Las campanas tañen en Zamora para alertar con su toque de la despoblación

Catorce localidades de la provincia de Zamora, algunas con graves problemas de despoblación, se han sumado este mediodía a una convocatoria para hacer que las campanas de distintos puntos de Europa suenen a la vez como forma de reivindicar la preservación del patrimonio etnográfico asociado al tañer.

La iniciativa, con la que además se promueve que el toque de campanas sea declarado por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad con carácter inmaterial, ha tenido en Zamora también un componente de llamada de atención hacia el mundo rural y la pervivencia de los pueblos, según han explicado los promotores de la iniciativa.

El peligro de desaparición de muchos pueblos afecta directamente a la pervivencia de la tradición del toque de campanas, ya que es en los núcleos rurales donde tradicionalmente se han utilizado las campanas como forma de realizar diferentes anuncios a los vecinos.

Desde el toque a difuntos o a la oración, hasta toques civiles para avisar de un fuego, de un peligro grave o para llamar a la fiesta, el tañer de las campanas ha constituido en el pasado una forma de comunicación que lleva asociado también un patrimonio material como el de los campanarios y las propias campanas.

Por ello, desde la asociación de campaneros zamoranos han querido reivindicar esta tradición y lo han hecho de forma coordinada con asociaciones de otras provincias españolas y de distintos territorios europeos con las que comparten el fin de preservar el toque de campana.

El tañer al unísono en distintos puntos de Europea de este mediodía se ha programado coincidiendo con la celebración en 2018 del Año Europeo del Patrimonio Cultural.

En Zamora, las campanas se han oído de forma ininterrumpida durante una hora tanto en la capital zamorana como en pequeños pueblos como Otero de Sariegos, una localidad de la reserva natural de las Lagunas de Villafáfila en el que sólo hay censado un vecino.

También se han podido escuchar en la ermita de la Santa Cruz construida al pie del embalse de Almendra por los descendientes del desaparecido pueblo de Argusino, que quedó anegado por las aguas al construirse el pantano.

El toque en esas dos localidades ha tenido una simbología especial como reflejo del problema demográfico que amenaza igualmente a otros pueblos zamoranos en los que han tañido hoy las campanas como Castillo de Alba (5 habitantes), Villarino de Cebal (9 habitantes), Sejas de Sanabria (20), Bamba (23) o San Román del Valle (49).

La asociación de campaneros zamoranos promueve desde hace tres años la difusión del patrimonio etnográfico ligado a las campanas y para ello dispone de un campanario portátil que lleva a diferentes puntos de la provincia para dar a conocer los distintos toques que existen y transmitir a las nuevas generaciones la tradición del tañer de las campanas.