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Un año informando de la covid, ¿ha pasado factura a los presentadores?

Un año informando de la covid, ¿ha pasado factura a los presentadores?
Belén Escudero Madrid —

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Belén Escudero

Madrid, 31 ene (EFE).- Más de un año informando a los telespectadores de la pandemia ha pasado factura a los presentadores de informativos o programas de información, líderes de audiencia, y siguen dando la cara, a pesar de que algunos están agotados e incluso han perdido a seres queridos, y eso lo han contado a Efe.

Son los presentadores de las cadenas líderes de audiencia en informativos, Antena 3 y Telecinco, con más de tres millones de espectadores, la primera, y con más de 2,2 millones, la segunda, según constatarán mañana los datos de audiencias de Barlovento.

Y son Sandra Golpe, que presenta y dirige a diario Antena 3 Noticias 1; David Cantero y Ángeles Portero, presentador del Informativo de las 15.00 horas de Telecinco y ella de los del fin de semana, y Mamen Mendizábal, presentadora de La Sexta del magacín informativo Más Vale Tarde, entre otros programas.

Estas son las cuestiones por las que EFE les ha preguntado:

1.- ¿Ha cambiado esta pandemia su forma de informar y ponerse ante la cámara?

2.- ¿Habría sido necesario ofrecer más imágenes de la pandemia en las televisiones?

3.- ¿Le ha afectado, de alguna forma personalmente, el tener que informar sobre los casos de coronavirus más allá de las cifras?

4.- ¿Ha tenido miedo de contagiarse en su trabajo?

5.- ¿Está fatigado física o psicológicamente después de informar más de un año a diario sobre este tema?

SANDRA GOLPE

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1 - No, o al menos no soy consciente de ello. Cada día, mi reto es informar de forma rigurosa, sea de lo que sea. La actitud no cambia. Es cierto que la evolución de la pandemia se refleja muy bien en números, gráficos, y nos hemos acostumbrado a contarlos cada día de forma didáctica y eso implica recurrir a la tecnología, levantarnos para explicar. La intención es que los espectadores de un vistazo reciban toda esa información.

2 - En la primera ola todos estábamos desbordados, desorientados. No conocíamos el virus, nos encerraron en casa y había miedo. En ese contexto, francamente se hizo lo que se pudo, explicamos todo lo que sabíamos, aunque alguna vez omitimos imágenes escabrosas, por respeto a las familias de las víctimas.

Cuando ya pasó lo peor y volvimos a salir a las calles, y vimos que seguían cometiéndose imprudencias, en ese momento es cuando te planteas si teníamos que haber sido más crudos con las imágenes, no antes.

Ahora mismo, con la tercera ola a cuestas, soy la primera interesada en dar visibilidad a las víctimas de esta pandemia, a imágenes que conciencien. Ahora, con todo lo que ya sabemos, no es admisible el comportamiento irresponsable.

3 - Sí, imagino que lo mismo les habrá pasado a otros muchos compañeros de profesión. He perdido a seres queridos por el coronavirus y he vivido muy de cerca esa angustia y ese dolor, también el de mis amigos sanitarios, que se están dejando la piel y la salud en esta batalla. A día de hoy conozco muchos casos cercanos de covid. El bicho está por todas partes, me temo.

4 - Es una posibilidad, lo tenemos todos muy en cuenta. Por muchos medios que pongas en la redacción, hablamos de un virus altamente contagioso. Le tengo más respeto que miedo. Me quita más el sueño que mis padres se contagien, que mis seres queridos sufran algún percance y se queden sin quirófano, por ejemplo. Los hospitales están desbordados.

5 - ¡Te mentiría si te dijera que no! Es más un agotamiento mental, en mi caso. Tenemos encima una crisis sanitaria sin precedentes y una crisis económica que quita el sueño. A ver cómo salimos de esto. Estoy deseando que nos vacunen a todos, que acabe la pesadilla y contar muchas buenas noticias, ya nos toca.

DAVID CANTERO

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1.- Todo ha cambiado, la pandemia lo ha cambiado y condicionado todo. La mecánica de la información en la redacción y ante las cámaras, salvo por las medidas de seguridad, sigue siendo más o menos la misma, pero las sensaciones son muy distintas.

Cuando te sientas ahí, especialmente en los peores días, te invade una sensación de inquietud y angustia, de especial responsabilidad. Narras con firmeza y entusiasmo lo que sucede ya que quieres que la información llegue de forma absolutamente nítida a los espectadores y les haga pensar, reflexionar y ser más conscientes de la gravedad de la situación.

Entonces ves cómo se comportan algunos (siempre demasiados) y te invaden la impotencia, la decepción y el hastío, ya que tienes la impresión de estar pregonando en el desierto. Algo similar a lo que sienten los sanitarios o los miembros de las fuerzas de seguridad ante el comportamiento incívico e insolidario de tantísima gente,

2.- Se han ofrecido todo tipo de imágenes durísimas y testimonios terribles día tras día, algunas escenas realmente insoportables, de las que te ponen un nudo en la garganta y casi te impiden seguir adelante con el relato. Otra cosa es que intentemos siempre respetar y salvaguardar la intimidad y la dignidad de los enfermos, de los fallecidos y de sus familiares.

Posiblemente, durante los meses de encierro, hubo un exceso de aplausos y de escenitas de balcón, de “ñoñadas”, cuando aún creíamos que saldríamos de todo esto siendo mejores. ¡¡Cuánta ingenuidad hubo durante el confinamiento y la primera ola! Ni saldremos mejores, ni más fuertes, ni más unidos. La pandemia ha acentuado todo lo peor de esta sociedad de locos en la que vivimos. Ojalá eso vaya cambiando cuando esto pase.

3.- Absolutamente. Sientes miedo. Miedo por los tuyos, sobre todo por tus hijos, por toda tu familia, por la posibilidad de caer enfermo y tener que separarte de ellos y acabar agonizando en una UCI. Sientes una tremenda desesperación, mientras día tras día ves cómo van cayendo más y más en las garras del coronavirus, también gente muy cercana y querida.

Y además la ruina económica que está dejando a tantos en la pobreza. Pero nada, la gente se acostumbra al desastre, se vuelve más y más egoísta. Más allá de todas esas insoportables cifras también sientes una profunda tristeza al mirar a tus hijos y ver la época infame que les ha tocado vivir, como la pandemia está condicionando su presente y su futuro...

4.- No, tal vez sea el único espacio, además de mi hogar, en el que me he sentido seguro. Siempre existe el temor al contagio, claro, pero nuestro compromiso con la seguridad ha sido tajante.

Mediaset ha sido impecable desde el primer momento a la hora de aplicar todas las medidas sanitarias de higiene y seguridad para proteger a sus trabajadores.

5.- Bastante, como todos o casi todos ya que, insisto, sigue habiendo muchísima gente con la que parece que no va la pandemia. Eso es lo que peor llevo, me enerva el comprobar hasta dónde puede llegar la insolidaridad y la mezquindad de tantos. Que haya tanto miserable a los que no les conmueve absolutamente nada, a los que no les importa lo más mínimo que la gente enferme y muera.

Habría que ser durísimos con los que juegan con la salud y la vida de los demás, con los que se saltan las normas o niegan la pandemia, las fuerzas del orden y la justicia deberían actuar de forma implacable contra ese tipo de gente.

ÁNGELES BLANCO

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1.- Personalmente no soy consciente de haber cambiado ninguna de las dos cosas. Lo que sí ha cambiado sustancialmente es la forma de hacer los informativos. Hasta el confinamiento era casi impensable hacer entrevistas por Skype en directo, o que los periodistas contaran lo que estaba pasando mediante grabaciones con sus teléfonos móviles.

La imposibilidad de movimientos obligó a utilizar las posibilidades tecnológicas como no se había hecho hasta entonces, primando la información en tiempo real sobre la calidad de la señal. Esto ha venido para quedarse y nos ofrece muchas más posibilidades a la hora de elaborar un informativo.

2.- Es una pregunta que me he planteado no pocas veces. Cuando acabó el confinamiento y parecía que la situación mejoraba hubo un cierto debate sobre si los medios tenían que haber mostrado más claramente el drama que supone esta enfermedad.

Ahora que estamos de nuevo en una situación crítica, resulta incomprensible ver cómo aún hay gente que no tiene cuidado alguno y pone en peligro la vida de los demás. Es en este punto cuando me pregunto si mostrar imágenes más duras surtiría algún efecto. Resulta difícil de entender que a pesar del relato diario del número de muertos y hospitalizados haya una parte de la población que considere que está al margen.

3.- Los periodistas sentimos y sufrimos como cualquier otra persona. Llevo muchos años trabajando en esto y me ha tocado contar noticias muy dolorosas, incluso desde el punto de vista personal. Pero es cierto que esta pandemia tiene unas connotaciones distintas. Los meses de confinamiento fueron muy duros. Me aterraba salir de casa para ir a trabajar y me sentía muy fráágil, como la gran mayoría de los españoles.

Algunos espectadores me escribieron para decirme que mi rostro reflejaba el miedo y la angustia que ellos también sentían.

4.- No más que en cualquier otro sitio. En la actualidad tenemos más información y más medios para evitar el contagio. En la redacción usamos mascarillas, nos sentamos separados, hay toma de temperatura, nos hacen un seguimiento mediante test. Se ponen los medios necesarios para evitar que nos contagiemos.

5.- ¡Estoy agotada del virus! Pero creo que no soy la única. Está siendo muy duro para todos. Pasan los meses y no vemos el horizonte. Ha llegado la vacuna, pero ni siquiera sabemos cuándo estaremos inmunizados. Nos ha tocado vivir algo para lo que no estábamos preparados. Nos ha cambiado la vida de repente y cada día conocemos nuevos casos de personas que mueren o que quedan muy tocadas.

Nos está afectando a todos en mayor o menor medida, pero es verdad que en nuestro caso es más difícil mantenerse al margen. Tengo amigos que me dicen que hay días que se dan un descanso. Desconectan durante un tiempo de la información para poder coger aire. En nuestro caso eso es más complicado porque la información es nuestra herramienta de trabajo. Sueño con el día en el que podamos contar que todo este desastre ha terminado.

MAMEN MENDIZÁBAL

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1.- Lo primero que tuvimos que hacer fue estudiar. Entender casi de una forma básica como actuaban los virus en nuestro organismo para poder hacer las preguntas correctas. Nuestras mesas de expertos o los entrevistados son científicos y no analistas políticos. Eso es lo que verdaderamente ha cambiado. La tele se ha llenado de virólogos y epidemiólogos y de conocimiento científico.

2.- Es uno de los debates abiertos, desde luego. Hemos emitido imágenes muy duras pero muchos creen que había que enseñar las morgues o las UCI en su peor momento. Yo tengo mis dudas.

Creo que podemos generar un efecto de rechazo aún más a la información. Hay mucha gente que ya se dosifica los contenidos informativos, llevamos un año casi de pandemia y la realidad se está haciendo dura.

3.- En mi programa no pararon ni un día en pleno confinamiento. Resistimos como una aldea gala. Había días que íbamos ocho personas para sacar adelante el contenido, tuvimos un enorme sentido del compromiso y la responsabilidad de informar, de servicio público, y eso indudablemente tiene un coste emocional y personal

4.- He tenido miedo de contagiarme en general. De momento eso no ha ocurrido. Tenemos unos protocolos muy estrictos en la tele. Yo he restringido mi vida social al mínimo, para mi es más importante poder seguir viendo a mi padre y no ponerle en riesgo.

5.- Sí, tengo fatiga psicológica, es imposible no padecerla. EFE

bec/prb

(foto)

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