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El director de la DGT: el coronavirus, un empujón a ciudades más humanas con menos coches

El máximo responsable de Tráfico, Pere Navarro, durante la entrevista.

EFE

Madrid —

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“Hemos visto la ciudad silenciosa, limpia y tranquila y el ciudadano no se va a resignar al ruido, la congestión y la contaminación”. Con esta frase el director general de Tráfico, Pere Navarro, resume en una entrevista con Efe cómo el estado de alarma ha servido de “empujoncito” hacia la nueva movilidad, donde el coche dejará de ser el protagonista.

En una entrevista con Efe a 72 horas de que se ponga fin al estado de alarma y se permita al movilidad de todos los ciudadanos, Navarro analiza las lecciones que nos deja la pandemia, repasa el comportamiento de los conductores durante el confinamiento y desgrana algunos de los nuevos proyectos de su departamento para la nueva normalidad y los que se reactivarán tras la crisis sanitaria.

EL RETO DE LOS DESPLAZAMIENTOS

Navarro tiene claro que, como consecuencia de la crisis, va a haber menos desplazamientos, porque, entre otras cosas, las empresas establecerán horarios flexibles, impulsarán el teletrabajo y las reuniones telemáticas y la actividad económica se resentirá.

Se calcula que cuando el PIB (Producto Interior Bruto) de un país disminuye un 1 por ciento por la situación económica, los movimientos en coche lo hacen también en la misma proporción. “No hay más que mirar lo que pasó en 2008 con la crisis; durante cuatro años bajó el tráfico”, recuerda el responsable de la DGT.

Navarro reconoce que en esta nueva etapa habrá que intentar “aplanar” la curva de la demanda de transporte, porque sigue habiendo un problema en los medios públicos y en las entradas y salidas de las grandes ciudades entre las siete y media y las nueve de la mañana.

Un problema que insta a resolver entre todos, cambiando horarios de trabajo, reforzando a primera hora de la mañana el transporte público e incentivando al conductor para que no viaje solo. “Mover 1.000 kilos para desplazar a una sola persona no es eficiente: consume y contamina”.

“Solo con que dos personas ocuparan cada vehículo se produciría la mitad de emisiones y la mitad de tráfico. Habrá que dar algún tipo de premio (compensación) a quien lleve el coche lleno”, apostilla Navarro.

Reconoce que los ciudadanos pueden tener miedo al contagio de la covid “porque lo que ha habido es muy fuerte”, pero “con prudencia y cuidado” y sin obsesión se puede viajar en transporte público o compartir coche.

“La alternativa no es que todo el mundo vaya en coche. Ni cabe, ni puede ni toca. No vamos a tirar para atrás veinte años de política de movilidad. Hay alternativas”, resalta.

UNA OPORTUNIDAD PARA REORGANIZAR EL ESPACIO VIARIO

Y en este escenario “caminar va a ir a más”, como se ha comprobado en la desescalada.

Al mismo tiempo, cree que las ciudades irán progresivamente hacia la recuperación de espacios destinados ahora a los vehículos “pintando carriles para bicis y ganando espacio en las aceras para terrazas o para peatones”, entre ellos los mayores, que “caminan mucho y haríamos bien en darles un especial cariño y atención después de todo lo que han sufrido”.

Un reorganización de las vías en las que se afanan todas las ciudades, restando plazas de aparcamiento, ensanchando las aceras y, como ha ocurrido durante el estado de alarma, cerrando calles los fines de semana para el disfrute ciudadano.

Se esfuerzan también en ampliar el número de calles limitadas a 30 kilómetros por hora e, incluso, a 20, y en diseñar carriles para la bicicleta, una buena alternativa, según Navarro, para recorrer distancias razonables.

Incluso en ciudades como Madrid, con un trazado menos idóneo para la bici. “Ya no hay excusa para no usarla, porque la eléctrica resuelve estos problemas”, añade el director de Tráfico.

No obstante, y pese a que se habla mucho de este medio de locomoción, en España aún no se usa lo suficiente, lamenta Navarro, antes de expresar uno de sus deseos: “Ver a ejecutivos con camisa y corbata en bici y a señoras mayores como en Dinamarca y Holanda”, ya que en España la bicicleta se asocia aún a gente joven y alternativa.

Poco a poco, continúa Navarro, veremos cómo desaparecen señales de tráfico para los coches, semáforos y otros obstáculos. Como desaparecerán también, vaticina, los patinetes, las motos y las bicis de las aceras.

HACIA LA PROTECCIÓN DE LOS MÁS VULNERABLES

En suma, la nueva movilidad aparca el coche para dar salida a los usuarios más vulnerables: peatones, ciclistas y motoristas.

A ellos, y por encargo del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se dirige uno de los nuevos proyectos de la DGT, que está trabajando en la revisión del Reglamento de Circulación para proteger a estos colectivos.

Porque como dice Navarro, en la actual normativa el peatón, por ejemplo, “es visto como un obstáculo” para la circulación.

¿Se contradice esta filosofía con el plan del Gobierno de incentivar la compra de coches? Navarro entiende “perfectamente” que haya ayudas al sector por todo lo que supone para la economía nacional, ya que la automoción representa el 10 por ciento del PIB y otro tanto del empleo y “con las cosas de comer no se juegan”.

De todos modos, “España no es Madrid ni Barcelona, en muchas ciudades el coche es imprescindible y abre posibilidades de empleo”, destaca Navarro, quien en cualquier caso, considera que si bien en el siglo XX el automóvil fue el gran protagonista de todas las innovaciones, el siglo XXI “es otra cosa”.

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