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Libres e independientes, así hace a los más pequeños la literatura infantil

Foto cedida por Edebé del dibujante italiano Attilio que, a sus 90 años, sigue trabajando en libros infantiles de dibujos simples, pero llenos de vida.

EFE

Madrid —

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Hacer al niño libre, independiente y conocedor del mundo tal y como es. Ese es el objetivo de la literatura infantil de nuestro días, un género que goza de una excelente salud gracias a la calidad y el gran número de títulos que llenan las librerías españolas.

Y si es así es gracias a las “brechas” que se han abierto en ella y por las que han entrado nuevos temas en los que no solo son protagonistas los adultos, sino esas personitas que nos van a dar el relevo antes de lo que nos demos cuenta. Por eso más vale enseñarles lo que es la vida, aunque sea de manera sencilla y a través de ilustraciones.

Tal y como lo hace la artista Ana Juan, quien afirma a Efe que “hace algunos años habría sido imposible” conseguir editar libros donde se tratan las minusvalías, la diferencia, la homosexualidad, la migración o el respeto por los animales y la urgencia de cuidar el planeta.

“Una buena señal”, considera Juan, al igual que lo hace Enrique Redel, editor de la editorial Impedimenta, para quien si la literatura infantil de antes era “moralizante” y “estaba cargada de ideología y moral”, ahora educar a un niño consiste en todo lo contrario porque hay que “hacerle libre”.

“Ahora mismo, en vez de esconder la realidad, hay que mostrarla. Los niños no están de espaldas a la muerte, a la injusticia, a la realidad y las editoriales y los editores tenemos parte de esa labor pedagógica de explicar la realidad sin esconderla, endulzarla o falsearla, ahora mismo es un momento excelente para educar no mediante la moralina, sino con la verdad”, asiente.

Así lo corrobora a Efe también la filósofa y escritora Elsa Punset, autora de los libros infantiles “Bobi Blu” (Beascoa): “En este siglo, por fin estamos intentando poner a los niños y a sus necesidades conscientemente en el centro. Nos los tomamos en serio: ya no los vemos como pequeños adultos a medio hacer, sino como personas con personalidad propia y todo un potencial por desarrollar”.

MUCHOS Y DE MUCHA CALIDAD

Según cuenta Redel, en la actualidad la literatura infantil goza de una “situación privilegiada”: “primero por la cantidad de los contenidos, luego porque están muy pensados. La edición española está entre las mejores del mundo, por la calidad y por la efervescencia del sector, que funciona y vende porque se dirige a un rango de población que consume libros”.

Tal es el momento de “creatividad explosiva” que ahora la dificultad está en “elegir” entre tanta oferta.

Situación que desde el punto de vista del autor, en concreto el de Ana Juan, provoca el efecto contrario: el de que ante tanta oferta “unos libros solapan a otros” y “no se les puede dar el cuidado muchas veces en su edición merecen”.

“Tampoco -se lamenta- este número de publicaciones permite hacer un trabajo de promoción adecuado para hacer que el lector conozca y ame estos libros. En ocasiones libros que podrían convertirse en clásicos desaparecen ocultos por oleadas de novedades”.

Y esto es lo que podríamos decir que le ha pasado a Ana Juan con “Revolución en la tienda de animales” (Baobab), un libro publicado también en Estados Unidos que debería de ser un clásico en todos los hogares.

TEXTO Y DIBUJO, LA SIMBIOSIS PERFECTA

Para Punset la ilustración en este género es como un “compañero de viaje”: “¡Es curioso, y a veces apasionante, ver cómo cada ilustrador interpreta y da vida a tus personajes! Cuando escribo para niños un poco mayores, tiendo a centrarme completamente en el texto, y dependo menos de la ilustración. Para los más pequeños, antes de conocer al ilustrador, imagino los personajes y les dejo tomar vida y hablarme”.

Pero, ¿por qué hemos llegado tan tarde a explicarle a los niños cómo somos y cómo es la vida? Ante esta pregunta Punset nos responde con otras interrogaciones: “¿Será que los adultos hemos dejado de hacernos estas preguntas? ¿Será que nuestros padres nos hablaban muy poco de cómo somos por dentro, de cómo podemos comprendernos a nosotros mismo y gestionarnos? ¿O será que creemos que a los niños no les interesa?”.

ATTILIO, UN CLÁSICO LLENO DE SABIDURÍA

Con motivo de esta crónica, Efe se ha puesto también en contacto con Attilio, el dibujante italiano que, a sus 90 años, sigue trabajando en libros infantiles de dibujos simples, pero llenos de vida.

Un artista que gracias a su extensa trayectoria -la cual podemos ver en parte publicada en España por Edebé- tiene una respuesta clara y razonable para encontrar la explicación al por qué las historias para los más pequeños gozan de tanto éxito: “Creo que para cada periodo la llave justa es la simplicidad”.

Esa con la que él, y su hija, ilustran y adaptan para los más pequeños cuentos infantiles clásicos como “Caperucita Roja” o “Los tres cerditos” y también clásicos cuentos de hadas: “Los dos decidimos mantener la estructura original y ser fieles a la trama. Y de esta experiencia he aprendido que también a los niños de hoy les gustan estas historias de antes, porque antes ni me lo podía imaginar”.

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