El drama moral de Lope de Vega seduce al público de Shakespeare

Las enseñanzas morales de Lope de Vega seducen al público del Globe Theatre, el templo londinense dedicado a Shakespeare, que se llenó a pesar de la lluvia en la primera representación de una obra española sobre sus tablas, explicó hoy a Efe el cofundador de la compañía RAKATá, Rodrigo Arribas.

El Globe “es un escenario concebido para este tipo de textos, creados por genios como Shakespeare y Lope para compartirlos de manera directa con el público”, relató Arribas, actor protagonista en el montaje del drama “El castigo sin venganza”.

En la primera de las cinco representaciones de la obra programadas para esta semana en Londres, la lluvia sorprendió anoche al público que llenaba el patio abierto del teatro, réplica del recinto original del siglo XVII en el que Shakespeare estrenaba sus creaciones.

Ante el asombro de los miembros del reparto, el chaparrón no logró que los espectadores que llenaban la zona abierta el recinto abandonaran su lugar.

“Fue fascinante ver cómo caían toneladas de agua y la gente continuaba allí, atenta a la historia. Imagino que en el Reino Unido están acostumbrados, de alguna manera, a la lluvia”, relató Arribas, quien subrayó que la tormenta estalló en el momento más adecuado para el desarrollo de la obra, cuando la tragedia se acercaba a su desenlace.

El productor ejecutivo del Globe, Tom Bird, explicó, por su parte, que el patio abierto, donde el público permanece de pie, es una de las características inconfundibles de ese recinto clásico.

“Esto es Londres, llueve todo el tiempo. Aquí la función siempre continúa, da igual lo que ocurra. Es uno de los milagros de este teatro, a nuestro público no le importa que llueva”, relató Bird.

La relación entre el Globe y Fundación Siglo de Oro, a la que pertenece RAKATá, nació en 2010, cuando el director artístico del teatro inglés, Dominic Dromgoole, buscaba en España a la compañía adecuada para presentar una versión de Shakespeare en castellano en las Olimpiadas Culturales de 2012.

El responsable artístico del teatro quedó seducido por el montaje de “El castigo sin venganza” que habían puesto en marcha Arribas y el resto del elenco y los llamó para representar “Enrique VIII”.

Dos años después, RAKATá ha marcado un nuevo hito en el icónico recinto al presentar por primera vez el texto de un autor español.

“Es muy raro que programemos a dramaturgos clásicos en lengua no inglesa. Es algo nuevo para nosotros, así que estamos encantados por ver cómo funciona Lope de Vega”, sostuvo Bird.

Tras la primera de las cinco representaciones, el productor ejecutivo del Globe señaló que, además del público español que acudió a ver la función, también compraron entradas muchos de los “espectadores habituales” de las obras de Shakespeare en inglés.

“Gran parte del público británico no conocía los dramas de Lope de Vega y del Siglo de Oro español. Creo que disfrutaron mucho con ellos”, dijo el responsable del teatro británico.

Para explicar el encaje de Lope en los gustos del público británico, Arribas subrayó que existen grandes similitudes entre Shakespeare y el español, “dos de los mayores genios de la historia del teatro universal”, en palabras del actor.

“Ambos eran capaces de trazar retratos enormemente perfilados de la naturaleza humana, de lo mejor y peor del ser humano, a través de los conflictos que escribían en su obras”, relató.

“A pesar de que trabajaban de forma algo distinta a la hora de ubicar sus conflictos en la historia, la mayor diferencia que encuentro entre ambos es que uno era inglés y el otro español”, afirmó Arribas.

Las compañía RAKATá, especializada en teatro clásico del Siglo de Oro español, cumple en 2014 el décimo aniversario desde que fue creada por Arribas y Alejandra Sáenz, productora ejecutiva de “El castigo sin venganza”.

Entre sus proyectos más inmediatos tras su paso por la capital británica, los actores de la Fundación Siglo de Oro tienen previsto iniciar este otoño los ensayos para el estreno de “Mujeres y criados”, programada en el Teatro Español de Madrid en 2015.

Por Guillermo Ximenis