El espíritu celta inunda la Patagonia argentina en un festival lleno de arte

El festival cultural Patagonia Céltica lleva este fin de semana la esencia de la tradición, música y gastronomía de los países con influencias celtas al sur de Argentina, en un evento que apunta al “récord” de participación en su quinta edición.

La iniciativa surgió hace seis años, cuando un grupo de amigos y amantes de la música celta, cansados de actuar en ambientes poco adecuados para este tipo de ritmos, decidió crear su espacio soñado, “con la acústica y la iluminación propicia” y “en un lugar ideal”, explicó a Efe la presidenta de la asociación Patagonia Céltica, Margarita Green.

Este marco es Trevelin, un paraje natural en plena Patagonia argentina y muy cerca del Parque Nacional Los Alerces, que recuerda al verde de los bosques y paisajes de los históricos territorios celtas: Irlanda, Escocia, Isla de Man, Gales, Cornualles, la Bretaña, Galicia o Asturias.

“Trevelin es el asentamiento galés más fuerte del oeste de la provincia del Chubut”, por lo que “esta tierra se ha desarrollado con esa impronta (celta)” y en el “respeto” hacia los nativos para tratar de “interrelacionar culturas” y “poder vivir en paz”, asegura la organizadora.

El festival arrancó ayer con un viaje musical a bordo de “La Trochita”, el viejo expreso patagónico que conecta la ciudad de Esquel y Nahuel Pan, en un recorrido donde no faltó la música en vivo y una cena a bordo para acercar el evento al pueblo.

El punto fuerte del programa es la actuación de la arpista galesa Sian Jeams, quien durante todo el fin de semana acerca su música a una colectividad que hasta el momento no tenía acceso a uno de los instrumentos imprescindibles de su cultura.

A ella se suma la agrupación chilena Laitale, el grupo folk argentino-gallego 7 netos y más de una veintena de artistas que darán el relevo a los talleres idiomáticos de galés y gallego, los cursos de arpa y gaita, las sesiones de danzas celtas o leyendas populares, así como una demostración de arquería.

Pero no todo radica en Gales, ya que lo relativo a Galicia también ha encontrado en Patagonia Céltica un espacio de expresión “que no tenía por aquí”, asegura la presidenta del festival.

El cocinero gallego Manuel Corral Vides es el encargado de dar protagonismo a la gastronomía celta a través de una clase magistral “demostrativa” que tanto hoy como mañana espera contar con “muchísima concurrencia”.

En ella mostrará cómo elaborar algunos de los platos imprescindibles de la cultura gallega -el pulpo o la tarta de Santiago- y celta -la corona de cordero con budin de coles o el pastel de puerros-; todo ello articulado a través de las historias y leyendas celtas que, según detalló Corral Vides a Efe, muestran “una cocina muy natural” y centrada en las materias primas.

Patagonia Céltica es una actividad “para toda la familia”, un distintivo de este acontecimiento que ya se ha convertido en uno de los “eventos culturales más importantes de la región”, ya que atrae a personas con raíces celtas pero también a quienes sólo quieren disfrutar de la música y estar “totalmente desconectados” del mundo en un lugar donde “no hay señal móvil” ni wifi.

Pese a que las conexiones aéreas no son tan fluidas en esta zona de Argentina, con apenas un vuelo diario que conecta Esquel con Buenos Aires, los organizadores continúan optimizando “la curva ascendente” de participación que viene experimentando desde su primera edición y que les ha permitido seguir creciendo “en todas las direcciones” año tras año.

“En cada edición se acrecienta el volumen de participantes, el interés en la venta de entradas anticipadas, la consulta o las reservas hoteleras”, apunta Green.

De este modo, en 2016 esperan “romper el récord” de convocatoria y superar los 2.000 visitantes al día sólo en el predio de actuaciones.