Anagrama insta a acuerdo amplio del sector del libro para consensuar procesos

La directora editorial de Anagrama, Silvia Sesé, apela a la necesidad de “un acuerdo amplio del sector del libro que incluya a autores, editores, libreros y distribuidores, para consensuar procesos e iniciativas que ahora están muy atomizadas”, en respuesta a la crisis por el coronavirus.

En una entrevista concedida a EFE, Sesé ha considerado que “en estos momentos es difícil hablar con solidez sobre las consecuencias” que tendrá esta pandemia en el mundo editorial y en su estructura, pero advierte que la industria editorial necesita “un acuerdo que proteja a todos los que integran el proceso del libro”.

Aún va más allá la editora de Anagrama al subrayar que se tiene que “proteger la posibilidad de la creación en sí misma, al autor, porque la inevitable retracción del negocio no puede ir en contra de quienes lo generan”.

Considera, sin embargo, que se hace más necesario “conseguir un acuerdo amplio del sector que incluya a autores, a editores, a libreros, a distribuidores, con el fin de consensuar procesos e iniciativas que ahora están muy atomizadas y que son incluso contradictorias”.

Sesé estima que, a falta de datos más concretos, el sector editorial tendrá que afrontar “reducciones de entre un 40-60% de la facturación de este año, lo que significa un replanteamiento en la programación de los próximos meses”.

La editora se ve todavía incapaz de extraer “conclusiones firmes” de esta experiencia: “Intentamos resolver los problemas inmediatos, atender a los autores y a los colaboradores, estar en contacto con nuestros distribuidores, con los libreros, y aún es momento de cambiar procesos de una semana a otra, de repensar programas”.

En un momento en el que el confinamiento y el cierre de las librerías ha disparado las ventas de libros electrónicos, Sesé no piensa que el libro físico pierda un papel relevante, y aunque surjan o se reafirmen los hábitos de lectura digitales, “hay un espacio para todo que veremos cómo se redefine”.

En cualquier caso, añade, también “se está viendo cómo se está manteniendo el vínculo entre el autor y el lector de forma virtual, pero espero que eso no sustituya a presentaciones y ferias”.

Entre los proyectos de Anagrama que han quedado en suspenso, Sesé menciona que justo antes del estado de alarma en marzo publicaron las últimas novelas de Alejandro Zambra, “Poeta chileno”, y Marta Sanz, “pequeñas mujeres rojas”, que no han podido promocionar ni presentar, un trabajo que retomarán más intensamente, además de lo que se ha ido haciendo en las redes.

También quedó en suspenso la promoción del primer Premio de Crónica, del que resultó galardonado Emilio Sánchez Mediavilla con “Una dacha en el golfo”, “un premio que Anagrama organiza con la Universidad de Nueva León, en México; y el fallo público del premio Anagrama de ensayo, previsto para mayo, ”se deberá posponer al otoño“.

Revela Sesé que habla casi diariamente con Jorge Herralde, el fundador de Anagrama, “en nuestro nuevo modelo de teletrabajo y además de por temas puntuales sobre textos y autores, hablamos sobre los proyectos en marcha y la posición y fortalezas de la editorial”.

“Su actitud es paciente y expectante, y la verdad que a mí me ayuda a relativizar falsas urgencias”, confiesa Sesé en referencia al veterano editor.

En paralelo, a nivel editorial y operativo tanto la directora general, Eva Congil, como la propia Sesé, mantiene contacto regularmente con el socio mayoritario de Anagrama, el editor italiano Feltrinelli, “cuya experiencia con cierto adelanto en esta crisis nos puede servir en tantos aspectos”.

Pensar en un futuro a medio o largo plazo resulta de momento inútil, y Sesé prefiere “ir paso a paso, reprogramando novedades para el otoño o para el año siguiente; y tratando de reaccionar con flexibilidad y velocidad a las situaciones que vayan sucediéndose. Lo más inmediato es recuperar los títulos de marzo y abril en cuanto sea posible”.

Ante la incertidumbre sobre lo que pasará con las grandes ferias del libro en las que se compran y venden los derechos, Sesé cree que “aún es pronto para pronósticos pero en caso de que se vean afectadas, no dudo en que habrá propuestas de encuentros profesionales alternativos, como la iniciativa virtual de la feria de Bolonia”.

La editora de Anagrama quiere pensar en positivo y pensar que “efectivamente esta experiencia contribuirá a un mundo más atento a los otros, más empático, más justo, a pesar de que a las muestras de solidaridad se suceden también comportamientos aberrantes”.

Desde su encierro en casa, Sesé se mantiene atenta a las noticias y trata de seguir “una nueva normalidad”, consciente de que una parte de su labor, “la lectura y el trabajo con un texto, son incluso afines al confinamiento”, pero echa mucho de menos “el trabajo en equipo de la editorial, que ahora sustituimos con llamadas, correos y videoconferencias”.

Jose Oliva