“Crónico”, el desamor desde la comicidad

Madrid, 1 oct (EFE).- El amor, el desamor y la música de Chavela Vargas están presentes en la obra de teatro “Crónico”, una comedia que habla acerca del amor después del amor, “esa nada llamada desamor”, un estado donde no sabe sí está viviendo o soñando una pesadilla.

En esta pieza de teatro “se pone en cuestión hasta donde uno es capaz de llegar para sentirse bien”, explica este viernes en nota de prensa Mariano Rochman, autor de esta comedia donde “uno no sabe sí está viviendo o soñando una pesadilla; sintiendo que, sin esa persona amada, la vida no tiene sentido”.

Mariano Rochman escribe y actúa en este montaje junto a Gloria Albalate, quien canta boleros y rancheras de Chavela Vargas, con la música en directo de Alex Tatnell.

Dirigida por José Maya, “Crónico”, que estará en el teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, del 14 al 31 de octubre, lleva en su argumento el desamor de Daniel, quien tras romper con su pareja, decide pedir ayuda a una terapeuta con técnicas innovadoras para superar su problema crónico con el desamor.

“Al atravesar una ruptura nos enfrentamos al miedo a la soledad, generalmente, ese temor va acompañado de la idea de sentirnos rechazados”, explica Mariano Rochman.

Sesión tras sesión, “él irá metiéndose en una terapia desconcertante donde tendrá que entregarse al ciento por ciento a las extravagantes propuestas y pedidos de la terapeuta”, cuenta Rochman.

“Sí, se puede ser adicto al amor o a una mujer. No sólo al alcohol o las drogas, te diría que se puede ser adicto a casi cualquier cosa… Y siento que no lo puedo controlar…”, añade Rochman parafraseando al personaje.

Cuando ese sentimiento de desamor se vuelve obsesivo podemos decir que tenemos un problema, “y en la mayoría de los casos precisamos un punto de vista exterior que nos ayude a canalizar lo que ha pasado de ser un obstáculo en nuestras vidas a un agujero del que no sabemos salir y nos mantiene en la desesperación”, añade.

“Crónico” invita a presenciar una extraña relación terapéutica que desemboca en una disparatada experiencia vital. “Cuestiona hasta dónde somos capaces de llegar en la búsqueda de la sanación emocional”, concluye.