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La historia de la Mercedes: de fragata hundida a hito, recogida en una exposición

La historia de la Mercedes: de fragata hundida a hito, recogida en una exposición

EFE

México —

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La historia de la fragata española Mercedes parecía terminada con su hundimiento a manos de Gran Bretaña el 5 de octubre de 1804, pero esta continuó siglos después, primero en los tribunales y luego en una exposición que por primera vez cruza el Atlántico y llega a la capital mexicana.

“El último viaje de la fragata Mercedes” se presenta en el Museo Nacional de Antropología de México, tras exhibirse en varias ciudades españolas.

Si bien en su momento el final del navío Nuestra Señora de las Mercedes fue fatídico, ahora su historia es la de un “reconocimiento jurídico”, y se ha convertido en “un hito en cuanto a la protección del patrimonio subacuático”, sembrando un precedente internacional, explicó en rueda de prensa una de las comisarias de la muestra, Carmen Marcos.

La fragata, que partió desde Uruguay para llevar a la Península Ibérica los tributos del virreinato de Perú, fue atacada en el cabo de Santa María un día antes de llegar a Cádiz, su destino.

En 2007 fue descubierta en las profundidades por la compañía Odyssey, con lo que comenzó un periplo judicial entre esta y España que finalizó cuatro años después, cuando un juez estadounidense estableció que lo expoliado por los cazatesoros le pertenecía a España.

La nutrida documentación recopilada entonces por el país para ayudar en el caso fue el punto de partida para la muestra, que reúne maquetas, documentos, pinturas, artilugios de navegación y cartas navales.

Uno de los materiales centrales de la exposición es una selección de 30.000 monedas, de las 600.000 rescatadas del patrimonio sumergido.

Pese a que llevaba 360 monedas de oro, la mayoría de las transportadas por la embarcación eran piezas de a ocho reales de plata, conocidas en América como pesos.

Las monedas no suponían la única mercancía de la fragata, que también transportaba exóticos y valiosos productos, como quina, ratania, cacao, lana de vicuña y diferentes pieles, algunos de las cuales aparecen expuestos en las vitrinas.

Otra pieza destacada es una detallada maqueta de la Mercedes, en la que se pueden apreciar sus 34 cañones e incluso presenta roto el costado de estribor, donde recibió el impacto fatal de los ingleses.

La muestra desmenuza el agitado contexto histórico de los siglos XVIII y XIX, marcado por las guerras y las cambiantes alianzas entre las potencias europeas.

Aquí destaca una gran bandera de unos seis metros de ancho como la que llevaban los buques de guerra de la época. Aunque su color rojo y amarillo remiten a la actual bandera española, entonces únicamente era la bandera de la Armada.

También ocupan un lugar especial dos retratos de Francisco de Goya a Carlos IV y a su esposa María Luisa de Parma, encargados para la ceremonia en la que accedieron al trono.

Los documentos explican el porqué del último trayecto de la Mercedes y del ataque británico.

Entre ellos, una orden escrita por Manuel Godoy, que con su cargo recién creado de primer ministro y generalísimo de Mar y Tierra consideró que, dado que España vivía un periodo efímero de paz, habría que iniciar un viaje desde el continente americano con los tributos de la región, que paliarían la malograda situación de las arcas españolas.

En el escrito aparece una instrucción que, sorprendentemente, fue clave en el juicio con Odyssey dos siglos después: la orden de Godoy de que los bienes fueran transportados en buques de guerra, para que pudieran defenderse de los ataques de los corsarios.

Por tanto, al ser “un buque de guerra, de Estado, está protegido por el principio de inmunidad soberana”, aseveró Susana García, jefa de investigación del Museo Naval de Madrid y también curadora de la exposición.

Asimismo, se expone el “Convenio de subsidios”, firmado en 1803 por Carlos IV y Napoleón y que pudo ser el desencadenante del ataque británico.

Gran Bretaña, que estaba en guerra con Francia, descubrió esta negociación secreta, por la cual la tradicional ayuda de España al país galo en caso de conflicto -hombres, personas y barcos- era suplida por una gran suma de dinero, explicó García a Efe.

Aunque España tenía la intención de permanecer neutral en el conflicto, los británicos pensaron que el dinero transportado en la Mercedes llegaría a manos de Napoleón.

La Mercedes acabó en el fondo del mar, pero los otros tres navíos que viajaban con ella terminaron siendo parte de la flota inglesa.

Este ataque “fue trascendental porque dos meses después Carlos IV declara oficialmente la guerra a Gran Bretaña, es el antecedente directo de Trafalgar”, resaltó la comisaria.

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