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“Aquí”, la magia de convertir el cómic en una obra arquitectónica

"Aquí", la magia de convertir el cómic en una obra arquitectónica

EFE

Madrid —

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Enfrentarse a la “arquitectura de la historia”, esto es lo que hará el lector cuando abra la primera página de la novela gráfica “Aquí”, obra del artista Richard McGuire, el artífice de estas páginas en las que ha creado un nuevo lenguaje para el cómic.

Y ese reto que propone el autor estadounidense (Nueva Jersey, 1957) es la gran diferencia que existe entre la primigenia “Aquí”, que con tan sólo seis páginas se publicó en 1989 en RAW, la mítica revista de Art Spiegelman y François Mouly, y la que ahora llega a España, ampliada a 300 páginas (Salamandra Graphic).

“Aquí” describe un lugar concreto, el rincón de una estancia, que el autor usó para contar la historia del mundo como si de una construcción faraónica se tratase.

“La diferencia con el original de seis páginas es que, cuando la abres, el lector se encuentra con la arquitectura de la historia. La cubierta es como si fuera la parte exterior de la casa”, cuenta a Efe McGuire durante su visita a Madrid para promocionar esta novela gráfica.

Pero lo interesante de esta particular construcción es que en “Aquí” lo relevante son esas ventanas que el autor utiliza en cada página para abrir espacios al pasado, al presente y al futuro de manera simultánea. Una manera de levantar una obra que ha dado paso a un nuevo lenguaje narrativo en la historieta.

“A finales de los ochenta fui a una conferencia de Art Spiegelman donde explicó el origen de los cómics y me quedé con la idea de que las historietas son diagramas narrativos. En esa época me trasladé a un apartamento nuevo y me imaginé que la línea de una esquina de dos paredes era la línea que separaba al libro: a un lado se movía hacia adelante y al otro hacia atrás”, relata el autor.

En este sentido, su idea de ese nuevo lenguaje se acabó de aclarar cuando un amigo le visitó y le enseñó un nuevo programa informático que no era otro que el Windows. “Al verlo dije, '¡Eureka!', y así nació el 'Aquí' de seis paginas en 1989”, matiza.

Un año más tarde, se le “ocurrió” ampliarlo y convertirlo en el libro que es a día de hoy, y en el 2000 firmó el contrato que le obligaría a hacerlo realidad.

“Cuando comencé, sentía que me costaba desarrollarlo, pero tuve la oportunidad de irme a Francia a trabajar en una película de animación, así que metí de lleno en el libro en 2012. Ahora creo -describe- que si lo hubiera hecho en 2000 habría sido otro libro”.

Así lo afirma porque en este tiempo la obra tomó un cariz más personal debido a la muerte de sus padres y su hermana mayor, pérdidas que imprimieron a la obra una filosofía de vida: “Lo corta que es la vida y la importancia del presente”.

Por eso, en “Aquí” hay nacimientos y muertes, hay toda la vida de varias generaciones que se va abriendo en ventanas que nos llevan desde el comienzo de su historia hasta el futuro, pero siempre en el mismo rincón de una casa.

Y no sólo se pueden leer en línea recta, página a página, sino que, cuando el lector quiera, puede cambiar de rumbo, porque, según afirma, “no es un libro para leer de una sentada”. No lo es, porque McGuire utiliza al comienzo páginas en las que describe lo que ha sucedido en un año, hasta que de repente el tiempo se va acelerando para dar paso a paginas en las que pasan varios años a la vez.

Una forma narrativa que ha hecho que el estadounidense se haya convertido en un referente para los amantes del cómic.

Aunque también es una historia que ha hecho que McGuire, aunque no se considere historietista, sino “artista”, comparta pódium con dos de las figuras más importantes de la viñeta, Art Spiegelman y Chris Ware.

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