La argentina Sofía Quirós toma la muerte como eje de su ópera prima

El paso de la argentina Sofía Quirós por el Festival de Cannes tiene dos fechas clave: el año 2017, cuando proyectó su cortometraje “Selva”, y este, en el que ha presentado “Ceniza Negra”, aplaudida ópera prima en la que ahonda en la idea de la muerte.

Uno y otro tuvieron como marco la Semana de la Crítica, sección paralela del certamen cinematográfico francés.

El primero tomaba como título el nombre de su protagonista, una niña de 11 años que afrontaba la partida de su hermano mayor, y en este esa adolescente, encarnada por la misma actriz, Smachleen Gutiérrez, se enfrenta al inminente fallecimiento de su abuelo y a su inevitable separación.

“Son obsesiones que uno tiene. En lo personal he estado atravesando algunas situaciones familiares que llevan a eso y es lo que tengo fresco”, dijo a EFE la directora sobre su interés por la muerte.

Quirós (Buenos Aires, 1989) se mueve como en casa por la ciudad francesa. “Estoy muy relajada, ya conocemos todo, los espacios, la gente... Y muy emocionada, porque es muy distinto presentar un largo. Uno hace las películas para ese momento en que la gente en la sala se ríe, se conecta, le remueve algo por dentro”.

“Selva” fue una subtrama de “Ceniza Negra” que decidió rodar como ensayo de ese primer largometraje, coproducido por Argentina, Costa Rica, Francia y Chile.

En total, el proyecto ha tardado cinco años, que atribuye a la dificultad de encontrar financiación y al tiempo que necesitaba ella misma para madurar como realizadora.

Ambas se rodaron en la provincia costarricense de Limón, donde “hay una cultura afrodescendiente muy grande. La relación con la muerte es muy distinta, es una celebración de lo que fue la vida, con muchos rituales, con música alegre, alcohol, algunos elementos religiosos...”.

Y la naturaleza también juega en la cinta un papel importante, por “esta sensación que hay en los lugares de puerto, que tienen cierta magia pero también cierto deterioro que se huele, se siente y se ve”.

El proceso de rodaje, en el que todos eran actores “amateurs” salvo la protagonista que se estrenó delante de la cámara con “Selva”, se extendió durante 40 días, diez de ellos de ensayos y de inmersión en los respectivos personajes.

La directora tiene en mente ahora su próximo proyecto, para el que espera que no pasen otros cinco años y que “también tiene que ver con una niña y su visión de la muerte, pero en un contexto nocturno más de ciudad”.

Esta 58 edición de la Semana de la Crítica se abrió fuera de competición el miércoles con “Litigante”, del colombiano Franco Lolli.

El jurado está presidido por su compatriota Ciro Guerra y en liza también están, entre otras, “Nuestras madres”, del guatemalteco César Díaz, y el cortometraje “Lucía en el limbo”, de la franco-costarricense Valentina Maurel, que en 2017 ganó el premio de la sección de escuelas de Cannes con el corto “Paul est là”.