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El circo exige “desagravio” y pide “respeto” para el “más difícil todavía”

"Quien cuestiona el circo como arte escénico es que no tiene referentes culturales", asegura en una entrevista con EFE Genís Matabosch (en la imagen), director y fundador del certamen, uno de los cinco mejores del mundo, y que reúne en su novena edición a 84 artistas de 12 países bajo una carpa situada en el Camp de Mart de Girona.

EFE

Girona —

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El “más difícil todavía” es el alma del Festival Internacional Elefante de Oro que se celebra en Girona porque los 24 números “de excelencia” que se exhiben en el certamen más importante de Europa son la quintaesencia del circo, un arte escénico “agraviado” que reclama “respeto”.

“Quien cuestiona el circo como arte escénico es que no tiene referentes culturales”, asegura en una entrevista con EFE Genís Matabosch, director y fundador del certamen, uno de los cinco mejores del mundo, y que reúne en su novena edición a 84 artistas de 12 países bajo una carpa situada en el Camp de Mart de Girona.

En esta ocasión, el festival, que cuenta con 400 000 euros de presupuesto y para el que se ponen a la venta más de 36 000 entradas, homenajea los 50 años de la primera visita del Circo de Moscú a España, en concreto a Madrid y Barcelona.

La efeméride debería haber tenido, a juicio de Matabosch, una gran repercusión “pero, claro, si tenemos en cuenta que por el 250 aniversario de la creación del primer circo solo se hizo un sello...”, ironiza el que “probablemente” tenga el mayor archivo dedicado a ese arte escénico de Europa.

Recuerda que la primera visita que hizo una compañía rusa a Europa fue en 1956 “y en España el franquismo no dejó que vinieran hasta 1970, algo que logró el empeño de los Feijoo Castilla -los empresarios entonces del Price- y Juan Carcellé”.

Aquel circo, de un nivel técnico y artístico “muy superior a lo que el publico español estaba acostumbrado”, con sastres, músicos y coreógrafos trabajando para ellos, tuvo “un éxito tan grande” que la visita se repitió en el 73 y en el 77 y dos veces más en el 92 pero ya no han vuelto en su formato convencional.

“El agravio que sufre el circo en España es muy difícil de entender cuando se compara, por ejemplo, con la danza. La llegada de los ballet rusos de Dhiagilev se celebró por todo lo alto y esto pasa casi desapercibido”, compara.

En Rusia, explica, hay 40 grandes circos “a pleno rendimiento”, pero en otros países el cambio en los gustos del público, la falta de modernización de muchos de ellos, todavía muy próximos a las ferias, ha ido acabando con ellos, “sobre todo con los mediocres”.

El circo tradicional, el que explota la idea “de la adrenalina de lo extremo”, sigue descansando en las “grandes disciplinas”, es decir la acrobacia, el equilibrio, los malabares, las atracciones aéreas y sensacionales y la comicidad, una vez desaparecidos los animales de las pistas.

“El circo de calidad es lo único que puede recuperar al espectador, al que se ofrece no solo un espectáculo sino una experiencia global con instalaciones confortables, climatización, luz y sonido de altura y, por supuesto, buenos números”, detalla.

En el festival presentan exclusivamente números que no se han visto en Europa, y por eso todas las compañías son de países como Rusia, Estados Unidos o México: “es muy difícil que una atracción llegue a su madurez sin público, por eso vienen todas de fuera”.

El formato del festival es el de “un mosaico de atracciones” en el que cada una dura entre 5 y 10 minutos y cada día participan 12 compañías, que son puntuadas por un jurado internacional.

En esta edición, diez de los números proceden de Rusia y entre ellos destacan los de la Troupe Sherbakov, que hará malabares en grupo; Deserve to Fly, “portor coreano”, el dúo Mikhailova, de la mítica compañía Rosgoscyrk, con telas aéreas y la Troupe Volozhanin, funambulismo en escala.

También desde Rusia, el dúo Anishchenko hará cintas aéreas, lo mismo que Closing eyes, la pareja que protagoniza el cartel de la novena edición del festival, y el trío Poselskii, de Yuketia, se ocupará de la barra rusa.

Desde México, Luis Gerardo Cuevas hará malabares; de Cuba son Iyolezan Torres y Amalia Cruz, el dúo Dádiva, que debutarán en Europa con su “rola rola” con percha y las argentinas Argendance Girls usarán las bolas gauchas.

El estadounidense Wesley Williams dará vueltas a la pista encima del monociclo más alto del mundo, de 8,5 metros; el bielorruso Vladimir Ivanov hará el “rola rola” aéreo; los ucranianos Maxim & Ruslana harán mástil aéreo Mientras que la Hassak Troupe, de Kazajistan, hará equilibrios en escaleras.

Los chinos Anhui Acrobatic Troupe ofrecerán un número de equilibrio de bancos sobre la frente y saltos círculos, y la Yinchuan Acrobatic Troupe acrobacia en bicicleta y monociclos gigantes.

Por Concha Barrigós.

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