091 vuelve al estudio 25 años después “contagiados por la emoción colectiva”

“Contagiados por la emoción colectiva y el asombro” que provocó su gira de reunificación hace 3 años, el grupo granadino 091 no tuvo que hacerse mucho de rogar ante la propuesta de su discográfica para publicar “La otra vida”, su primer álbum de estudio en casi 25 años.

Corría el año 1995 cuando lanzaron “Todo lo que vendrá después”, un título poco profético por cuanto, hartos de toparse con la indiferencia generalizada del público y la industria tras siete discos, José Ignacio Lapido y el resto de este grupo granadino decidieron cerrar su aventura como banda.

“Íbamos adelantados a lo que se escuchaba en ese momento”, rememoran en una charla con Efe este grupo que iba “a su aire” con unas influencias que “no cuadraban con lo que se llevaba”, basadas en el rock clásico de los 60 y los 70, el blues y grupos españoles como Burning o Mermelada, más punk.

Paradójicamente, su leyenda creció en esos años de silencio y proyectos alternativos y no fueron pocos los artistas que los señalaron como una influencia. “Es difícil decir que uno es maestro en esto, porque siempre alguien te ha influido antes a ti”, señalan modestos.

La gira que en 2016 los devolvió a la carretera, de repente en grandes pabellones llenos a reventar, dio prueba de que había ganas de 091 y el grupo cerró la experiencia “con la puerta abierta a lo que tuviera que suceder”.

“La premisa era que, si volvíamos a retomarlo, era con canciones nuevas con entidad suficiente para hacer un álbum a la altura de lo que habíamos dejado”, señalan, “un riesgo” en el que las composiciones de Lapido “no solo no han rebajado el nivel, sino que lo han subido”, afirman sus compañeros.

Ante esa proposición, su protagonista se apresura a precisar que este es “un disco de banda, no uno de Lapido tocado por 091”, y que lo han afrontado no como un punto y aparte respecto a 1995, sino como músicos “que han estado en activo todos estos años, madurando como instrumentistas, como compositores y como autores”.

“Sea para 091 o para mí en solitario, la cueva de la composición en la que hallar oro es cada vez más profunda, pero no sé qué sucede que al final las cosas salen, más si tienes la navaja en el cuello de esa presión añadida de competir con nuestra leyenda”, añade en broma.

Con la ayuda desde Francia del productor François Pandolfi, alias Frandol, grabaron este octavo disco de estudio que en los seis meses previos a la entrada en el estudio prepararon a conciencia en cuanto a enfoques y arreglos.

De su trabajo junto a sus compañeros José Antonio García, Tacho González, Víctor Lapido y Jacinto Ríos resultó un vívido tránsito por cortes contundentes de rock y medios tiempos igualmente intensos como el soul de “Naves que arden” o la más lenta de todas, “Como una sombra”.

“Teníamos realmente ganas de hacerlo y nos hemos tomado muy en serio lo de sacar el disco que queríamos; en ese aspecto es el primero en el que todos estamos de acuerdo en cómo ha quedado”, presume García, vigoroso en su forma de cantar desde el corte inicial y primer sencillo, “Vengo a terminar lo que empecé”.

Pese a su nombre, dicha canción “no se hizo” pensando en sus circunstancias, aseguran ante un disco que, como cortes como “Al final” y “Dejarlo morir” o el propio título del disco, “La otra vida”, alude a menudo a “la idea de la muerte, ya sea con tono de humor negro o de forma casual”.

“Nosotros no nos hemos planteado lo que vendrá después de este disco. Lo que tenga que venir, vendrá. Siempre hemos funcionado así, viviendo al día”, precisan ante la continuidad de 091 una vez concluya el largo año de gira que arrancará el 24 de enero en Madrid.

Javier Herrero