Los grabados en múltiples técnicas de Arroyo, en el Bellas Artes de Bilbao

Bilbao, 1 dic (EFE).- La infinidad de técnicas empleadas en los grabados y la capacidad de reinvención constante de Eduardo Arroyo, uno de los artistas más personales del siglo XX y principal representante de la figuración crítica, son los ejes sobre los que pivota la exposición “Eduardo Arroyo grabador”, que puede verse en el Museo de Bellas Artes de Bilbao desde mañana hasta el 7 de marzo.

El director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza, ha valorado la “capacidad de invención desbordante e imparable” del artista madrileño, así como su habilidad para “experimentar con las técnicas”, lo cual se refleja en el centenar de grabados que Arroyo donó al museo en 2018, pocos meses antes de morir, “convertidas hoy en un sentido homenaje a su obra”.

La muestra, abierta al público en las salas 32 y 33 del museo, forma parte de la colaboración anual entre el Festival Internacional de Grabado y Arte sobre Papel (FIG Bilbao) y la pinacoteca bilbaína, y viene acompañada de otras dos iniciativas.

La primera, la publicación de “Eduardo Arroyo. Obra gráfica IV (1997-2018)”, el volumen que completa la catalogación de la obra gráfica del creador con sus estampas realizadas durante sus dos últimas décadas, incluidos los grabados donados, que forman parte de la colección del museo -además de otras 15 piezas de antes de 1997 que no estaban en volúmenes anteriores-.

Una tarea que comenzó en 1989, cuando el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) publicó el primer volumen con los 159 grabados realizados desde comienzos de los años sesenta, y que el Museo de Bellas Artes retomó en 1996 con la publicación de otros dos volúmenes.

La segunda de las propuestas es una conferencia “online”, disponible a partir del 18 de diciembre en el canal de Youtube del Bellas Artes, en la que la historiadora del arte experta en la obra de Arroyo, además de comisaria de la exposición y encargada de la edición del volumen, Fabienne di Rocco, hablará de la pasión del creador por la estampa.

Di Rocco, que ha intervenido en la presentación de la muestra por videoconferencia, se ha emocionado al recordar que, debido a la pandemia, no ha podido asistir presencialmente a todo el proceso: “Lejos de este museo en el que Eduardo se sentía igual que yo, como en su casa”, ha lamentado.

“Pensar que se cierra este capítulo me pone bastante triste, pero se matiza cuando veo en las salas, aunque sea telemáticamente, la vitalidad de la expresión artística de Eduardo, y cuando contemplo los tres retratos de Delacroix”, ha reconocido la comisaria, en referencia al tríptico de 2017 con el que se inicia la exposición.

El coordinador de Conservación e Investigación del Bellas Artes, Javier Novo, ha reconocido haber aprendido “muchísimo” del artista madrileño, especialmente con respecto al modo en que realizaba su obra.

“La genialidad de Arroyo trasciende de una sola técnica, mas orientada a la litografía o la serigrafía; es capaz de trabajar diferentes técnicas, entre ellas el aguafuerte, el aguafuerte en color, el linograbado, estampa digital...”, ha enumarado Novo. “No rehuye ninguna y eso nos deja ver su grandeza artística”, ha concluido.