Un triángulo negro en Barcelona
Con Los amantes de Hiroshima (DeBolsillo), Toni Hill (Barcelona, 1966) ha culminado su trilogía sobre la Barcelona más contemporánea y más negra. Después de abordar las relaciones familiares en El verano de los juguetes rotos, y las laborales en Los buenos suicidas, en esta última novela refleja un triángulo amoroso entre dos chicos y una chica que acaba en crimen ambientado en dos años cruciales para la ciudad: 2004, con su decepcionante Fòrum de las Culturas, y 2011, con el movimiento 15M.
Es una novela negra que rompe las fronteras del género con toques de psicología –los personajes, después de años de euforia, se sienten fracasados y humillados- y novela social: es también un retrato de lo que nos vendieron y nunca fue. Esta es una disección de la novela a cargo del propio autor, punto por punto.
El triángulo amoroso
El triángulo amoroso“Yo quería hablar de amor y desamor en un thriller y eso es complicado. Cuando escribo una novela, busco un tema. En la primera era la familia, la segunda, el mundo del trabajo, y en esta tercera, el amor, la amistad y la frontera entre ambas cosas y lo difícil que es entenderla. Hoy en día nada escandaliza, salvo algo ilegal. No es escandaloso que tres personas se quieran, pero genera unas inseguridades, por muy modernos que seamos. Y eso me daba juego. De hecho, hay muchos triángulos en esta novela. Pero es que a partir de cierta edad tu vida siempre es un triángulo porque acabas, o comparando o echando de menos cosas de una persona anterior. Y eso con una vida completamente normal. Comparas sin querer”.
El fracaso y la humillación
El fracaso y la humillación“Ahora la sensación de fracaso y humillación ha aflorado más porque hubo unos años en los que nos creíamos que podíamos triunfar en todos los niveles. Por eso no es casualidad que esta novela transcurra en 2004 y 2011. Barcelona en 2004, no es que todo el mundo fuera feliz, pero los personajes son jóvenes y la ciudad vive un momento de efervescencia con el Fòrum que nadie sabía lo que era realmente. Era pasta. En 2011 estamos ya en la crisis, pero aún pensábamos que no iba a durar mucho más. Sin embargo, esta gente en esos años ha perdido mucho, lo han perdido todo. También porque son personajes muy poco resolutivos”.
Jóvenes acomodados
Jóvenes acomodados“Los personajes son jóvenes falsamente protegidos. Pero es que hay una especie de generación indefensa, que son los que tienen ahora treintaypocos, que son los que dejaron los estudios, empezaron en la construcción y ganaban un pastón. Y a ellos se suman todos los que a comienzos de los 2000 querían ser artistas, músicos, escritores… Es una generación a la que hemos protegido todos, desde el sistema educativo, hasta unos padres que efectivamente querían lo mejor para ellos y no dudaban en invertir en ellos para que fueran artistas, modelos o lo que fuera. Las escuelas de cine estaban llenas. Las escuelas de escritura también. En 2004 todo eso estaba ahí”.
El 15M
El 15M“En la novela me invento a un grupo que lo monta con intenciones completamente distintas a las que se hizo. Pero algunas de estas intenciones funcionaron, como lo del PPSOE, que hasta entonces no lo habíamos escuchado. No digo que no haya parte de verdad, pero no había ocurrido. Y lo que acabó pasando fue que los votantes del PP siguieron votando y los del PSOE se quedaron en casa. Y hubo grupúsculos que tenían muy poco de indignados. Es decir, había el caldo de cultivo necesario para que hubiera gente que todo aquello lo dijera de buena fe. No estoy cargando contra el movimiento porque yo también estuve allí, y de hecho se ha visto gente que tenía un movimiento concreto, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Y no podemos obviar que en Barcelona los Mossos se comportaron de forma desproporcionada. Pero quizá hubo algo de ingenuidad en todo aquello”.
Los aprovechados
Los aprovechados“El mantra que había en 2011 era ‘el Gobierno es ineficaz’ y hay que cambiarlo como sea. Y algunos, como el personaje de Leo, se aprovecharon de aquello. Es un niño pijo bien, como algún político que hay ahora en Cataluña, que en un determinado momento puede apoyar propuestas sociales como el derecho al aborto y las bodas homosexuales, y en otro momento, su ideología es claramente neoliberal. De hecho, el personaje está en una red online que se llama ‘carguémonos al Gobierno’ que lo único que señala es ‘carguémonos esto, sea lo que sea’. Me interesaba dar otro punto de vista más allá del banquero malo sin cargarme el 15M que yo en su momento viví con cierta ilusión, ya que, por fin se hacía algo”.
Mezcla de géneros en la novela
Mezcla de géneros en la novela“Para mí el ‘negro’ está en la calle, esa parte ‘negra’ que llevamos todos y que se manifiesta en un momento determinado. Esta gente se ve envuelta en un crimen por casualidad, pero cada uno pone su granito de arena para que aquello acabe pasando. Sí, me gusta esa parte psicológica, además no deja de ser un policial. También es una vuelta de tuerca sobre la mentira, porque todos mienten. Nadie quiere contar nada”.
Una trilogía
Una trilogía“Qué había pasado lo tenía claro desde el principio. Por eso sabía que tenía que escribir tres novelas. Hay dos tramas distintas que tienen que coexistir y era complicado. Yo sabía lo que habían hecho todos los personajes, pero tenía que encontrar el cómo. Ahora necesito un descanso porque una novela negra te exige mucho trabajo arquitectónico para que todo cuadre. A mí me gusta la tensión del misterio, llevar al lector de la mano e ir dándole cartas, pero quiero que lo siguiente sea una novela con principio y final. Llevo cuatro años con este proyecto y hasta he soñado con personajes como Ruth, que es el personaje que siempre está ausente y a la vez presente. Lo que no sé es si retomaré a los personajes de esta novela. Igual sí”.
La novela negra española
La novela negra española“Ya ha pasado el boom. Ahora queda la gente que realmente quiere escribir novela negra. Hubo una época en la que parecía que a todo se le tenía que poner algo de ‘negro’ porque parecía que vendía más, pero ahora nos hemos dado cuenta de que no. Cada uno vende lo que puede. Lo que sí creo es que hay una especie de acumulación de eventos. Cada ciudad tiene su propio festival noir, y por un lado está bien, pero por otro te acabas encontrando siempre a los mismos, con lo cual igual hacen falta proyectos más ambiciosos. Hay muy buenos autores de novela negra y también hay novelas negras muy distintas, pero hay gente que se ha subido un poco al carro”.
La realidad
La realidad“El problema para escribir una novela negra es que ¿se puede superar algo peor que las tarjetas black? Núñez ha entrado en la cárcel, el tonito de señorito de latifundio de Monago… El tema es que cuando robaba gente como Julián Muñoz, que muy listo no parece, tenía que estar robando alguien por encima de ellos que los dejaba robar de paso. España ha tenido mayorías muy largas y era gente que asumió esto como lo normal. Yo quiero pensar que alguno que no lo hizo, porque si no, apaga y vámonos. Obviamente, hace falta una regeneración, pero veremos”.