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Libros para una historia dantesca

Imagen del secuestro de los hermanos Born

Lucía Lijtmaer

Decía Carlos Fuentes que la historia reciente argentina es una historia de necrofilia, y no es para menos si contabilizamos sus grandes éxitos. Al secuestro del cadáver embalsamado de Eva Perón había que sumar el robo de las manos de su marido, el general Juan Domingo Perón, cuya tumba fue profanada en 1987. El cadáver fue mutilado. A esos dos episodios, Fuentes le añade el lema histórico para recordar al mito Carlos Gardel: “Cada día canta mejor”. Gardel, Evita, Perón: ninguno muerto, todos suspendidos en vida.

Pero la historia argentina también puede ser leída desde el despropósito rocambolesco con rigor periodístico, y eso hace María O'Donell en el reportaje El secuestro de los Born (Debate). Pongámonos en antecedentes: en septiembre de 1974 la organización guerrillera Montoneros secuestra a Jorge y Juan Born, herederos de una de las mayores fortunas argentinas. El espectacular operativo desembocó en un largo cautiverio en el que ocurrió de todo: los hermanos fueron grabados para demostrar el poder de la guerrilla sobre los millonarios argentinos, el rescate que se pagó –60 millones de dólares del momento, que serían hoy unos 260 millones de euros– sigue siendo el más caro de la historia, y la locura hizo mella en Juan.

Pero el libro

, un éxito sin precedentes en Argentina que ahora llega a España, también sigue el rastro del dinero. ¿A dónde fue a parar? Las respuestas, desentrañadas por la periodista en una larga investigación que aporta fuentes de todos los ámbitos, e incluye, por primera vez, el testimonio exclusivo de Jorge Born, tienen mucho que ver con la propia historia del país: parte del dinero recaló en Cuba y sirvió, evidentemente, para financiar a Montoneros.

Más adelante puede rastrearse hasta la campaña que aupó al justicialista Carlos Saúl Menem a la presidencia. No casualmente, Mario Firmenich, estratega junto a Rodolfo Galimberti del secuestro de los Born, fue indultado por Menem del caso, el único por el que cumplía condena tras la recuperación de la democracia. Galimberti, por su parte, en otro giro cinematográfico, fue amigo de su secuestrado Jorge Born durante años y asesor del gobierno de Menem.

La memoria como reivindicación ética

El secuestro de los Born cita en más de una ocasión el testimonio del periodista Andrew Graham-Yooll, que fue testigo de excepción en la conferencia de prensa que dio el líder de Montoneros Mario Firmenich para anunciar la liberación de los hermanos Born. El testimonio de Graham-Yooll fue decisivo para la condena de Firmenich.

No es el único lugar dónde aparece. El libro de O'Donell actualiza una información que ya había sido publicada por el propio periodista en uno de los libros más apabullantes sobre la dictadura militar argentina, Memoria del miedo, que llegó a España gracias a Libros del Asteroide.

Graham-Yooll recupera desde su exilio en Londres sus recuerdos recientes. El libro está escrito en 1980, inmediatamente después de su apresurada salida cuando su vida corre peligro por su actividad como periodista en el Buenos Aires Herald. Desde ese lugar, “la memoria de un cobarde”, como él mismo ha descrito, se entrecruza el horror de la cotidianidad de lo impune. El periodista relata una sociedad en la que la violencia política resulta normal y diaria, y en la que muchos de sus líderes políticos no tenían el más mínimo reparo en utilizarla y promoverla. Graham-Yooll, desde la primera persona, explica cómo el ejercicio periodístico se convierte en un preludio de la muerte.

Amigos y conocidos iban desapareciendo, secuestrados o asesinados por guerrilleros o bandas paramilitares. Mientras él recababa información sobre torturadores, víctimas, asistía a ruedas de prensa clandestinas; ayudaba a padres, esposas y hermanos a seguir el rastro de sus familiares desaparecidos, siempre acompañado por el miedo. Un miedo que se huele y se palpa, como testimonio para que nada pueda evadirse.

Montonera: la nota a pie de página de una canción

Si la historia de la dictadura militar argentina puede escribirse a partir de sus nexos, sus libros también tienen un hilo conductor. Graham Yooll recuperaba en Memoria del miedo un recuerdo de apariencia frívolo pero a su vez, muy revelador: “Siempre pensé que Montoneros tenían a las militantes más bellas. Era una manera muy sencilla y práctica de reclutar así a nuevos simpatizantes”, escribe, fascinado, en su memoria, por una rubia de ojos verdes.

Esa tesis se refrenda en otro testimonio. Hace dos años la revista Viernes Peronistas, dedicada en exclusiva a describir la influencia del peronismo y su entorno en sus diferentes facciones, desvelaba la extraña historia de Marie Anne Erize, modelo y militante montonera que fue “desaparecida” por la dictadura militar. La organización guerrillera argentina había publicado desde su exilio mexicano un flexidisco que llamaba a la resistencia contra la dictadura. Contenía una canción inédita de Joan Manuel Serrat, “La montonera”, que durante años se ha pensado que estaba inspirada en Marie Anne Erize. La canción, que nunca fue grabada oficialmente por Serrat, llegó a aparecer en el documental “Cazadores de la utopía”, de David Blaustein, aunque el músico había prohibido la difusión del tema.

La vida de la modelo, rostro de una historia en la que una vez más, la realidad supera la ficción, ha sido recuperada por el periodista francés Philippe Broussard en La desaparecida de San Juan (Planeta). En ella se narra cómo una joven culta, de origen francés, imagen de marcas exclusivas de cigarrillos, es secuestrada en pleno centro de la ciudad de San Juan y pasa a ser un fantasma más.

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