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Los israelíes Elkabetz denuncian en “Gett” las leyes arcaicas de su país

Los israelíes Elkabetz denuncian en "Gett" las leyes arcaicas de su país

EFE

Madrid —

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Mañana llega a las salas españolas “Gett, el divorcio de Vivian Amsalem”, tercera parte de una trilogía dedicada a la emancipación femenina en Israel que escuece, por anacrónica. “Es increíble que una mujer pueda ser considerada hoy propiedad de su marido”, ha dicho a Efe el director Shlomi Elkabetz.

Dirigida por los hermanos Shlomi y Ronit Elkabetz, que interpreta a la protagonista de la cinta, el filme cuenta los pormenores de un juicio interminable que se celebra porque la mujer del título quiere divorciarse legalmente de su marido, algo que en Israel solo es posible si un tribunal religioso lo acepta.

“La existencia de esta ley es absurda, no solo por ser una ley anacrónica, sino porque es una norma religiosa que se aplica a todo el mundo, sea la persona religiosa o no”, explicaba el director a Efe en una entrevista realizada en el marco del pasado Festival de Cine de San Sebastián, donde se estrenó la cinta en la sección Perlas.

“Es increíble que en 2014 (cuando se rodó la película), en una supuesta sociedad democrática, una mujer pueda ser considerada propiedad de su marido”, denunciaba el israelí, que también ve “algo absurdo” en “la determinación de los jueces rabinos de alargar los debates y desquiciar a la demandante para que abandone, renuncie a su voluntad y así salvar otro hogar judío del desastre”.

Los Elkabetz muestran, con la sutileza de la sencillez y de la paciencia que despliega el personaje de Viviane, cómo las leyes patriarcales que rigen en el Israel de hoy perjudican claramente a la mujer.

“Gett, el divorcio de Vivian Amsalem” es una tragedia, explica el Shlomi Elkabetz, pero, “como lo que ocurre es absurdo y, a veces, hasta ridículo”, el tono de la película roza todo el rato la comedia.

Toda la acción transcurre en las cuatro paredes de un sencillo tribunal rabínico, un escenario muy teatral, pero solo aparentemente, ya que, como explica Elkabetz, la fuerza de la narración es justamente el punto de vista subjetivo que elige cada vez el montaje.

Porque la historia es tan sencilla como reiterativa, y, sin embargo, cada nuevo detalle es consumido con ansia, porque “el espectador -entiende el director- se pone en los ojos de ella; ella es el público: es el tribunal el que parece un teatro”.

Coproducida por Francia, Israel y Alemania, cuenta en el reparto con los prestigiosos actores Simon Abkarian, en el papel del marido; Sasson Gabay, como el rabino Shimon; y Eli Gornstein, como el rabino Salmion.

También hay un continuo juego con las palabras: de la buena o mala fe de los testigos, a los trucos y artimañas del marido. “Y jugamos además con los diferentes niveles de la lengua: profana y sagrada, comedia y tragedia”, indica Elkabetz.

En la película se habla en tres idiomas: hebreo, árabe y francés, porque “la gente de Israel que vino del norte de África habla normalmente esa mezcla (...), aunque este fenómeno se está extinguiendo con las nuevas generaciones”.

“Nuestra generación rara vez utiliza otro idioma aparte del hebreo, pero la de nuestros padres utilizaba árabe y francés cuando tenía que ver con su honor o sus secretos; un idioma es un refugio”, apunta Elkabetz.

“Gett” es la tercera película que los hermanos Elkabetz, Ronit y Shlomi, escriben y dirigen conjuntamente, tras “To take a wife” (2004) y “Los siete días” (2008). En las tres cintas aparece el personaje de Viviane Amsalem.

“No es sólo la historia de Viviane, es una metáfora de la situación de las mujeres que se ven como esclavas de una sentencia de vida, por culpa de esta ley. Representa la condición de las mujeres que, en cualquier lugar del mundo, por el mero hecho de ser mujer, son consideradas inferiores por la ley y por los hombres”, resume Shlomi.

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