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El aislamiento social desata un inusitado interés por el quechua en Perú

Foto de archivo del 15 de febrero de 2006 de pobladores quechuablantes de Ollantaytambo, Cusco.

EFE

Lima —

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Aislados y afrontando uno de los mayores embates del COVID-19 en todo el mundo, los peruanos parecen haber encontrado un súbito interés por el estudio de su mayor lengua originaria, el quechua, nativa para 3,8 millones de sus habitantes pero rechazada hasta hace poco por “miedo o vergüenza”.

El dique que separaba esta lengua, eminentemente andina, indígena y campesina, del mundo urbano y criollo de las grandes ciudades del país fue sobrepasado estos días cuando decenas de miles de personas se inscribieron en un curso de quechua digital organizado por la Municipalidad de Lima, para sorpresa de propios y extraños.

Unas 25.000 personas participaron esta semana, en la que se celebra el Día de las Lenguas Originarias en Perú, en la lección inicial del curso “Allinllachu” (“¿Cómo estás?”), que durante dos días a la semana, y a lo largo de dos meses, intentará llevar los rudimentos básicos de este idioma a los ciudadanos.

DESBORDADOS

“La primera lengua indígena hablada en el país es el quechua y en Lima el 60 % de los migrantes provienen de zonas quechuablantes, así que pensamos ofrecer un curso virtual, que es como se puede en época de pandemia... Lo que no teníamos previsto es el interés tan grande que desbordó nuestras expectativas”, explicó a Efe Silvio Campana, gerente de defensa del ciudadano del Gobierno de la ciudad.

Según indicó el alto funcionario municipal, el curso surgió primero como un plan de formación para los funcionarios que atienden áreas de la ciudad con amplia población de habla quechua, de allí se abrió paso a todos los que quisieran inscribirse y pronto se convirtió en un torrente de peticiones que llevaron una clase abierta y masiva del idioma “para todo el que se conecte”.

“Se inscribieron cerca de 80.000 personas para hacer el curso, y entonces pedimos abrirlo a todos y así se colgó directamente junto con los materiales en nuestro canal de Youtube y en nuestra página de Facebook, todo gratuito”, añadió Campana.

Las clases se dictarán en vivo y, pese a la limitación de no poder ser interactiva, las expectativas que ha levantado “son muy altas” y se planea hacer en el futuro otros cursos para niveles medio y avanzado de la lengua.

RECONOCIMIENTO

Para los promotores y protagonistas de esta iniciativa, el disparatado número de personas que, sin mediar publicidad salvo la que difundieron las redes sociales, se molestaron en inscribirse a este curso, habla de “un reconocimiento al uso del quechua”, lo que es un “gran primer punto”.

“En los últimos años hay esfuerzos por parte del Estado para revalorizar el uso de las lenguas indígenas. En Perú el uso de lenguas fue un proceso discriminatorio, que se ha ido eliminando. Que tanta gente tenga hoy interés en reconocer el quechua es que ha habido resultados”, añadió el funcionario.

Del mismo modo lo percibió Yaritza Lagos León, la joven andina de la provincia de Apurimac responsable de dar lecciones del “idioma de los antepasados” a decenas de miles de alumnos que ahora tiene.

“Yo recuerdo a la gente de Abancay, en Apurimac, cuando era pequeña, que tenían miedo y vergüenza de hablar quechua. Había racismo hacia el quechuablante... A mí me daba vergüenza... Y eso como que se ha reivindicado y revalorizado. Se ha abierto. No se siente el rechazo, y eso da más bien orgullo”, indicó.

LENGUA “FÁCIL”

Lagos León alabó que muchos de los alumnos, cuyo contacto con el idioma era cero, quieran “enraizarse” con un idioma “que en Perú es nuestro primero”, y que, pese a lo que pueda parecer en un primer momento es “fácil de aprender si uno tiene ganas y pone esfuerzo”.

Según dijo, “lo más fácil” de enseñar son “por ejemplo, saludos como el 'allinllachu' que da nombre al curso. Se usa como el saludo, como el 'hola', pero que literalmente es un '¿cómo estás?' que habla de la cultura andina, en la que uno siempre se pone en el lugar de la otra persona”.

En cuanto a lo más difícil, Lagos León comentó que “le dijeron” que es la pronunciación.

“Verás, es un idioma donde los sufijos son acumulativos y eso hace que haya palabras muy largas, que complican. (...) Y bueno, tampoco están algunas letras en la ortografía, como la 'b' o la 'c', ni las vocales 'e' y 'o', por eso parece más difícil”, apuntó.

La maestra también espera ayudar a revalorizar con este curso “la cosmovisión andina” y que permita a los que no lo tienen como lengua materna entender formas de vida y conceptos culturales como la necesidad de “la ayuda mutua” y defender a la “madre naturaleza”, imprescindibles en el mundo quechuablante.

“Eso es a lo que quiero aspirar, que esta lengua sea intercultural, que nos permita ponernos en el lugar del otro y ver cómo otros ven las cosas”, añadió.

Álvaro Mellizo

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