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Xabier Gutiérrez, del laboratorio de Arzak a cocinar novela negra

Xabier Gutiérrez, del laboratorio de Arzak a cocinar novela negra

EFE

San Sebastián —

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Xabier Gutiérrez es uno de los investigadores del laboratorio del restaurante Arzak de San Sebastián. Ese “chip” que le mantiene despierto para “indagar en nuevos caminos” ha alimentado también su gusto por la escritura y el resultado de ello es una novela negra con aderezo gastronómico.

“El aroma del crimen”, editada por Destino, y en las librerías a partir del próximo martes, es el título de este libro, el primero de una serie de cuatro que tiene como protagonista a Vicente Parra, un oficial instructor de la Ertzaintza con sus “luces y sombras” y de la misma edad del cocinero donostiarra, que nació en 1960.

El cruel asesinato de una famosa diseñadora de moda es el punto de partida de la novela, “una historia dura de asesinatos, oprobio y ambición” que transcurre en la capital guipuzcoana.

“Hay San Sebastián por todos los lados y también cultura gastronómica. Pero no solo aparecen restaurantes de alto nivel, sino de todo tipo. Situar esta historia aquí, en esta ciudad, me parecía fundamental”, explica Gutiérrez en una entrevista con EFE.

En el currículum de este chef y psicólogo figuran 17 libros de cocina. Muchos de ellos no son recetarios al uso porque prefiere que sus publicaciones tengan “una historia detrás”, como ese “Asfalto culinario” con el que casó la estética urbana y los platos de Arzak.

Dice que siempre ha escrito y siempre ha estado rodeado de gente que lee. El que su primera incursión literaria dirigida al público sea una novela negra nada tiene que ver con el “boom” del género en España, sino con sus propias aficiones como lector y cinéfilo, comenta.

“El camino después de los libros anteriores era quitar las fotos y quedarme desnudo ante el papel y el lápiz. Soy hijo de los relatos de Stephen King, de las historias de suspense, terror, policíacas, así que no había otra opción, era un reto hacerlo”, señala.

Las páginas de “El aroma del crimen”, precisa, son una mixtura de influencias que también incluyen a escritores como William Peter Blatty, el autor de “El exorcista”, y a Manuel Vázquez Montalbán.

El suspense de Hitchcock está asimismo presente en este creador, que se educó en las salas de cine con Rosselini, Visconti, Pasolini Fellini, Bergman y Kurosawa, entre otros realizadores, y que es autor del “Luisbro de cocina de Buñuel”, quince láminas que se pueden ver en su blog con recetas surrealistas ilustradas por él mismo, como “Carne de dedo” y “El sutil encanto de la hamburguesía”.

Asegura que más que miedo tiene “pánico” al recibimiento que pueda tener su novela, aunque añade que ya está acostumbrado a que califiquen sus recetas tanto de “mierda” como de “maravilla”. “Así que estoy preparado, no me voy a suicidar”, recalca.

“Esto ya no tiene vuelta de hoja. Creo mucho en lo que hago e intento transmitirlo. Soy muy visceral, hay momentos del libro que no los he escrito, los he vomitado”, destaca.

Gutiérrez afirma que, en cualquier caso, ha disfrutado “como un enano” esta aventura y va a defender a su criatura hasta el final. En una frase resume su experiencia: “Ha sido como una droga brutal”.

“Cuentes lo que cuentes, se trata de agarrar al lector, que el relato no le aburra”, dice el responsable del departamento de innovación de Arzak, aunque piensa que ahora las cosas se han puesto más difíciles porque “han cambiado mucho las formas de entretenimiento, que son más inmediatas”.

Xabier Gutiérrez ya ha concluido la segunda entrega de la serie, con la que viajará a Laguardia, a la Rioja alavesa, y en la que el vino y el mundo de la cocina televisiva ocuparán a Vicente Parra, un policía “zampabollos” en gustos culinarios, casado con una mujer francesa y padre de un alumno de la escuela de cocina Luis Irízar que le harán ver las cosas de otra manera.

En la tercera novela, que está a punto de finalizar, la intriga regresa a San Sebastián, “a la Parte Vieja y las cuadrillas de amigos”.

Todas las ha alumbrado en las mismas fechas, de noviembre a marzo, durante “el mal tiempo”.

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