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El Museo del Diseño reinterpreta el Modernismo en clave de “cultura del diseño”

El Museo del Diseño reinterpreta el Modernismo en clave de "cultura del diseño"
Barcelona —

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Barcelona, 11 nov (EFE).- El Museo del Diseño de Barcelona muestra, por primera vez, una reinterpretación del Modernismo en clave de “cultura del diseño”, repensando los objetos desde la idea, las técnicas de producción y los materiales, la promoción, la difusión y su uso.

Unas 370 piezas se exhiben en una exposición de carácter semipermanente, que fija el Modernismo catalán como “inicio de la cultura del diseño”, ha destacado este miércoles en la presentación Mireia Freixa, comisaria de la muestra junto con la directora del museo, Pilar Vélez.

Además de enmarcar en el contexto europeo y destacar los nexos y la singularidad del caso catalán, la muestra aporta una nueva interpretación del Modernismo partiendo del papel protagonista que tuvieron las artes decorativas y aplicadas, artesanas e industriales, entre el debate arte-industria del siglo XIX y el concepto de diseño del siglo XX.

Para Mireia Freixa, tras el sentido de esta exposición se encuentra el debate sobre “la idea del diseño antes del diseño”.

El mueble es el gran protagonista de las industrias artísticas, ya que contribuye, como dice la comisaria, a “ofrecer una visión unitaria de todas las artes” y además su diseño funcional lo acerca a los principios del Art Nouveau.

En el mobiliario expuesto figuran trabajos de talla como los singulares de Gaudí, la marquetería, característica de Homar, y el pirograbado, distintivo de Eusebi Busquets, pero utilizado también por Ribas, todas ellas técnicas de larga tradición en Cataluña.

Centrada en el gran esplendor modernista de finales del siglo XIX y el inicio del siglo XX, la exposición continúa mostrando el vínculo entre el Modernismo y el Novecentismo y su vindicación de la tradición artesana autóctona.

En el arte del vidrio, el vitral tuvo un desarrollo extraordinario a raíz de su aplicación en el interior de los hogares, más allá de los templos donde no se había perdido nunca el oficio.

En este ámbito convivieron la técnica del vitral emplomado de A. Rigalt y Cía, luego Rigalt, Granell y Cía; o la nueva técnica de la tricromía o superposición de tres placas de vidrios de colores primarios, ejecutada por el taller Amigó en proyectos de Gaudí.

El recorrido cronológico prosigue con el racionalismo y la modernidad de raíz mediterránea del movimiento arquitectónico GATCPAC, muy crítico con el Modernismo, pero sensible al artesanado y puerta de entrada al diseño moderno, y un símbolo en la exposición es la butaca Modelo GATCPAC (1936), que combinaba el uso de madera de roble y cordel con las formas racionalistas.

En una de las secciones de la retrospectiva se muestran las técnicas artesanas tradicionales puestas en manos de los artistas, que encontraron una nueva vía de expresión contemporánea que llega hasta hoy, con piezas cerámicas de Picasso o Joan Miró.

Como colofón, la exposición recoge la recuperación del Modernismo desde mediados del siglo XX hasta la actualidad: desde los años sesenta hasta ahora ha tenido lugar una reivindicación del Art Nouveau y del Modernismo, tanto a través de la historia del arte y el patrimonio como desde el diseño.

Esta corriente recuperadora ha llevado a la difusión internacional y al reconocimiento de ciertos objetos como “clásicos del diseño” y el resultado de este hecho son las reediciones de piezas notables, también representadas en la exposición.

Entre las piezas exhibidas destacan fondos patrimoniales que se presentan por primera vez: el conjunto del mobiliario del comedor del arquitecto Jeroni Granell, piezas y documentos de la firma Escofet, un marco de Rafael Masó de grandes dimensiones, o una lámpara Déco de laca urushi de Lluís Bracons.

También se pueden contemplar piezas representativas y singulares como el escaño neogótico de San Jorge de los talleres José Ribas, algunas piezas cerámicas del Palau de la Música, una jarra de cerveza de la taberna de Els 4 Gats o los dibujos originales de las marqueterías de la casa Lleó Morera, obra de Josep Pey.

La muestra pone de relieve igualmente la obra de algunos dibujantes proyectistas, como el mismo Pey, Mateu Culell, Víctor Brosa, algunos bastante desconocidos, o el también arquitecto Jeroni Granell.

Asimismo se exhiben una serie de piezas de Gaudí, expuestas por primera vez en el Museo del Diseño, donde se conservan tras el préstamo en comodato de la Cátedra Gaudí de la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña.

La recuperación de Gaudí tras la Guerra Civil fue el inicio de la persistencia del Modernismo más allá de su época, a través de la atracción por las imágenes populares del pasado gráfico llevado a cabo por el pop, el neoliberty, el arte psicodélico y la cultura de masas de los años 60 y 70, que descubrieron las formas sinuosas y la tipografía caligráfica del Art Nouveau; o también a través de la reedición de piezas emblemáticas de Jujol, Gaudí, las joyas Masriera, Lambert Escaler o Dionís Renart.

Al mismo tiempo, en Barcelona surgió el grupo conocido como la Gauche Divine, procedente de la burguesía ilustrada y cosmopolita, estrechamente vinculada a la industria cultural catalana. El icónico logotipo de la discoteca Bocaccio (1967-1985) de la calle Muntaner y el grafismo publicitario de la película Tuset Street se hacían eco del Art Nouveau que, divulgado por el movimiento pop, se puso de moda en Europa.

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