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Instalación acuática de argentino Tomás Saraceno cuestiona futuro del planeta

Navegando en un bote, bajo tierra y sin apenas luz: esas son las condiciones para visitar la última instalación del argentino Tomás Saraceno en un museo danés, una experiencia sonora y visual que cuestiona la relación del hombre con el mundo y el futuro del planeta.

EFE

Frederiksberg (Dinamarca) —

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Navegando en un bote, bajo tierra y sin apenas luz: esas son las condiciones para visitar la última instalación del argentino Tomás Saraceno en un museo danés, una experiencia sonora y visual que cuestiona la relación del hombre con el mundo y el futuro del planeta.

La idea de Saraceno (Tucumán, 1973) viene sugerida en buena medida por el propio recinto, Cisternerne (Las Cisternas), un antiguo depósito de agua municipal situado bajo una colina y reconvertido hace décadas en museo.

La galería, integrada desde 2013 en los Museos de Frederiksberg (municipio adyacente a Copenhague), es la única cueva de estalactitas de Dinamarca y por sus viejos muros se sigue filtrando el agua, lo que sugirió al multipremiado artista afincado en Berlín cómo desarrollar su proyecto.

“Event Horizon”, el título de la muestra, alude a un término que en astrofísica designa una región del espacio-tiempo que marca un punto de no retorno, como la superficie imaginaria que rodea a un agujero negro y de la que es imposible escapar.

“Así como los humanos se encuentran en el precipicio de un punto de no retorno en el planeta, deberíamos aprender con urgencia, como las arañas y las telarañas, a ser más sensibles a lo que a primera vista es ilegible e inaudible”, explica el artista en el catálogo de la exposición, abierta esta semana.

PLANETAS, TELAS DE ARAÑA Y SONIDOS AMPLIFICADOS

Para recrear esa experiencia Saraceno ha llenado la sala de elementos reconocibles en su obra como cuerpos planetarios o una telaraña tridimensional, suspendidos del techo, recordándonos cómo los seres humanos se integran en un todo donde las interacciones son continuas.

Además de presentar una metáfora del precipicio al que el cambio climático y la explotación de recursos han llevado a la humanidad, Saraceno invita a buscar soluciones en la naturaleza, como la araña de agua que se puede ver en un vídeo de la instalación, un animal capaz de adaptarse al medio acuático y terrestre.

Las arañas son uno de los elementos recurrentes en Saraceno -que en su estudio berlinés tiene una planta entera para ellas-, por su forma de trabajar colectiva y su adaptación, una idea que ha expresado repetidamente en su obra, en la que a menudo colabora con activistas, músicos, filósofos y científicos.

La idea de que el público se sienta parte del mundo que le rodea y este le sirva de inspiración se ve reforzada por el modo elegido para recorrerla: navegar en un bote obliga a moverse de otra manera y sin un control total de los movimientos.

La inquietante experiencia se completa con una sugerente música de fondo y el sonido amplificado del movimiento del agua y de las corrientes provocadas por el bote, a través de un micrófono situado bajo ella.

INAUGURACIÓN POSPUESTA DOS MESES Y MEDIO POR EL CORONAVIRUS

“Event Horizon”, que se podrá visitar hasta noviembre, debía haberse inaugurado hace dos meses y medio, pero las medidas restrictivas decretadas por la pandemia del COVID-19 aplazaron todos los planes y han impedido de hecho que el artista haya podido ver el resultado final de la obra.

De forma temporal, hasta que las autoridades danesas eliminen previsiblemente en unos días la prohibición de concentraciones de más de diez personas, solo se puede visitar la muestra con reserva previa y con dos personas en cada bote.

“El virus ha forzado a cada uno a pensar en profundidad sobre cómo navegar, interactuar y comportarnos. La COVID-19 es el último recordatorio de que la humanidad no es invencible. Y esto, aunque pueda parecer simplificado y condensado, es de lo que trata la muestra”, resume la directora del museo, Astrid la Cour.

Saraceno, cuya idea original de dejar que la galería se inundara naturalmente hasta arriba para clausurar la muestra fue abandonada por complicaciones técnicas y de seguridad, ahonda en esa encrucijada en la que se encuentra el ser humano:

“Ya sea por inundaciones o por el virus, el mensaje de la naturaleza es claro, el cambio es inevitable. ¿Cómo será la nueva normalidad? Dejamos que sea armoniosa, revolucionaria. Es la única forma en la que sobreviviremos”.

Anxo Lamela

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