Fernando Aramburu aboga por tratar la Historia “de una manera pedagógica”

El escritor Fernando Aramburu ha abogado hoy por tratar la Historia de una “manera pedagógica” a través, sobre todo, de los “testimonios” que se transmiten a través del cine, la prensa o la literatura, algo que admira de la sociedad alemana, país donde vive desde la década de los 80.

Aramburu ha hecho estas declaraciones en el Club Internacional de Prensa, donde ha recibido hoy un premio por su “defensa de los valores humanos” a través de su última novela, “Patria” (Tusquets), donde cita, como destaca el galardón “uno de los episodios más crudos y controvertidos de la realidad española contemporánea”.

Metido de lleno en un “torbellino agradable” que le hace “no ser dueño de sus pasos” tras el éxito que ha tenido la novela, el escritor ha expresado al hilo de este reconocimiento que en Alemania, donde reside desde 1985, ha visto una manera de enfocar la Historia “particularmente pedagógica”, que “no corre un velo para ocultarla”.

“Es una manera que siempre tiene ánimo de salvaguardar la Democracia, la convivencia pacífica de los ciudadanos. Para que esto sea posible es muy importante que haya testimonios, que haya un fondo de la memoria poblado de películas, periódicos, fotografías y también novelas, para que las generaciones futuras tengan acceso a los testimonios hechos por los contemporáneos”, ha expresado.

En este sentido, “no entiende el reproche”, según el cual, por no haber vivido en el País Vasco desde 1985 no está en “condiciones” de hablar sobre lo que aborda en “Patria”, un libro que arranca el día en que ETA anuncia el abandono de las armas y habla de la necesidad de perdón a través de la convivencia de sus protagonistas.

Una historia que no sólo le ha traído éxito, como reconoce, sino también a “algunas personas” que le han retirado el saludo, aunque sea una actitud que no le preocupa “especialmente” al escritor (San Sebastián, 1959).

“Mi libro entra de lleno en lo que fue la vida cotidiana de mi tierra natal en una época en la que se ejercía la violencia sobre determinados ciudadanos por sus convicciones o su inclinación a la Democracia, yo no tengo empacho en situarme públicamente cerca a la víctimas, no solo por solidaridad, sino también por afecto”, añade.

Y eso, como agrega, le “significa ideológicamente y políticamente”, aunque, según insiste, él se expresa “desde el discurso literario”.

“Pero es normal que a algunas personas el libro no les agrade, y naturalmente no sienten placer de sentarse a una misma mesa conmigo. Y reconozco, no sin cierto orgullo, que hay críticas negativas que me honran, y me resultaría preocupante que en ciertos medios me halagasen”, matiza el autor.

Un discurso que se sostiene en una creencia que expresa con rotundidad: “Las libertades no son dones del cielo, sino que requieren un cuidado constante (...) Mi novela ha intentado estar a favor de estos valores fundamentales, sobre todo al valor de la vida, que es indispensable”.

Como ha confesado, el autor de otros libros como “Viaje Con Clara Por Alemania” (2010) tiene una “vinculación muy serena” con la Historia y por eso le parece “ridículo” adscribirse en un bando en una guerra o un conflicto en el que “no se ha estado presente”.

Por este motivo, su libro, como concluye, ofrece “muchas facetas” y será el lector el que “saque conclusiones”.