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El Niño de Elche lanza un cante contra el individualismo en Fira Mediterrània

El Niño de Elche lanza un cante contra el individualismo en Fira Mediterrània
Barcelona —

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Barcelona, 10 oct (EFE).- El cantaor e indisciplinado “performer” Niño de Elche, el batería de Los Planetas Eric Jiménez y el artista Marc Sempere Moya serán los maestros de ceremonias de “Comunión”, un ritual pagano que se oficiará en Fira Mediterrània y que busca “disolver la individualidad”, según ha dicho Sempere a Efe.

Un ritual pagano, pero con gramática religiosa, que se celebrará el 15 de octubre en una nave de la antigua fábrica L'Anònima de Manresa, un espacio sin sillas ni gradas, presidido por un altar con una fuente, de la que saldrá el agua con el que se hará la eucaristía que dará inicio al espectáculo.

“Espectáculo quizás no sea la palabra correcta para definirlo -ha aclarado Sempere-, porque no es una pieza escénica ni un concierto, sino un ritual que busca que todos los presentes sientan que forman parte de algo más grande que ellos, de un cuerpo común”.

La liturgia católica es un pozo de sabiduría en lo que a crear comunidad se refiere, según el artista, así que, a pesar de que el uso que hace la Iglesia de la sensación de unión está muy lejos del objetivo de este montaje, la estética religiosa está muy presente.

“La sensación de unión puede ser muy palpable en una manifestación, en un partido de fútbol, en un concierto..., pero también en una procesión”, según Sempere, que en su película “Niño de Elche” ya utiliza este rito para “generar lo común”, en colaboración con Ernesto Artillo, que es también el diseñador del espacio escénico y el vestuario de “Comunión”.

En el montaje que estrenarán en Fira Mediterrània hay procesiones y hay saetas, concretamente dos que interpretará Niño de Elche junto a Eric Jiménez, icónico batería que acompañó a Morente en “Omega”.

Pero aunque una saeta interpretada por Niño de Elche y Eric Jiménez puede ser un momento místico, la intención es no divinizar a los artistas, “porque ellos sólo son un canal al servicio del objetivo del ritual, que es borrar la individualidad”.

Público y artista están juntos en este intento de generar lo común y para expresar esta unión no habrá escenario, sino que los sesenta espectadores estarán situados en dos círculos concéntricos y unidos por un hilo de luces que se iluminarán mientras Niño de Elche y Eric Jiménez interpreten las saetas.

“No se trata de iluminar a los músicos como en un concierto, sino de que el cable de luz que tienen los espectadores entre sus manos se ilumine al ritmo de la voz, para que luz y música sean parte de lo mismo”, ha puntualizado Sempere.

La COVID ha obligado a los ciudadanos a encerrarse en casa y mezclarse menos con sus iguales, pero según Sempere, “no necesariamente ha generado más individualidad”, ya que también “nos ha hecho ser conscientes de que somos todos vulnerables ante la enfermedad”.

Por ello, el artista ha decidido utilizar para su ritual uno de los símbolos más claros de la pandemia: la mascarilla.

“La mascarilla se puede entender como algo limitador, pero también como algo que te hace perder identidad y te une a los demás. Todos somos más parecidos los unos a los otros ahora que no se nos ve la cara”, según Sempere.

En la entrada de L'Anònima, los espectadores recibirán una mascarilla que se tendrán que poner durante el espectáculo “para que llevemos todos la mascarilla del mismo color, que también será el color del vestuario de los oficiantes y de la iluminación, simbolizando que formamos parte de un cuerpo común”.

Rituales extraídos de la liturgia católica pero desvestidos de su sentido tradicional y rituales especialmente creados para la ocasión se irán sucediendo a lo largo de 50 minutos, en un espectáculo atípico en el que “no se podrá aplaudir al final -según Sempere- porque no hay separación entre público y artistas y no tendría sentido aplaudirnos a nosotros mismos, a no ser que queramos aplaudir a algo exterior a nosotros, algo superior que nos aglutina”.

Rosa Díaz.

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