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“Ortega y Pacheco es mucho más punk, descerebrado y visceral que Ranciofacts”

El dibujante Pedro Vera / Foto: ¡Caramba! Cómics

John Tones

Es el Emperador de lo Rancio. Sus cómics son el Xanadú de la idea-fritanga y del pensamiento con fecha de caducidad ya más que pasada. Pese a llevar más de dos décadas generando los tebeos más españolazos del globo, que podrían entenderse como el reverso oscuro y oloroso del Capitán Trueno, el murciano Pedro Vera (1967) solo tiene un par de obras en su haber, ambas publicadas casi en su totalidad en el semanario satírico El Jueves.

Una de ellas es Rancio Facts, que desde hace cinco años analiza temáticamente la multicopista cerebral que nos ayuda a afrontar lo cotidiano a (rancio) golpe de ideas de segunda mano, frases hechas y costumbres cuñadas. La incubadora de todo ello fue Ortega y Pacheco, una serie de contundentes historias de salvajismo mediterráneo que arremetía a base de cuesco y eructo contra el famoseo televisivo, la clase política y la estulticia generalizada.

Cima del humor zafio y grotesco, las andanzas de los dos personajes están siendo ahora reeditadas por ¡Caramba! en una serie de tomos integrales, irónicamente denominados Deluxe. Ironía no porque no lo sean, sino por la grasaza conceptual y el pestazo a Varón Dandy que desbordan. Aprovechando su presentación en Madrid nos acercamos a hablar con Pedro Vera sobre esta recopilación y su carrera.

En la presentación había mucha alegría por la edición en condiciones, al fin, de Ortega y Pacheco.Ortega y Pacheco.

Estoy muy contento porque desde 2010 no se sacaba nada. El Jueves sacó con unos diez tomos o así en su día. El problema es que cuando en 2010 RBA compró El Jueves, quería comerse el kiosco, hacer una cosa nueva. Sacaron dos recopilatorios más lujosos en tapa dura. Pero luego empezaron a ir mal las cosas en la editorial y pasaron a sacar recopilatorios de calidad ínfima, a tamaño reducido.

¿Cómo surge la idea del Deluxe?Deluxe

En una presentación de Ranciofacts 1 vi a Fernando de Astiberri y me comentó la posibilidad de sacar Ortega y Pacheco en condiciones. Un año después se lo comenté a Manuel Bartual de ¡Caramba!, que está asociada a esta editorial. Había una cantidad ingente de material desde el año 96, gran parte de él sin escanear. Hubo que readaptar a formato vertical cosas que se habían publicado originariamente en El Jueves apaisadas.

Ha sido un trabajo enorme porque hemos querido meter absolutamente todo: el Deluxe serán cuatro tomos, de los que el último será la guinda, ya que incluirá pósteres, ilustraciones y todo el material, aparte de los cómics, que he hecho de estos personajes.

Una de las sorpresas de este primer tomo, con los orígenes de la serie, es el descubrimiento de que Ortega y Pacheco comenzaron en el diario murciano La Opinión. No parece el lugar más adecuado para una historieta tan salvaje...Ortega y Pacheco

Sí, un amigo que ya falleció hace unos años, José Manuel Campillo, trabajaba en La Opinión. Era un poco el 'Manuel Darías' de Murcia. Lo conocí después de participar en el certamen Murcia Joven y a partir de ahí empecé a publicar Ortega y Pacheco cada quince días en el diario. Nos repartíamos el mes entre dos dibujantes, Manuel Martínez, que no se dedica a esto profesionalmente, y yo. Era muy gracioso cuando iba a entregar, porque por entonces aún se llevaban físicamente las páginas a la redacción. Cuando yo llegaba la gente se volvía: “Es ese, es ese”.

¿Cómo dieron el salto los personajes a El Jueves?

En La Opinión conocí a Guillermo, que por entonces era el jefe de publicidad del diario. Fue un flechazo: se obsesionó con lo que yo hacía y se empeñó en concertar una cita con Miguel Ángel Martín, por entonces director de El Jueves, que me dijo por teléfono que yo “no era Jueves”.

Yo no insistí demasiado en entrar en El Jueves, fue el propio Albert Monteys, cuando ya llegó al puesto de director, el que me llamó. Yo había abandonado por completo el dibujo, porque no he seguido la carrera estándar de los dibujantes: no he pasado en la vida por una facultad de Bellas Artes, mi rama es el Derecho. Me dejé la carrera con cuatro asignaturas, pero ya andaba opositando. De hecho, cuando me llamó Monteys estaba en plena Oposición. Le dije literalmente: “No me hace mucha gracia porque yo ya he pasado página, pero si quieres podemos probar a republicar algunas de estas páginas, no voy a hacer nada expresamente para la revista”.

Y salió bien la cosa. A partir de entonces tuve algo más de libertad en términos de salvajismo, en La Opinión aún me contenía un poco por ser un diario de orientación generalista.

Si es posible decir tal cosa, se aprecia una evolución desde Ortega y Pacheco a los actuales Ranciofacts. No solo por el tipo de historia que se cuentan, sino con el propio tono.Ortega y PachecoRanciofacts

El estilo Pedro Vera siempre ha estado ahí. Ortega y Pacheco, por la edad con la que lo hice, es mucho más punk, descerebrado y visceral. Las cosas iban directamente de las tripas a las manos, sin filtros. Ahora no es que el humor esté más pulido, pero no es tan salvaje. Como lo que hago ahora es más costumbrista, intento no marginar a nadie. Depende del tema y del Rancio que sea, puedo ser más o menos sangrante, e incluso llegar a tomar partido a favor del Rancio que esté tratando. En general intento que nadie se vea apartado, e incluso estoy empezando a acuñar el término 'Rancio Pride', el Orgullo Rancio.

También ha cambiado la técnica de dibujo.

Con Ranciofacts, desde finales del tercer libro me puse con la tecnología digital y el color. Ahora el trazo es mucho mejor, aunque a menudo no se note en el resultado final. Además, he recuperado el gusto a dibujar: llevaba una temporada que le había pillado asco al dibujo, a todo el proceso de escanear, borrar y demás. Con la tecnología digital he recuperado la afición a la propia tarea de dibujar.

De hecho, ya la última etapa de Ortega y Pacheco estaba más cuidada a nivel de dibujo, ¿no?Ortega y Pacheco

Cuando entré en El Jueves me esforzaba mucho, dibujaba muy bien porque quería causar muy buena impresión. Según fue avanzando el tiempo ya era según me pillaba, a veces me daba igual. En otras ocasiones me ponía a experimentar con texturas, a veces quedaba mejor, otras peor... Y el último año, con la presión de que a lo mejor Ortega y Pacheco dejaba de publicarse, sí que dije: “Bueno, por lo menos que el dibujo sea la leche”.

Porque Ortega y Pacheco desaparecieron al no contar con el apoyo de los lectores en las encuestas.Ortega y Pacheco

Fue otra de las innovaciones de RBA: contrataron a un servicio de encuestas semanales. Esto se hacía antes anualmente, para más o menos tener una orientación de qué les gustaba a los lectores, en el especial de verano de El Jueves. Pero decidieron que querían tener un seguimiento mucho más exhaustivo. Incluso introdujeron la posibilidad de recibir negativos, así que sabías que el que te tenía enfilado te iba a crucificar a negativos.

Ortega y Pacheco aguantó un año así. Mayte, la directora de la revista después de Monteys, me decía: “Esto no remonta”. Y yo le respondía como se dice a los albañiles cuando van a hacerte la obra: “Jefe, a mí no me cuente lo que va a hacer, hágalo y déjeme en paz”. Hasta que llegó un momento en que lo quitaron, y lo cierto es que fue de las secciones que más revuelo causó al ser cancelada. Yo decía como El último de la fila: “Dónde estabas 'entonses' cuando tanto te 'nesesité'”.

El caso es que muchas de las cosas de Ranciofacts las fui probando en ese último año de Ortega y Pacheco, y se estrellaron igual. Luego repetí los mismos chistes en Ranciofacts y gustaron mucho.

Hay un detalle inevitable a la hora de hablar de Ortega y Pacheco y es su tremenda murcianidad. ¿Resulta más graciosa Murcia que otros parajes de España?

Yo creo que reírse de donde eres debería ser una cosa común en todos los rincones de España, y eso es algo de lo que pueden presumir los murcianos. Al menos nosotros nos damos cuenta de las dificultades de asomar la cabeza en un sitio como Murcia. Pero yo creo que no se salva ni un palmo de España. De alguna manera, con todo lo brutos que somos, algo de la situación geográfica y de la influencia de la cultura árabe, más refinada, nos salva de ser como los de otros sitios que a mí me parecen mucho más cerriles y de la España profunda.

Murcia es el puñetero Renacimiento comparada con Tordesillas o Valladolid. Parece que se ha puesto de moda reírse de Murcia, que somos el nuevo Lepe, pero dejando aparte el tema político, que somos feudo pepero y tal, yo no creo que sea para tanto.

Pero sí que se ha explotado mucho en Ortega y Pacheco.Ortega y Pacheco.

Claro, pero porque es lo que conozco. A veces en La Opinión me decían: “¿Tú crees que esto se va a entender?”. Las palabras, el “pijo”, los lugares... Pues claro que sí, por qué no.

Pese a llevar dos décadas dibujando sin parar, lo cierto es que solo hay dos obras básicas de Pedro Vera, Ortega y Pacheco y Ranciofacts. ¿Cambiará la situación en un futuro? Ortega y PachecoRanciofacts

Tengo muchos proyectos. El cuarto Rancio, pero no en la cita anual de octubre, porque este año ya no hay suficiente material. Aparte tengo un montón de Rancios que he ido separando sobre cine para sacar un volumen especial del tema. Y luego hay algo de lo que no voy a contar nada, que no es de humor en absoluto, pero le queda mucho aún, un par de años. ¡Y lo empecé en el 87!

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