Wagner Moura, preocupado por la ola conservadora y las noticias falsas

El director novel y actor brasileño Wagner Moura, que estrena hoy en la sección oficial de la Berlinale, fuera de concurso, su ópera prima “Marighella”, se siente preocupado por la ola conservadora que se está viviendo en todo el mundo y la era de las noticias falsas.

En una entrevista con varios medios internacionales, ente ellos Efe, Moura puso el ejemplo del triunfo del Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales en Brasil, del que dijo tiene muchas explicaciones, pero una de ellas la de las noticias falsas.

Es peligroso pensar que cuando salen elegidas personas como Bolsonaro o el presidente estadounidense, Donald Trump, que el problema lo tiene la gente por haberlos votado, porque “existe una fuerte ola conservadora en el mundo fundamentada y basada en las noticias falsas”, en las mentiras.

Siempre se ha mentido, agrega, pero ahora las mentiras son difundidas de forma masiva a través de las redes sociales y esto “está cambiando la manera en la que los políticos están siendo elegidos en todo el mundo”.

Es la era de las noticias falsas, donde la verdad como la conocíamos ya no existe ni importa, subraya.

En su filme, Moura aborda los últimos cinco años de escritor, político y revolucionario Carlos Marighella (1911-1969) que junto a un grupo de jóvenes guerrilleros luchó contra la dictadura militar, fue perseguido por ello como el enemigo público número uno y acabó muerto a tiros en una emboscada.

Moura no quiere que su película sea entendida como “una respuesta a un gobierno específico”, aunque naturalmente habla abiertamente en contra “de todo lo que representa Bolsonaro”.

De hecho, la cinta comenzó a rodarse con Michel Temer al frente del país, lo que ya “no era bueno”, apunta, y pensar en Bolsonaro como presidente era por aquel entonces casi un “chiste”, nadie creía que pudiese ocurrir.

Su filme, subraya, explica que “hubo una dictadura hace unos años, que no fue buena, que violó los derechos básicos de los brasileños y que hubo gente que decidió hacer algo en contra, poniendo en riego su vida”.

La película se centra en el aspecto de que “la resistencia es importante en la historia del mundo, los ciudadanos tienen el derecho y la obligación de enfrentarse a una dictadura o a un Estado violento, o un Estado que no respeta a sus ciudadanos”.

Este filme dice que la dictadura fue “horrible”, que no fue “ni bonita, ni blanda”, y por eso habrá quien lo aplauda, pero al mismo tiempo despertará odio entre los que quieren cambiar este discurso.

El primer paso, recordó, es el cambio semántico, el de decir que el golpe de 1964 no fue tal, sino un “movimiento”.

La oposición “es lo que hace que la democracia sea democracia”, que diferentes partes que piensan diferente busquen la manera de entenderse, y por eso, afirma, “es el mejor sistema del mundo”.

Moura (1976) afirma que aunque nació en una dictadura, creció en una generación “muy alienada” y completamente distinta a la anterior.

En ese sentido, la de ahora, “esos chicos que salen a la calle”, tiene más cosas en común con la generación del 64, afirma.

Dirigir su primera película, cuenta, le parecía el “camino natural”, pues como actor -encarnó entre otros a Pablo Escobar en la serie “Narcos” y participó en “Tropa de élite”, de José Padilha, mejor película en la Berlinale de 2008- siempre estuvo interesado no sólo en actuar sino en todo lo que rodea un set.

Aun así, no se considera un director, sino un actor que dirige.

Siempre la fascinó la persona de Marighella y la historia de la resistencia en Brasil y a partir de una biografía publicada en 2012 decidió rodar su primera película sobre este tema.

Su filme no es un documental y hay muchas situaciones y personajes que realmente no existieron, pero “la verdad” y “el alma” de la película se basan tanto en la biografía como en un profundo estudio de lo que ocurrió en el golpe del 1964, señala.

Los personajes que aparecen en el filme son “una especie de amalgamas de gente” y son “complejos”.

“No necesito defender a Marighella”, dice, y las cosas que hace en el filme pueden ser consideradas malas, porque no se trata de hablar de buenos y malos, precisa.

Para su película espera un pronto estreno en Brasil, donde “las cosas realmente están muy mal”.

Está preparado para recibir abucheos, críticas e incluso agresiones físicas, dice.

Hay una necesidad de que este filme se estrene en Brasil, donde hay actualmente “un movimiento contra el arte, los artistas, la cultura, la educación y el pensamiento crítico”, lamenta.

Elena Garuz