Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Arquitecta Marta Trigás: El virus anima a replantearse las condiciones de vida

Arquitecta Marta Trigás: El virus anima a replantearse las condiciones de vida
A Coruña —

0

A Coruña, 16 mar (EFE).- Según las nuevas directrices europeas, todas las viviendas que se construyen desde 2020 deben tener un consumo de energía casi nulo y la arquitectura, aunque se ha incorporado tarde al cambio, en la actualidad ya contempla ejemplos de cómo promover una construcción sostenible para la sociedad y las familias.

La crisis del coronavirus ha coincidido bien en el camino hacia lo sostenible porque “ahora la gente tiene que pasar más tiempo en sus casas y aprecia mucho estar al aire libre, así que el coronavirus ha hecho que se replantee en qué condiciones queremos vivir, y eso es positivo para la arquitectura sostenible, como lo son las casas pasivas”, asegura a Efe la arquitecta Marta Trigás.

Trigás (A Coruña, 1985) se ha especializado en la promoción de proyectos de arquitectura bioclimáticos, es decir, capaces de lograr bajos consumos energéticos y un alto confort mediante el uso de materiales respetuosos con el medioambiente y teniendo en cuenta las condiciones climáticas y culturales del lugar en el que se levanta el inmueble, aprovechando, entre otras medidas, las energías renovables.

A Marta le golpeó la crisis de la burbuja inmobiliaria, y la caída en picado de la construcción, tras licenciarse en la facultad de arquitectura de A Coruña y colaborar durante unos meses en despachos de arquitectura convencionales, en donde se dio cuenta de que a su generación le tocaba reinventarse porque el modelo “que había no encajaba conmigo”, ha comentado en una entrevista a Efe.

Lo que veía, antes de especializarse en el mundo de la sostenibilidad, era un tipo de construcción que se basaba en la realización de “superproducciones impersonales, donde los promotores explotaban al máximo el suelo”, ha asegurado.

La crisis económica “me pilló saliendo de la universidad”, revela Trigás, por lo que aprovechó para realizar un máster en la Universidad Politécnica de Barcelona y unos estudios complementarios en Bélgica que finalmente la llevaron a redirigir los proyectos que había aprendido en la facultad hacia otro proceso constructivo “sostenible y respetuoso con el medioambiente, que realmente me motiva, y que es el que aplico en mi día a día”, ha dicho.

En el último año, según se puede ver en la página web martatrigas.com, la arquitecta gallega ha logrado reducir 14.446,72 kgCo2/año gracias al modelo Passivhaus, un modelo “que ofrece el máximo confort y la máxima eficiencia energética, capaz de hacer que el consumo de la vivienda sea casi nulo”, ha afirmado.

Para conseguir esa eficiencia y el grado de sostenibilidad buscado, Marta Trigás ha explicado a Efe que sólo es posible “mirando muy bien el diseño que tiene la casa, dónde va a estar construida, cómo es la parcela, hacia dónde está orientada para aprovechar al máximo la energía solar, obtener ganancias térmicas en invierno y diseñar buenas protecciones solares para el verano”, ha explicado a Efe.

Una de las claves del diseño de estas nuevas viviendas es la correcta aplicación técnica durante la obra, ya que todas las acciones deben estar muy bien coordinadas de modo que “las fachadas, los suelos, la cubierta, es decir, la envolvente térmica de la casa, tiene que estar muy bien sellada para que no entre ninguna filtración de aire, como ocurre en las construcciones tradicionales; en estas casas, que llamamos pasivas, estas cosas no pasan”, añade con convicción.

Siguiendo paso a paso el modelo constructivo, la casa “se convierte en un termo”, apunta Trigás, y hace que se conserve la temperatura fresca en verano y cálida en invierno, lo que ahorra muchos consumos energéticos para calentarla o enfriarla; las ventanas también juegan un papel fundamental porque “la instalación de ventanas de altas prestaciones con vidrios bajo emisivos logra controlar correctamente la cantidad de calor que entra”.

Finalmente, la casa se complementa con un “sistema de ventilación que renueva el aire interior constantemente manteniendo las condiciones de confort interior”; para lograrlo, es necesario instalar una máquina que “recupera el calor y funciona como un pulmón que se encarga de sacar el aire viciado y lo cambia por otro limpio, renovándolo cada hora”, ha explicado.

Este pulmón artificial es para Marta Trigás un elemento que “hace magia”, porque además de filtrar y renovar el aire, su auténtico valor es ser capaz de “hacer ese intercambio sin incrementar la demanda de calefacción o refrigeración”, asegurando que “el ahorro no es sólo energético sino también económico, porque al final de mes se notará en la factura”, ha asegurado.

Marta Trigás asegura que los propietarios de estas casas se benefician del “confort y del ambiente saludable” que son capaces de generar, un beneficio que puede verse en zonas geográficas en las que el gas radón hace sus estragos de forma silenciosa, pero que en estos inmuebles no existe porque “el aire se renueva constantemente y los niveles de radón no llegan en ningún caso a los límites mínimos que establece la OMS”, ha confirmado.

En su opinión, este nuevo modelo constructivo responde a las necesidades del siglo XXI porque “es una arquitectura hecha para dar soluciones a la gente” y recalca que para hacer una buena casa bioclimática hay que saber “dónde se construye y para quién se construye, porque no es lo mismo construir para una familia de cuatro que para uno, o en Cataluña que en Galicia”.

La propuesta de Marta Trigás también puede aplicarse a casas y edificios construidos y cree que “rehabilitar el parque mobiliario de las ciudades es factible y algo que la administración debería impulsar”; en las casas de nueva construcción, el coste de esta nueva técnica sostenible ronda entre los 1000 y 1200 euros metro cuadrado y el coste anual de la factura eléctrica entre los 300 y los 500 euros.

Carlos Alberto Sánchez

Etiquetas
stats