margaret.

Sus investigaciones permitieron la construcción de la bomba atómica que cuatro años después mataría a cien mil personas en Hiroshima y Nagashaki: “fue Estados Unidos y no Alemania quien finalmente lanzó la bomba”, ha recalcado Gutiérrez Caba.

Frayn crea en “Copenhague” una ficción alrededor de este encuentro en el que se habla de física cuántica y de la bomba atómica, pero también, o sobre todo, de la amistad, el compromiso, la necesidad de saber y la ética.

El encuentro, decisivo para la historia y para sus propias vidas, se produjo en septiembre de 1941, cuando nadie creía que los alemanes iban a perder la guerra.

“Lo que ocurrió en ese encuentro es una incógnita que la obra intenta desvelar”, ha señalado Tolcachir en declaraciones a EFE.

“Es un texto precioso, lleno de emoción, intriga y humanidad”, ha precisado a EFE Hipólito, a lo que Tolcachir ha añadido que es “el más hermoso” de los que ha dirigido, con actores “tremendos” que se juegan en el escenario “la vida”.

“Emilio es un mito viviente con el que hasta ahora no había trabajado; con Carlos he hecho 'Todos eran mis hijos' y 'La mentira' y se puede hacer cualquier cosa con él porque siempre te llevará de viaje” a los que se une “la imprescindible” Malena Gutiérrez, ha precisado Tolcachir.

Frayn se atiene a los datos para crear una conversación ficticia entre los dos científicos y la mujer de Bohr y sitúa la acción en un lugar “límbico”, seguramente “una especie de eternidad”, ha detallado Hipólito sin querer hacer “spoiler”.

Aquella sesión terminó “muy mal” y los científicos nunca volvieron a hablarse, y es justo en el misterio de lo que pudieron decirse donde está “el tono policiaco” de la obra.

“Lo más maravilloso” de esta versión de Copenhague, según Hipólito, es que Tolcachir ha hecho un trabajo “extraordinario” con el “subtexto”, en el que hay “un sustrato emocional sorprendente que llega al público de forma muy potente”.