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Un abecedario berlanguiano sobre Berlanga

Un abecedario berlanguiano sobre Berlanga
Valencia —

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Valencia, 11 jun (EFE).- El lenguaje de Luis García-Berlanga va ligado a su filmografía, a su forma de ser y a su legado cultural, deudor de una educación clásica y un estilo de vida donde las palabras, y la forma plácida de decirlas, eran parte del argumentario y el imaginario con los que quería rodar sus ideas.

Si la Real Academia Española incluye, desde noviembre de 2020, el término “berlanguiano” en el Diccionario de la Lengua Española, repasemos en un abecedario algunas de las claves de su vida y su obra, tan ricas en matices como en interpretaciones.

A, de AUSTROHÚNGARO. Si Hitchcock hacía un cameo en casi todas sus películas, Berlanga colaba el término “austrohúngaro” -alusión al imperio centroeuropeo (1867-1919)- en los guiones de todos sus filmes, bien por superstición, a modo de fetiche, bien como simple elemento de distensión en medio de un diálogo, pero que ha terminado siendo un icono cómico en su obra.

B, de BARDEM. Con Juan Antonio Bardem dirigió “Esa pareja feliz” (1953), su primera película tras varios cortos y episodios rodados durante su formación cinematográfica conjunta en Madrid. Fue una pareja clave para entender el cine español de los 50, aunque posteriores desavenencias entre ambos -Manuel Gutiérrez Aragón argumenta que por motivos políticos- cerraron una etapa que dejó proyectos en el cajón, desde “La huida” a la zarzuela “Bohemios”.

C, de CALABUCH. La particular Vetusta de Berlanga, el trasunto cinematográfico con que quedó ya bautizada para siempre Peñíscola (Castellón). “Calabuch” (1956) sembró de realismo mágico (y, como en “¡Bienvenido, Mr. Marshall!”, de ecos estadounidenses) la entonces placidez mediterránea de ese pueblo. También se rodó allí “París-Tombuctú” y sí, volvió a ser Calabuch.

D, de DISTINCIONES. Berlanga disfrutó en vida de un vasto reconocimiento, tanto en España (sobre todo tras el franquismo, cuyo régimen le censuró títulos y guiones) como en Europa (festivales como Cannes y Venecia) y EE.UU. (ver la W). Presidiendo la Filmoteca Nacional recibió el Premio Nacional de Cinematografía y la Medalla de Oro de Bellas Artes; fue presidente de honor de la Academia de Cine, premio Príncipe de Asturias de las Artes, logró varios Goya, fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y doctor honoris causa en Madrid y Valencia.

E, de EROTISMO. La relación de Berlanga con el erotismo no solo impregna numerosas películas (la más evidente, “Tamaño natural”, un escándalo en 1974: se la catalogó como pornográfica), sino que lo dejó patente en entrevistas, reflexiones, discursos y hasta en la creación de un premio literario, “La sonrisa vertical”, clave para entender tanto la etapa del destape en España como en la Transición misma hacia la cultura desinhibida de los 80.

F, de FIESTAS. “Siempre he declarado que mis películas son falleras, pirotécnicas”, señalaba Berlanga sobre las raíces valencianas de su cine con aroma mediterráneo y que bebió también de una tradición festiva alicantina, los Moros y Cristianos, como en la película homónima de 1987 rodada en Xixona.

Contiene la G, BRIGITTE BARDOT. Era una actriz aún poco conocida cuando Berlanga vio en ella la protagonista perfecta para “Novio a la vista” (1954). Pero Bardot tenía que acabar primero una película en Francia y pidió retrasar unas semanas el rodaje; la productora dijo que no, y quien luego se convirtió en todo un mito erótico a nivel mundial se quedó sin conocer Benicàssim.

H, de HUMOR. Su humor negro, que bebía del esperpento de Valle-Inclán actualizado con la realidad de la posguerra en adelante, es uno de los rasgos más visibles de un director que supo sacar la vis cómica más humana a un elenco infinito: Fernando Fernán-Gómez, José Luis López-Vázquez, Concha Velasco, Luis Escobar, José Sazatornil “Saza”, Guillermo Montesinos, José Sacristán, Santiago Segura, Alfredo Landa, Agustín González, Manuel Alexandre...

I, de ISBERT. Encarnó como Don Pablo al alcalde más famoso del cine español del siglo XX, el que desde Villar del Río (ver la X) asumió, con algo de sordera, los sueños de un pueblo castellano por parecer andaluz y lograr así los favores económicos que dejaría a su paso el Plan Marshall. Pepe Isbert logró con Berlanga convertirse en un icono de la España rural de la posguerra, pero sin él tampoco habrían sido lo mismo “El verdugo”, “Calabuch” y “Los jueves, milagro”.

J, de JOSÉ LUIS GARCÍA BERLANGA. El primogénito de sus cuatro hijos salió a su padre y dirigió “Barrios altos” y varias series televisivas. Su hermano Jorge coescribió los guiones de “Todos a la cárcel”, “Blasco Ibáñez” y “París-Tombuctú”, así como “Viva Rusia”, proyecto inédito que iba a ser la cuarta película de la saga Leguineche (ver la L). Carlos, el tercero, fue como músico una figura clave en la Movida y su muerte en 2002 fue un mazazo para su padre. Fernando, el benjamín, es periodista.

Contiene la K, BUSTER KEATON. El actor, guionista y director estadounidense de cine mudo fue una de las influencias clave en la infancia cultural de Berlanga para que su creatividad se enfocara hacia un género que ya no abandonó jamás: “La comedia se convirtió en el mensajero de mis ideas”, proclamaba orgulloso.

L, de LEGUINECHE. La estirpe familiar que comandaba el marqués (Luis Escobar) protagonizó la trilogía rodada sobre franquistas, aristócratas decantes y la Transición con “La escopeta nacional” (1978), “Patrimonio nacional” (1981) y “Nacional III” (1982), mientras el cuarto guion de la serie, “Viva Rusia”, ha aparecido esta semana en el legado que dejó en 2008 en la Caja de las Letras.

M, de MUJER. ¿Berlanga era misógino? ¿Caricaturizaba a las mujeres por su mezcla de miedo y admiración hacia ellas? La cineasta y académica Josefina Molina disiente: “Retrató con sarcasmo unos modelos de mujer –el eterno femenino tradicional y los modelos retrógrados impuestos por el franquismo– de tal manera que nos obligó a reflexionar a las propias mujeres españolas sobre la imposibilidad de perpetuarnos en esos modelos. A través del humor y el esperpento, contribuyó a nuestra toma de conciencia y a la transformación de este país empezando por nosotras mismas”.

Contiene la N, BUENOS AIRES. El rodaje berlanguiano más lejano de España fue en Buenos Aires con “La boutique” (1967), una de sus películas menos recordadas pese al despliegue de medios con que contó (incluyendo música de Piazzolla). El germen fue un guion con Azcona titulado “Las pirañas” (con López-Vázquez y Laly Soldevila como protagonistas) pero el productor exigió rodarla en la capital argentina y con una pareja distinta.

Contiene la Ñ, ESPAÑA. El genio valenciano se formó en Madrid como cineasta y desde allí trazó el particular “kilómetro 0” de su creatividad, con rodajes repartidos por varias provincias. Como ciudadano del mundo que se sentía, quiso retratar la sociedad de su tiempo, con su idiosincrasia y sus miserias, su fatalidad y sus virtudes, no solo desde la capital madrileña sino desde enclaves mediterráneos (Valencia, Castellón, Alicante, Barcelona o Mallorca) y rurales (pueblos zaragozanos y castellanos).

Contiene la O, “TODOS A LA CÁRCEL”. Coral a más no poder, con un elenco inabarcable y con la corrupción de telón de fondo, esta comedia de 1993 fue la única película rodada íntegramente en su ciudad natal, en la Cárcel Modelo que ahora, reconvertida, acoge el enorme complejo administrativo de la Generalitat Valenciana.

P, de PESIMISMO. Fatalidad, destino o soledad eran términos que Berlanga usaba por doquier. “Los protagonistas convierten sus vidas, o mejor dicho, mis películas en crónicas de un fracaso”, decía cuando hablaba de las “trampas” que la sociedad tiende “sinuosamente” para evitar cumplir los sueños, sean individuales o colectivos. Ejemplos hay a manos llenas en toda su obra.

Contiene la Q, “LA VAQUILLA”. Su gran éxito comercial, no así de crítica, pero la película que en 1985 le abrió taquillas, premios y sobre todo a una nueva generación de espectadores a través de una comedia esperpéntica sobre la Guerra Civil a partir de una idea escrita en los 50 con Azcona (ver la R).

R, de RAFAEL AZCONA. Fue el mejor guionista del cine español y su tándem con Berlanga dejó un reguero de joyas de la cultura popular, desde “Plácido” y “El verdugo” hasta la trilogía Leguineche, “La vaquilla” o “Moros y cristianos”, aunque podían haber sido más de no haberse adelantado el italiano Marco Ferreri, que dirigió los guiones de “El pisito” y “El cochecito”; de hecho, hay quien las confunde como películas berlanguianas.

S, de “SIENTE UN POBRE EN SU MESA”. Era el título del guion que pergeñaron Azcona y Berlanga, pero la censura previa de la época fue implacable y su argumento, una crítica a la hipocresía oculta tras las campañas de caridad, logró finalmente estrenarse pero bajo el nombre propio del propietario de aquel motocarro, “Plácido”.

Con la T, ARQUITECTURA. Fue la gran vocación frustrada de Berlanga, quien confesaba que por culpa de las matemáticas no pudo entrar en la Escuela de Arquitectura. Pero halló en el cine la vía de escape para toda su creatividad, sin renunciar a su querencia hacia la obra de la Bauhaus, Frank Lloyd Wright o Le Corbusier.

Contiene la U, MARÍA JESÚS MANRIQUE. Soriana y licenciada en Filosofía y Letras, se casó con Berlanga en 1951 tras un noviazgo de tres años. Tuvieron cuatro hijos (ver la J). Hicieron juntos una vida muy familiar, ejemplar para la época. “Me ofrecieron muchos papeles para cine, pero yo era muy vergonzosa”, aseguraba a sus 90 años en una reciente entrevista.

Contiene la V, “EL VERDUGO”. Considerada casi por unanimidad su mejor película, fue de nuevo fruto de un guion con Azcona. Se enfrentó a los envites franquistas por la dureza de su argumento pero se ganó el cariño de millones de españoles que vieron en ella la película perfecta que retrataba no solo un régimen, sino una sociedad entera y una forma de ver la vida.

Contiene la W, HOLLYWOOD. “Plácido” fue nominada a mejor película de habla no inglesa en los Oscar de 1962; allí, junto al productor Alfredo Matas y Amparo Soler Leal, conoció a Jayne Mansfield, King Vidor, William Wyler, Frank Capra o Billy Wilder. Y en 1983, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de EE.UU. le homenajeó en California con una amplia retrospectiva de su obra.

Contiene la X, GUADALIX DE LA SIERRA. En 1953, este pueblo madrileño pasó a la historia como Villar del Río (no confundir con el municipio soriano real), el símbolo agrícola y grisáceo de la posguerra española, que soñaba con los dólares manados de un Plan Marshall al que dio una bienvenida folclórica que pasó a los anales del cine español y provocó una reacción diplomática estadounidense furibunda cuando se estrenó en Cannes.

Contiene la Y, “VILLARRIBA Y VILLABAJO”. No fue solo una serie de TVE de 1994, sino un proyecto familiar -inspirado en el anuncio de un lavavajillas- donde participaron el padre y tres de sus hijos (José Luis y Jorge como guionistas y Carlos en la música). Otra incursión televisiva de Berlanga fue “Blasco Ibáñez”, una ambiciosa biografía del escritor que emitió Canal 9 en 1997 y TVE un año después.

Contiene la Z, JOSÉ LUIS LÓPEZ VÁZQUEZ. Fue un “fijo” para Berlanga, en cuya filmografía se le puede ver debutar, madurar y envejecer. Rodaron juntos desde la seminal “Esa pareja feliz” hasta “Novio a la vista”, “Los jueves, milagro”, “El verdugo”, “Plácido”, “¡Vivan los novios!”, la trilogía Leguineche, “Moros y Cristianos” y “Todos a la cárcel”.

Carlos Bazarra

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