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De cantar para subsistir a convertirse en “Fosforito”, un dios del flamenco

De cantar para subsistir a convertirse en "Fosforito", un dios del flamenco
Málaga —

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Málaga, 11 jun (EFE).- Aquel chaval de 12 años que durmió alguna noche en el calabozo, arrestado por cantar para subsistir, se convertiría con los años en “Fosforito”, un dios del flamenco que ha contribuido a la dignificación de este arte y lo ha sacado de los ambientes marginales en los que quedó tras la Guerra Civil.

Esta trayectoria vital y artística queda recogida en el documental “Fosforito, una historia de flamenco”, dirigido por Alejandro Fernández Barrientos, hijo del cantaor, y que se presenta este viernes en una sesión especial del Festival de Cine en Español de Málaga.

“No había hasta ahora ningún documental sobre él y quería aprovechar el acceso que tengo a mi padre y a su archivo personal para ver un aspecto más humano, no tan formal ni flamenco”, explica Fernández Barrientos en una entrevista con Efe.

Revela que su padre casi nunca cantaba en casa, y solo cuando en ocasiones como el festival Torre del Cante “pasaba por allí gente como Camarón, cantaban un poco o entonaban”.

“En casa lo he visto escribiendo letras en el despacho y, siempre, tocando la guitarra. En mi casa, para sentarte tienes que quitar una guitarra. En casa puede hacer un poco de voz, calentar un poco, pero solo canta para el público”, señala Fernández Barrientos.

La Guerra Civil “dejó el flamenco en un sitio que no le correspondía”, porque antes de la contienda había “grandes tablaos y el flamenco funcionaba”, pero después estaba “muy mal visto y reducido a ambientes marginales, se cantaba en tabernas y en ventas, a escondidas, y todavía se ve en algunos sitios el típico cartel de 'Prohibido el cante'”.

Fue el Concurso Nacional de Cante Jondo de 1956, en el que “Fosforito” arrasó, el que “recuperó” el flamenco, porque a partir de ese momento empezaron a surgir festivales y nuevos cantaores.

De “Fosforito”, un gran lector desde niño, “cuya formación ha sido la lectura y la vida”, según su hijo, se resalta que ha conocido durante su carrera a muchos cantaores, “unos mejores y otros peores, pero de todos ha sabido sacar algo”.

“Esa memoria prodigiosa que tiene le hace ser como una esponja. Le preguntas cualquier dato y te lo dice con pelos y señales, porque es la Wikipedia del flamenco”, apunta Fernández Barrientos, que cree que su padre “ha sabido como nadie poner su sello y llevarse los cantes a su terreno”.

Entre los nombres de primera fila que han trabajado con él, Paco de Lucía, con quien tuvo “mucha amistad” y una colaboración de “muchos años” paralela a la etapa del guitarrista junto a Camarón.

Y llegó en 1999 el momento de la retirada, una nueva muestra de honestidad de “Fosforito” después de no haberse guardado un ápice de voz en ningún cante, y antes de que pudiera dar una imagen que no fuera acorde al resto de su trayectoria.

“Después de tantos años de carrera, no podía dejar una mala imagen. Ahora está mejor que en aquella época, cuando llevaba toda la vida forzando la voz. Fue muy honesto y no quiso dejar una mala imagen”, afirma a Efe su hijo.

José Luis Picón

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