A la carrera y en tacones para reivindicar “respeto” en el Orgullo

Con el vestido hecho un guiñapo, la peluca descolocada, el bolso en el hombro y unas botas negras, 'Lagarta' ha atravesado este jueves la meta de la ya tradicional carrera de tacones del Orgullo LGTBI en la madrileña calle Pelayo, donde se ha erigido ganador para reivindicar “respeto”.

“Esto es una manera de reivindicar que todo el mundo puede hacer lo que quiera con respeto. Soy yo, y la gente me tiene que querer, si no le gusta que mire para otro lado, pero con respeto. Todos tenemos que convivir y respetarnos”, cuenta el ganador momentos después de atravesar la meta en una edición muy reivindicativa.

Minutos antes de las seis de la tarde, centenares de curiosos y turistas se han congregado en una calle Pelayo engalanada con banderas y colores en honor a la XXII edición de la competición, en la que este año han participado más de 25 personas.

La anfitriona de la prueba ha sido, como siempre, la drag queen Chumina Power, que en una conversación con Efe se mostraba muy feliz de poder celebrar el evento un año más y advertía a los participantes: “No pagamos odontólogos”.

Y es que, aunque no hay un requisito de altura determinado, todos los tacones que han paseado superaban los diez centímetros.

Domingo Armas, que se hizo con el primer premio el año pasado, ha llegado preparado para sortear de la mejor forma posible el mal estado en el que están algunos de los adoquines de la vía: varios centímetros de cinta adhesiva aseguran a sus pies unos zapatos negros y con borlas de colores que él mismo ha diseñado.

“Es la primera vez que participo y estoy muy nervioso porque todo el mundo parece muy preparado”, cuenta Rosa Yankee, que ha viajado desde Miami para disfrutar de los primeros días del Orgullo y tan solo ha podido entrenar en los pasillos de su hotel.

A las seis en punto han dado comienzo las cuatro carreras clasificatorias para la final. En grupos de cinco, los participantes han competido sólo con sus tacones, un requisito al que en la última prueba se ha añadido el de calzarse un vestido, una peluca y un bolso que tenían que recoger mientras corrían.

“¡Hay una chica!”, ha gritado Chumina Power mientras amenizaba la carrera micrófono en mano en un escenario, desde donde ha recordado que todo el mundo puede participar en esta carrera que espera poder seguir organizando “gobierne quien gobierne”.

Tras una última prueba con esguinces de tobillo y caídas de por medio, Lagarta de Lanzarote, Ángel Rocinanta y Armas han conseguido dejar atrás a otros cinco finalistas y se han hecho con el primero, segundo y tercer puesto, respectivamente.

Rocinanta, que ha llegado con el cuerpo lleno de mensajes como “345 agresiones homófobas en Madrid”, ha querido rescatar el espíritu reivindicativo de esta fiesta que ya señalaba Lagarta y al que también se ha sumado Armas, que ha recordado los 50 años de lucha LGTBI.

Los tres han subido al escenario para recibir sus bandas y Lagarta ha recibido el primer premio que, además de los regalos aportados por los comerciantes de la calle Pelayo, incluye dinero en metálico que él destinara a su equipo de 'frisbee'.

Finalizada la entrega de galardones, los corredores se retiran para revisar sus tobillos mientras que Pupi Poisson, entre encendidos aplausos, sube a las tablas para cantar uno de sus temas con Chumina Power.

La carrera ha terminado, pero el Orgullo continúa en Chueca, con o sin tacones.

Marta Pérez-Cejuela