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Luis Zueco convierte en “héroes históricos” a los cirujanos del siglo XIX

Luis Zueco convierte en "héroes históricos" a los cirujanos del siglo XIX
Madrid —

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Madrid, 29 sep (EFE).- Amante y conocedor de la Historia, así es el escritor maño Luis Zueco, un autor que en su nueva novela histórica, “El cirujano de almas”, construye una trama donde la medicina lucha por vencer el poder que las supersticiones tenían en la población de finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Pese a que Zueco (Borja, Zaragoza, 1979) eligió estos años por su pasión por su “paisano” Goya, fueron unas reuniones con un amigo doctor las que le dieron la clave de este libro (Plan B) en el que un joven cirujano incansable, Bruno Urdaneta, se convierte lo que el autor considera como una suerte de “héroe del siglo XX”.

“En estos encuentros con mi amigo me di cuenta de que nadie había escrito sobre los médicos y cirujanos, y me puse a investigar porque me iba perfectamente. En la época de la Ilustración es cuando los cirujanos quieren dejar de ser esos sangradores con muy mala fama y cuando empezaban unos avances médicos, y así se abrió la mente a la ciencia”, cuenta a Efe desde el Castillo (alojamiento) de Balbuente, donde trabaja como director.

Un tema éste del que desconocía casi todo, así que se puso a leer antiguos tratados médicos del siglo XVIII, porque lo que le “preocupaba” era “explicar bien” sobre todo la parte médica que aborda en la novela: los partos.

Y es que, en esta novela su personaje, protagonista de una trama de intriga al más alto nivel, se propone desterrar las maldiciones y supersticiones que había con la salud femenina, sobre en esa materia de abortos y cesáreas, para no sólo ser el mejor médico, sino para luchar contra la maldición familiar que le persigue a este joven que con tan solo 13 años logra hacer una amputación a la perfección.

Un personaje rodeado de otros tantos como Josefa de Amar y Borbón, una mujer de la Ilustración que en 1787 perteneció a la Junta de Damas de Madrid, una asociación filantrópica femenina fundada por el rey Carlos III.

Un personaje real que fue protagonista de estos años de profundos cambios en España sobre los que Zueco “aún” no había escrito, años antes de la Guerra de la Independencia en los que “van cambiando las ideas y los franceses van entrando”. Pero ha querido introducir estos momentos de “una manera sutil” para mostrar también cómo se vivía en Madrid y cómo podría haber vivido su Bruno Urdaneta.

“Siempre pongo diferente capas, una muy de trama, de ficción, de mucho misterio, aventura, con amor, y así puede leer mis libros cualquiera. Luego hay otra capa que es el contexto histórico, que te va entrando pero sin darte cuenta; no hay que entenderlo como una clase de Historia, porque la buena novela histórica tiene que ser así, que todo elemento histórico tenga utilidad en la trama”, apunta.

En cuanto a su personaje principal, Zueco lo define como “moderno” porque considera que hasta esta época los héroes “son militares o combatientes”: “Pero también había otro tipo de héroes y Bruno es un prototipo de héroe moderno, que no empuña un arma. Me interesaba mucho, porque es un predecesor de los héroes de hoy en día, los médicos, y así podía mostrar el paso de las supersticiones a la ciencia”, afirma.

Aunque la novela está plaga de conceptos actuales como la importancia de la higiene, algo que en el pasado era casi inexistente, Zueco la escribió en un momento en el que su mujer estaba embarazada, y por eso esta novela tiene un perfil femenino rotundo, ya que son ellas las que sufren más el desconocimiento que había sobre todo en las complicaciones del parto.

Porque hace 200 años una cesárea implicaba la muerte de la madre para salvar al bebé: “El tema de los partos y las enfermedades de la mujeres estaban abandonados y no lo entiendo porque había unas tasas altísimas de mortalidad infantil; no sé por qué no se ponía el foco ahí, aun me cuesta entenderlo. No se sabía hacer una cesárea, había un desconocimiento total y solo hablamos de hace 200 años”, lamenta.

“Quería mostrarlo de esa manera -concluye- mostrar lo indefensos que estaban en el tema de los partos”.

Autor de otras tramas, como “El mercader de los libros”, este ingeniero industrial y licenciado en Historia, recuerda con “El cirujano de almas” que cualquier tiempo pasado fue peor, sobre todo si hablamos de salud.

Pilar Martín

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