Vender libros por las buenas o por las malas
Mientras la primera división de la industria editorial se tira de los pelos pensando cómo subir sus ventas –y, sobre todo, recuperar los beneficios de los años de la burbuja- desde la escena underground crecen las propuestas para hacer llegar los libros a los lectores. La última: HUL, ¡Hostia Un Libro!, un festival que mezcla las presentaciones de libros y fanzines con un espectáculo de lucha libre. Se han apuntado más de 70 editoriales independientes, microeditoriales y ediciones autogestionadas, y todas ellas ocuparán el próximo sábado 21 de junio el Campo de la Cebada, en Madrid. ¿Quién dice que no hay ideas para vender libros?
“Queremos crear un Off de la Feria del Libro de Madrid, una especie de GRAF, la feria de cómic e ilustración de Barcelona, para saber qué es lo que pasa con todos aquellos que están por debajo del radar de lo que se considera la primera división”. Así lo describe el periodista Alberto Haj-Saleh, uno de los creadores de este encuentro junto a la editora Elisabet Falomir, el escritor y director de la revista Prosa Inmortal, Francisco Serrano y el guionista y productor Pedro Toro.
Y lo que pasa bajo ese radar son muchas cosas: un buen puñado de gente intentando hacer las cosas de otra manera. Por ello, hay programados talleres de máscaras mexicanas, actividades de todo tipo y un show de lucha libre que llevará a cabo Triple W. “Bueno, es que Elisabet es luchadora y cuando se nos ocurrió la idea, una noche de cervezas, alguien dijo, ‘y que Elisabet reparta hostias’. Y así se decidió. También porque la lucha libre es el género más literario. Hay drama, personajes buenos, malos”, sostiene Haj-Saleh, quien por otra parte desea que el festival sea principalmente “festivo, ya que hay una pátina de gravedad en torno al libro que no tiene por qué ser así. Además, queremos mostrar la cercanía entre el editor y el lector. Tú al editor de Planeta o Alfaguara no le conoces, pero al de Capitán Swing, sí”.
Una feria artesana
Entre las editoriales que participarán se encuentran algunas que sí acuden a la Feria del Libro de Madrid, como Gallo Nero, Libros de Zorro Rojo o Libros del KO, pero también otras muchas que se mantienen en un círculo mucho más independiente –entre otras cosas, hace falta un cierto presupuesto y tener un catálogo amplio para estar en la Feria- que, por otra parte, rebosa de creatividad. Ahí están Acuarela Libros, Es Pop, Colectivo Satélite, La Felguera o Dramáticas Aventuras Trimestrales Ilustradas. Incluso habrá un sello digital, Fata Libelli, especializado en literatura fantástica y de ciencia ficción, que venderá tarjetas para descarga de ebooks.
“Este es un grupo que engloba a los supervivientes. Montar una editorial hoy es un acto de amor, pero lo que se espera es situarse en una especie de clase media. Es decir, no hacerse rico, pero vivir dignamente y con libros de calidad. Creo que en esa línea Periférica o Gallo Nero ya están”, manifiesta Haj-Saleh.
Es más, en los últimos tiempos, mientras las grandes editoriales lloran sus pérdidas, en esta escena se respira de otra manera. “Creo que incluso hay un repunte, porque lo que consiguen es un público de nicho. Es como cuando nuestra generación (en torno a los 35 años) tenía 17 años y compraba los libros de Anagrama. Ahora es lo mismo pero con Periférica, por ejemplo”, añade este organizador.
Un caso paradigmático es el de ¡Caramba!, la editorial de cómic creada hace tres años por Manuel Bartual y Alba Diethelm, y que también estará presente en HUL. Su último exitazo ha sido Orgullo y satisfacción, el libro de los ex de El Jueves que salió a la venta el pasado 18 de junio en formato digital y que en menos de diez horas consiguió 12.000 descargas a un precio mínimo de 1,5 euros, y ha llegado hasta 25.000. Pero no sólo ha sido este pelotazo. “A nosotros no nos va mal, no hemos perdido dinero”, comenta Bartual.
Quizá, según él mismo estima, porque hacen las cosas de forma diferente a las editoriales más tradicionales: en vez del anticipo en derechos de autor del 10% de la venta del libro, ellos negocian los costes de la imprenta y cuando se cubren, las ganancias se reparten al 50% entre editor y autor. “Así, si se venden muchos ejemplares, al autor le genera más beneficio. Si no se vende nada, pierde él y perdemos nosotros”, comenta.
¿Vuelve el fanzine?
Otra cuestión que se dilucida de este encuentro es un creciente fervor por el fanzine que parecía diluido en los últimos años. Nada que ver con la visibilidad que ostentaban en el underground de finales de los setenta y principios de la Transición El rollo enmascarado, Purita, Butifarra o comics como El Víbora y Makoki.
Para Haj-Saleh y Bartual, no obstante, no es del todo cierto que los fanzines hubieran desaparecido. “No, de hecho, a nosotros se nos ocurre montar una mesa fanzinera porque es algo que existe, lo que ocurre es que antes era muy local. Pero ahora con las redes sociales tiene mucha más visibilidad”, admite Haj-Saleh. A ello se le suma que la imprenta digital ahora es mucho más barata. “Los costes empezaron a bajar y ahora cualquiera puede imprimir un buen número de ejemplares. Antes no ocurría eso y era mucho más difícil”, añade el editor de ¡Caramba!.
Ahora bien, ninguno de ellos niega que tras estas propuestas hay cierta militancia y están muy unidas al cambio que se percibe desde que la crisis hizo explotar el sistema establecido. “Es como montar hoy una librería, que es el último mohicano. Si lo haces no es para ganar dinero. Ahí está Casa Tomada, de Sevilla, por ejemplo, que ofrecen al lector algo que no están ofreciendo otras. Sí, es un acto de militancia por parte de libreros, editores y lectores”, observa Haj-Saleh.
Este sábado comienza la fiesta, que durará todo el día. Todos los gastos han sido financiados por organizadores y los que han comprado su stand- a 60 euros la mesa- sin ninguna ayuda de las instituciones. Su idea es seguir el año que viene y demostrar que la literatura es algo más que grandes cifras de ventas y buscar bestsellers a toda costa.