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La “fundamental” “Fidelio” vuelve al Real en versión de Pier'Alli

EFE

Madrid —

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Es una obra maestra, la única ópera que compuso Beethoven, muy difícil de llevar e interpretar y, por ello mismo, un reto para cualquier director, por eso el que lo hará en el Real a partir del miércoles, el alemán Hartmut Hanchen, se prometió hace 34 años que “nunca más”, pero...“'Fidelio' es mucho 'Fidelio”.

Hanchen dirigirá a Michael König, Adrianne Pieczonka y Franz-Josef Selig, un reparto muy diferente del que estrenó esta misma producción, que dirige artísticamente Pierluigi Pier'Alli, en octubre de 2006 para inaugurar el Palau de les Arts de Valencia, que la ha cedido al Real en intercambio con “Luisa Fernanda”.

El alemán, junto a Pier'Alli, el director general del Real, Ignacio García-Belenguer, y su intendente, Joan Matabosch, han explicado hoy en rueda de prensa algunas de las particularidades de esta obra, que Beethoven compuso, por primera vez, en 1803.

“Fidelio” que lleva el subtítulo “Leonor o el triunfo del amor conyugal”, se iba a llamar primero “Leonore”, fue revisada tres veces por Beethoven, “siempre insatisfecho con ella”, y le compuso cuatro oberturas.

Comienza como una comedia burguesa, ha apuntado Matabosch, pero se convierte “en una auténtica explosión romántica”.

Hanchen, especialista en Beethoven, ha trabajado con el manuscrito de la última versión que compuso el autor de la Novena, y ha detectado “varios errores” de imprenta, que ha comunicado a la editorial de la partitura, y ahora disponen de una “versión limpia”.

“Sus manuscritos son muy difíciles y su escritura una auténtica catástrofe”, ha asegurado Hanchen riéndose.

Es, como se hacía en tiempo de Beethoven (1770-1827), una mezcla de ópera cómica, melodrama -“lo más moderno entonces”- oratorio y, sobre todo, una pieza vocal.

Sin embargo, ha precisado Hanchen, Beethoven “no era un compositor vocal, por eso cantar su obra es tan complicado, un auténtico desafío”.

Es también, ha subrayado, “un enorme reto” para un director de orquesta y por eso, la última vez que lo hizo, en 1981, se prometió no volver a hacerlo. “Pero aquí me tienen”, se ha reído.

El alemán ha decidido sustituir la obertura “Leonora número 3” que originalmente separa el cuadro tercero del cuarto, “porque hace falta ese tiempo, un cuarto de hora, para cambiar la escena”, por otra música de Beethoven “muy reconocible” pero que no ha querido adelantar.

“Tradicionalmente era una obertura, pero no entiendo que casi al final de la obra haya una pieza así, que además no se compuso para 'Fidelio' sino para 'Leonora”, ha argumentado sobre su decisión.

“Fidelio”, con libreto de Jean-Nicolas Bouilly, está ambientada en el siglo XVIII español, y cuenta la trágica historia de Florestan, un hombre injustamente encarcelado en una prisión secreta por el cruel opresor Don Pizarro, pero que cuenta con la ayuda de su esposa Leonor, que se disfraza de un carcelero, Fidelio, para liberar a su amor.

Pier'Alli, responsable también de la escenografía, los figurines y la iluminación, ha hecho para esta obra “un viaje muy complejo de la luz a la sombra y viceversa”.

“La obra empieza como una comedia burguesa. Es un reto captar esa luz y transformarla en una obra muy dramática. Se incorporan los elementos de la tortura que se ejerce en la fortaleza, como el garrote, en algo cotidiano, de forma que pierden su aire amenazante”, ha detallado.

La “cotidianeidad” de la tortura se rompe gracias al cuarteto, tercero y el aria de Rocco, que “resitúan las cosas en su verdadera dimensión”, ha explicado Pier'Alli, que ha optado por una descarnada puesta en escena, cargada de simbolismo, y con un importante apoyo audiovisual.

Para el italiano, que debuta con esta obra en el Real, la metáfora de la revolución que expresa esta obra es “la violencia espiritual”, “se trata más de una gran reconquista del espíritu que de una revolución”.

En su opinión, el mensaje de Beethoven de que “el dolor es la conquista de la libertad” puede ser “inaceptable” en la actualidad pero aunque ya no es “transgresor”, “vence con su música”.

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