Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
LOS DISCOS DE LA SEMANA

Julian Casablancas y el 'spin-off' de The Strokes que compara Norteamérica con el Tercer Reich

Luis J. Menéndez

The Voidz

The Voidz

VirtueRCA / SonyPOP8/10Virtue

Por mucho que quienes conocemos su origen pudiente y aseada situación económica arqueemos las cejas, Julian Casablancas siempre ha gustado de presentarse ante el mundo como un rebelde. Más allá de lo ridículo (o no) de la imagen que el neoyorquino proyecta de sí mismo, lo cierto es que esa obsesión suya le ha llevado a menudo a jugarse el tipo discográficamente hablando.

Pocas bandas lo han tenido más sencillo que The Strokes a la hora de mantener su estatus de superestrellas. Y, sin embargo, a Casablancas y los suyos (pero sobre todo a Casablancas) hay que reconocerles al menos su fijación por el autosabotaje. El ejemplo más palmario de esa obsesión tuvo lugar hace cuatro años con el primer álbum de The Voidz: chirriante hasta resultar molesto y, por si eso no fuera suficiente, aportando una lectura claramente izquierdista que posiblemente levante ampollas en su elitista ambiente familiar.

El segundo disco de este proyecto vuelve a caminar por una senda bastante similar, tanto musicalmente como en lo que a temática respecta: no duda en plantear comparaciones entre la sociedad norteamericana actual y el Tercer Reich.

Es cierto que Virtue les da un respiro a los atribulados fans de The Strokes y, por extensión, a su sufrido sello multinacional. No hay más que escuchar el primer single que es también el tema de apertura del disco, Leave It in my Dreams, una bonita melodía pop con guitarras entrecruzándose al más puro estilo neoyorquino que perfectamente podría formar parte de Is This It o alguno de sus epígonos.

Pero si por algo se caracteriza musicalmente Virtue es por lo imprevisible de cada una de las canciones que lo componen, lo que convierte el conjunto en un álbum tan alocado como divertido. Ahí está por ejemplo la siguiente pista, QYURRYUS, con un autotune totamente pasado de vueltas que transforma el tema en una mezcla imposible entre Sisters Of Mercy, Omar Souleyman y The Fall.

El fantasma del recientemente fallecido Mark E. Smith (y de sus alumnos más ilustres, Pavement) se deja notar en otros momentos del álbum, como la enloquecida Black Hole. Pero en líneas generales las majaradas (insisto, bastante divertidas) encuentran constantemente su reflejo en composiciones marca de la casa, ejercicios de efectivo pop electrónico (All Wordz Are Made Up) y hasta un inédito formato acústico (Think Before You Drink) que, la verdad, le sienta la mar de bien. Tal vez le sobra minutaje, pero a lo largo de estas estas quince canciones encontramos tal cantidad de ideas que hasta eso resulta un mal menor.

Chris Carter

Chris Carter

Chemistry Lessons Vol.1Mute / [PIAS]ELECTRÓNICA★Chemistry Lessons Vol.1

8/10

Puede que carezcan del carisma y la personalidad desbordante de Genesis P-Orridge o del misticismo que asociamos a Peter Christopherson, sus dos compañeros en los esenciales Throbbing Gristle, pero imposible pensar en aquella formación sin poner en valor el papel de Chris Carter y, por supuesto, también de su pareja Cosey Fanni Tutti.

A la postre, con aquella semilla de maldad que fue Throbbing Gristle reducida a cenizas, ellos dos formaron Chris & Cosey para darle un impulso definitivo a la electrónica experimental (pero aún así bailable y con un corazoncito pop) de los años ochenta.

La cantidad de asociaciones y proyectos con diferentes nombres en los que Chris Carter ha venido colaborando de los ochenta en adelante son incontables, y entre ellos se cuentan un puñado de álbumes publicados en solitario bajo su propio nombre. Pero Chemistry Lessons Vol. 1 es el primer disco firmado por Chris Carter como tal en diecisiete años.

Y no sólo eso, también supone su debut en Mute, el prestigioso sello, casa de Depeche Mode y tantos otros, donde Throbbing Gristle terminaron recalando tras su reunión de 2004. Así que Chemistry Lessons Vol. 1 es en realidad bastante más que un puñado de piezas electrónicas con sabor a nostalgia empaquetadas en un disco destinado a los fans.

Carter lleva de hecho trabajando en estos temas desde antes de que Sleazy (Peter Christopherson) falleciera en 2010. Alguna de las 25 composiciones que forman parte del disco nacieron como una continuación natural del proyecto X-TG, formado por Carter, Cosey y Christopherson.

Parece especialmente evidente en temas como Corvus, solemne como el disco con el que revisitaban libremente el Desertshore de Nico. También de aquellas sesiones se recoge el gusto por el sampleo de voces, que Carter utiliza como un instrumento más, distorsionándolas hasta hacerlas irreconocibles. Aunque a lo largo de este Chemistry Lessons Vol. 1 hay sitio para eso y mucho más, recogiendo el testigo de su mejor disco, el primero de cuantos publicó bajo su propio nombre, The Space Between (1980).

Frankie Cosmos

Frankie Cosmos

VesselSub Pop / Popstock!POP7/10Vessel

A pesar de que el terremoto político-social que hemos vivido en la última década ha vuelto a poner en el primer plano la canción protesta, las cosas del corazón y el estado (o tal vez habría que decir “la inestabilidad”) emocional sigue siendo una cuestión capital.

Afortunadamente, siempre habrá quien convierta toda esa compleja maraña de sentimientos en canciones. Greta Kline es una de las jóvenes autoras que mayor empeño ha puesto en ello en los últimos años con su proyecto Frankie Cosmos. Este es su tercer disco “oficial”, aunque en su perfil de bandcamp encontrarás una cincuentena de discos registrados en casa al más puro estilo do it yourself.

Porque hasta hoy, el día en que Frankie Cosmos ficha con una discográfica tan ilustre como Sub Pop, el proyecto seguía los dictados más estrictos del indie pop verdadero, esto es, aquel que definieron sellos como Sarah Records o K Records. Sigue esos dictados tanto en lo formal, con unas canciones que perfectamente podrían haber firmado The Softies, como por la manera de entender la “industria” musical: el movimiento se demuestra andando y los únicos límites son aquellos que nos ponemos nosotros mismos.

Así las cosas, Vessel es, de largo, el trabajo más profesional de Frankie Cosmos hasta la fecha, aquel que cuenta con un sonido más brillante y el que ha sido grabado con toda una banda detrás, aquellos músicos con los que salió a girar el magnífico Next Thing (2016). De todo eso hablan sus canciones, pero también de una relación que se ha ido al traste y de cómo afrontar con ilusión el futuro a pesar de las zancadillas inevitables que nos pone el día a día.

Entourage

Entourage

Ceremony of Dreams: Studio Sessions & Outtakes, 1972-1977Tompkins SquareFOLK8/10Ceremony of Dreams: Studio Sessions & Outtakes, 1972-1977

La música de Entourage está hoy inevitablemente vinculada a Four Tet. El músico británico, uno de los grandes nombres en el terreno de la electrónica reciente, se encontró en un momento dado con el segundo y último disco de Entourage, The Neptune Collection (1976). Tras caer inmediatamente enamorado de él, no dudó en samplear el tema de apertura, Neptune Rising, para que sirviera de base a una de las canciones que darían forma a su aclamado disco Rounds.

A la postre, la apropiación acabaría en una reclamación por parte del único componente con vida de Entourage, pero serviría, conflictos pecuniarios al margen, para descubrir la formación de Baltimore a toda una nueva generación de melómanos.

El saxofonista y pianista Joe Clark formó Entourage en 1970 reclutando a los guitarras Rusti Clark y Wall Matthews y al percusionista Michael Smith. La razón de ser del proyecto consistía en colaborar con compañías de danza contemporánea poniendo música en directo a sus actuaciones en teatros y centros de arte.

Aislados musicalmente hablando de las ciudades y los territorios donde la escena avantgarde recibía la atención de prensa y público, Entourage emprendió un camino que aún hoy resulta singular: composiciones que toman prestadas formas del folk británico, pero también proto new-age y piezas con el piano por protagonista y una sensibilidad similar a la de los discos de Keith Jarrett para ECM. El proyecto terminó en 1983 de forma tan discreta como vio la luz.

Ahora este box-set pretende dar algo más de luz sobre el proyecto. Curiosamente invierte la tendencia de los últimos tiempos y plantea dos formatos: vinilo, con un único disco compuesto por diez piezas, y una edición mucho más completa en CD, con tres discos.

Lo que ofrece esta edición en CD de Ceremony of Dreams son 30 tomas inéditas hasta la fecha, entre las que encontramos versiones alternativas de temas que formaron parte de sus dos discos, su homónimo debut de 1973 y el citado The Neptune Collection. Y merece mucho la pena.

Orquesta Akokan

Orquesta Akokan

Orquesta AkokanDaptoneLATINO★Orquesta Akokan

8/10

Mientras el mundo discute con virulencia sobre las virtudes (o no) del regguetón y su influencia sobre los jóvenes, músicos como los que componen la Orquesta Akokan se desviven por rescatar del olvido los sonidos clásicos que surgieron en Cuba a mediados del siglo pasado.

Liderados por José 'Pepito' Gómez, que también ejerce de vocalista, esta formación esta compuesta por dieciséis de los mejores músicos jóvenes (y algún que otro veterano) que ahora mismo podemos encontrar en La Habana. Allí se fueron los jefazos de Daptone, el sello que se ha convertido en santuario del soul y que busca ahora expandirse en busca de otros sonidos clásicos en peligro de extinción.

El desembarco en la capital cubana parece un movimiento tan lógico como inteligente: los músicos de la isla tuvieron una importancia capital en el desarrollo de la música de baile en EEUU. Entonces el viaje se hizo a la inversa y el mambo causó verdadero furor en Nueva York, abriendo camino al fenómeno Fania All-Stars. Daptone pretende ahora devolverles el favor.

Grabadas en los míticos Estudios Areito durante cuatro días en 2016, estas nueve composiciones cumplen la doble función de reivindicar un legado todavía fascinante, actualizándolo por vía de las tecnologías de nuestro tiempo.

The Third Eye Foundation

The Third Eye Foundation

Wake the DeadIci D'AilleursELECTRÓNICA★Wake the Dead

8/10

Existen pocas aventuras musicales más fascinantes durante la década de los noventa que la que el bristoliano Matt Elliott protagonizó bajo el alias de The Third Eye Foundation. En plena efervescencia del trip hop, Elliott planteaba un reverso oscuro y malsano, un retrato de la Gran Bretaña que se iba al carajo propulsado a golpe de drum'n'bass, mucho ruido y épica bien entendida.

Con el tiempo, la fórmula empezó a dar síntomas de agotamiento y, en paralelo a su nueva situación personal. Convertido en nómada por diferentes ciudades europeas, su música mutó en algo mucho más orgánico, una suerte de trovador posmoderno con la tristeza por bandera.

Se cerró así la etapa de The Third Eye Foundation, un alias que con los años ha recuperado puntualmente, la última hace ocho años para publicar The Dark. Ya entonces quedó bastante claro que el terreno en el que se mueve el proyecto está perfectamente delimitado, y Wake the Dead no viene a añadir muchos matices al asunto.

Elliott samplea sus propios ritmos de batería y los deconstruye para crear una caótica base sonora sobre la que se integran el resto de elementos: cercanos a la clásica en el monumental (se va hasta los 13 minutos) tema que da título al disco, o más samples, en este caso vocales, en la recta final del disco para traernos de vuelta los lejanos años del jungle.

Lo dicho, quien le haya seguido la pista durante los últimos veinte años no encontrará aquí demasiados motivos para la sorpresa. Pero aquellos afortunados que se acerquen por primera vez a su música se sorprenderán con una propuesta singular y arrebatadora.

Vidal

Vidal

TampopoLa Barbacoa / Holy HoofCHANSON7/10Tampopo

En su perfil de bandcamp se define como “el hispanofrancés más desarraigado”, una pincelada tan sólo de todo lo que podría decirse de este singular personaje, uno de los más activos de cuantos habitan el underground madrileño.

Tampopo se presenta como una suerte de mellizo de otro disco de Vidal, Fidelio, publicado en 2014. Más o menos por aquel entonces se grabaron estas nueve canciones, acompañado de otros nombres igualmente inquietos que se mueven en el subsuelo de lo alternativo: Xisco Rojo (también productor del disco y ejecutor al frente del sello Holy Hoof Records), el autraliano Aaron Thomes (al que la crisis se llevó de vuelta a su país), Juan Salamanca de Persons o Fabrice Damon (Marcus Doo, Nat Simons y un largo etcétera).

Si Fidelio apostaba por el castellano como lengua vehicular, Tampopo lo hace por su otra lengua materna, el francés, lo que unido al cuidado con el que ha sido arreglado el disco a partir de instrumentos clásicos (acordeón, trompeta, piano, banjo,…) nos lleva a situar esta colección de canciones dentro de ese cajón de sastre que es la chanson.

Se trata de un álbum singular, con hechuras de otro tiempo, dramático por momentos, en el que la evidente escasez de medios técnicos mantiene una lucha encarnizada con las aspiraciones máximas de Vidal y su colaboradores.

Ejemplo de ello es la presentación del disco, en forma de libro con letras y con una serie de ilustraciones que parten de un desafío: plantear a jóvenes artistas cómo representar gráficamente el significado de la palabra “tampopo” y completar un cadáver exquisito que es otra forma más de introducirnos al peculiar universo de Vidal.

Etiquetas
stats