La “Frontera de la Paz” portuguesa recuerda a los refugiados polacos

La denominada “Frontera de la Paz”, ubicada en la comarca lusa de Almeida -limítrofe con España-, rinde homenaje estos días con varias exposiciones y recreaciones a los refugiados polacos que acogió Portugal durante la II Guerra Mundial.

En este último mes, el puesto de turismo ubicado en la frontera hispanolusa de Vilar Formoso acoge la exposición “Los polacos en Portugal entre 1040-1945”, acompañada de diferentes objetos y de paneles explicativos en el que detallan cómo se refugiaron cientos de polacos en territorio luso.

Los actos de homenaje concluirán mañana sábado, 18 de mayo, con las recreaciones de la Defensa de Varsovia -en la que se rememorará el septiembre de 1939- y de la llegada de los refugiados al territorio luso en la década de 1940.

Las actuales aduanas portuguesas de Vilar Formoso, justo en la frontera con España, serán convertidas mañana sábado en hospitales de guerra.

La exposición que se puede visitar estos días narra cómo el pueblo luso fue muy acogedor con los refugiados polacos de la II Guerra Mundial.

Llegaron a diferentes zonas portuguesas alrededor de 7.000 polacos que huían de la ocupación alemana y que se establecieron en ciudades como Figueira da Foz, Anadia, Curia, Caldas da Rainha u Oporto, entre otras.

Tal fue la integración que les facilitó el pueblo portugués que en los paneles explicativos se rememora la anécdota de que un grupo de 40 judíos polacos que se instaló en la ciudad lusa de Marvao (frontera con España) llegó a disputar un partido de fútbol contra el equipo local.

Incluso la ciudad de Figuera da Foz recibió en aquellos años el regalo de la famosa pintora Wanda Ostrowska, que fue una de las personas que se refugiaron aquellos años en Portugal.

La comarca portuguesa de Almeida, donde está la localidad fronteriza de Vilar Formoso, se promociona como la “Frontera de la Paz” e, incluso, ha habilitado un museo con ese mismo nombre.

En ese museo se recuerda al que durante la II Guerra Mundial fue el cónsul de Portugal en Burdeos, Arístides Sousa Mendes, quien logró extender más de 30.000 visados para ciudadanos de Francia, Austria o Luxemburgo, entre otros países, con el fin de darles asilo en territorio luso.