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Juanma Bajo Ulloa: El artista debe crear desde la visceralidad

Juanma Bajo Ulloa: El artista debe crear desde la visceralidad
Sitges (Barcelona) —

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Sitges (Barcelona), 10 oct (EFE).- El cineasta vasco Juanma Bajo Ulloa concurre en la sección competitiva del Festival de Cine Fantástico de Sitges con su última película, “Baby”, de la que dice que es “un homenaje al cine”, y considera que “el artista debe crear desde la visceralidad”.

En una entrevista con EFE, Bajo Ulloa ha dicho que percibe que “el cine se ha convertido en una herramienta política, ideológica, y es difícil ir a un festival y no notarlo”.

Argumenta el director de “Alas de mariposa” que “el cine es un mecanismo de narración, aunque muchas veces esa ideología que subyace hace perder la razón de ser de la historia”.

Bajo Ulloa piensa que “los creadores conectan habitualmente con el inconsciente, con el corazón y las vísceras, pero, contrariamente, hoy se hace mucho cine con la razón, con la cabeza” y cita como ejemplo más claro la superproducción “Tenet”, de Christopher Nolan, que “apela a la mente del individuo y no a su corazón”.

En “Baby”, que tiene en Sitges su estreno mundial, el director vitoriano se ha rodeado de un reparto internacional con las actrices Rosie Day (“Outlander”, “Blackwood”) y Harriet Sansom Harris (“El hilo invisible”, “Mujeres desesperadas”), completado con las españolas Natalia Tena (“Juego de tronos”), Charo López (“Secretos del corazón”) y Mafalda Carbonell (“Vivir dos veces”).

La película, interpretada solo por mujeres, aborda la cuestión de los bebés robados.

El proyecto empezó hace cuatro años, pero “poner en marcha una película es una odisea y lo es más desde la independencia creativa”, subraya el director quien advierte: “Cuando estás metido en un sistema que apoya una forma determinada de hacer cine todo fluye, pero cuando actúas desde las independencia es difícil encontrar apoyos”.

La intención de Bajo Ulloa, como sucede en toda su filmografía, es “contar un cuento e ir a la esencia de las pasiones y los miedos humanos”.

“Baby” sorprende al espectador por la ausencia de diálogos, ningún personaje habla y solo se escuchan los ruidos de la naturaleza, de las casas, onomatopeyas y el llanto de un bebé.

“Juego también con los elementos cinematográficos, los decorados, el encuadre, la luz, las miradas, la música y el silencio, porque cuando las películas dan más importancia a los diálogos puede ser literatura o teatro, pero no cine”, explica.

En cuanto al tema que aborda el filme, Bajo Ulloa ha dicho que en esta obra no hay nada fantástico: “Conecta con la realidad y aun siendo una fábula, es una película realista; partimos de un hecho real doloroso, ver llorar a un niño, perder a un bebé y no se me ocurre nada más terrible, en este caso por la decisión de alguien que está en caída en picado”.

Recuerda el cineasta vasco que “el tema de los bebés robados se ha ocultado bastante en este país, se ha comerciado con ello” e incluso revela que conoce un caso en su familia de desaparición de un bebé.

En el intento de recuperar a su recién nacido, la protagonista emprende “un viaje desde el temor hasta el amor que dura los 104 minutos de la película”.

El filme recurre además a uno de los clásicos del género, la casa del horror, pero pasado por el tamiz del mundo rural vasco: “Es una casa real sobre la que se hizo un trabajo de atrezzo, jardinería, decorado”, señala Bajo Ulloa, para quien “la casa es un elemento fundamental”, que se repite en todas sus películas y que “resulta muy metafórico, convertido en un protagonista más, con vida y, en este caso, con un punto de degradación, como la propia sociedad”.

De hecho, Bajo Ulloa confiesa que encuentra belleza en esa degradación, “en los elementos de roturas, en el moho”.

Otro distintivo del cine de Bajo Ulloa son las alusiones al catolicismo: “Es una presencia misteriosa y al mismo tiempo lleva emparejado el temor”.

El público al que va dirigido esta película, añade el director, es “un público que está harto de palabras”.

Sobre la pandemia y su influencia en el cine, reconoce Bajo Ulloa que es “una prueba enorme para los cineastas, porque el cine tiene una labor importante” y piensa que “un efecto positivo podría ser que el cine se esenciara, pero la respuesta estará siempre en el espectador que deberá decidir si se mueve por la frivolidad de ver un cine menos profundo o no”.

Jose Oliva

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