El Archivo Diocesano de Burgos abre al público y los investigadores en otoño

Las instalaciones del nuevo archivo diocesano de Burgos, que se sitúan en la planta baja de la Facultad de Teología, estarán a disposición de investigadores y público a mediados del próximo septiembre, han anunciado hoy en rueda de prensa los responsables de este centro.

La inauguración está prevista para el próximo 7 de julio, con la presencia del nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini, después de 17 meses de obras con una inversión cercana a los dos millones de euros.

Las nuevas dependencias han ampliado el espacio de conservación de 1.900 metros a 4.660 metros lineales, con posibilidad de aumentar en el futuro, ya que se han dejado dos salas sin amueblar.

El archivero Matías Vicario ha explicado que el objetivo es “conservar y preservar esta rica documentación y ponerla a disposición de los investigadores”, porque “el documento que no se hace público es como que no existiese”.

El año pasado se atendieron más de 8.000 consultas y se contabilizaron más de 1.200 personas interesadas en alguno de los documentos.

Dos archiveros oficiales y una ordenanza de la Consejería de Cultura de Castilla y León se ocupan de clasificar, ordenar y conservar todos los documentos en unas instalaciones que garantizan su conservación y seguridad.

El archivo diocesano de Burgos tiene por objeto la preservación de documentos procedentes de la actividad de la diócesis y los pone a disposición de la Iglesia y de los investigadores y estudiosos interesados en el pasado de la provincia.

Es un legado documental en constante crecimiento debido a nuevas aportaciones resultado de la actividad eclesiástica diocesana y la procedente de todas las parroquias de la provincia.

Son cientos de miles de documentos clasificados, ordenados en 4,6 kilómetros de estanterías, en las que se encuentran, entre otros, un privilegio rodado fechado en 1315 por el que el rey Alfonso XI concede privilegios al hospital del Emperador o el documento más antiguo, de 1011, sobre la fundación del Monasterio de San Salvador de Oña.

La diócesis de Burgos data de 1068 y, desde entonces, se generó una amplia documentación que empezó a constituir un primitivo archivo diocesano, al principio, junto al archivo catedralicio.

En 1812, durante la estancia de las tropas francesas en Burgos, el palacio arzobispal y su archivo sufrieron un incendio, provocando la desaparición de documentos.

Desde 1982 estaba en la casa episcopal, aunque ahora cambia de sede.