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“Con este disco he hecho el ejercicio de hablar de los desahucios mirando a la cara”

Silvia Pérez Cruz.

Luis J. Menéndez

La propia Silvia Pérez Cruz señala a Domus como su tercer disco en solitario (a sus 33 años la discografía de la artista de Palafrugell es prácticamente inabarcable si profundizamos en colaboraciones varias y su etapa dentro de Las Migas). Sin embargo, las circunstancias que han rodeado a este nuevo trabajo son peculiares: Domus desarrolla y desborda la banda sonora de Cerca de tu casa, una película de Eduard Cortés que Silvia Pérez Cruz también protagoniza y que tiene previsto su estreno para el próximo mes de mayo.

Película, banda sonora y el disco que tenemos entre manos y que acaba de ver la luz vía Universal tienen un elemento en común: los tres tratan en toda su crudeza el drama de los desahucios. Con Domus, Silvia Pérez Cruz engrandece su leyenda y, desde la transversalidad lingüística y compositiva, se introduce en el terreno de la canción protesta sin perder ni un ápice de su característico lirismo.

¿Es Domus un disco “más” de Silvia Pérez Cruz?Domus

Sí. Totalmente sí. En la estantería estaría colocado detrás de 11 de novembre y Granada, lo trataría igual. Pero el punto de partida es muy diferente: nace de la película Cerca de tu casa. Hace tres años me sentaron en una mesa para proponerme hacer la banda sonora y también protagonizar la película. Cuando ya llevaba dos años trabajando en ello pensé que tenía un material y una manera de trabajar muy parecida a la de 11 de novembre y, como la banda sonora no dejaban de ser canciones que cantaban los personajes de la película, pensé que al terminar con ella podría sentarme y hacer un disco a partir de ese material.

Ha sido un trabajazo (letras, música, arreglos, actuar, mezclar, producir...), apasionante, pero muy cansado, y cuando terminé el pasado verano cogí el material, separé los temas incidentales y volví a empezar. Volví a grabar las voces que había registrado en directo y que funcionaban bien en pantalla, porque daban más emoción, pero en el disco no tenían sentido. Canciones que eran muy breves en la película las alargué, y luego hice el ejercicio de eliminar la imagen para pensar qué le faltaba a la música.

¿En la película trabajaba sobre imagen o guión?

El esqueleto, la composición inicial, sobre guión. Para los arreglos ya trabajé sobre las imágenes. Pero en el momento de plantearlo como un disco independiente de la película tuve que grabar más instrumentos, cambiar cosas... Y algo que también diferencia disco y película es el orden de las canciones: en un principio pensaba que debía respetar el orden del filme y su ritmo, pero luego me di cuenta de que no tenía sentido y no funcionaba. El resultado final de todo esto es que disco y película tienen su propia vida independiente: la imagen del disco es “Silvia” y la de la película es “Sonia”.

He leído que había empezado a trabajar este disco componiéndolo en latín. ¿Es eso cierto?

No, el primer tema que grabé en versión maqueta fue Domus. Era un momento en el que yo estaba muy mal, y aunque posteriormente intenté regrabarla en un estudio, me di cuenta de que la fuerza de aquella grabación doméstica tenía mucha más fuerza de lo que yo pudiera hacer en un estudio.

Esa fue la primera canción que grabé, pero la primera que compuse fue Duérmete, la nana que cierra el disco. Como todavía no se había creado el concepto de la película pensé en hacer una nana que explicara la relación de la madre e hija, de la protección, pero que también hace referencia al opio del pueblo: “Duérmete para no sentir todo esto”. Después decidimos que acompañaría unas imágenes de desahucio, me gustaba el contraste entre maternidad y bestialidad, protección frente a destrucción.

En el disco hay muchas “grabaciones de campo” con consignas vinculadas al movimiento 15M y plataformas antidesahucios. ¿Son realmente grabaciones tomadas de la calle o pertenecen a escenas de Cerca de tu casa?Cerca de tu casa

Son reales: audios de vídeos que iba encontrando, grabaciones que me pasaban... También tenía algunas grabaciones propias, porque yo vivía al lado de Plaza de Catalunya y allí tuvieron lugar muchas de las concentraciones, pero al final no me sirvieron. Me apetecía mucho trabajar con sonidos reales en vez de notas, construir canciones a partir de la propia banda sonora que había creado el pueblo. Quería que la realidad estuviera presente.

Por pura necesidad se ha hecho un trabajo precioso por parte de la gente de construir unas letras y unas melodías brutales y Sí se puede es la canción que sale en los créditos después de contar toda la historia, un poco como concluir con un “es verdad, esto ha pasado”.

Fue un trabajo importante de edición, supongo...

Sí, porque tenía muchísimo material y había que ponerlo en orden y también tirar mucho a la basura. Lo bueno de haber grabado ya varios discos es que llega un punto en que no tienes tanto apego a las cosas, no te cuesta tanto dejarlo de lado. Yo soy una de esas personas que en la vida lo guarda todo, le cuesta trabajo deshacerse de las cosas. Y ese ejercicio es positivo en la música: no pasa nada por eliminar elementos si no funcionan.

Es algo que también he aprendido trabajando con los guionistas de la película: Domus, la canción, tenía un coro de niños porque inicialmente mi hijo en la película cantaba en un coro, así que pensé que era una buena idea que la base de toda la banda sonora fueran acordes de niños cantando. Creía que tenía todo el sentido porque en cuestiones como el drama de los desahucios que haya niños de por medio te remueve profundamente, esas generaciones que vienen, los que lo van a sufrir todo... El caso es que un día llegué a una reunión con el equipo y me dijeron: “Al final no va el coro”. “¿Cómoooo?”, dije yo.

Tuve que aprender a aceptarlo, y eso me fue pasando con muchas historias dentro de la película que a mí me daban información y súbitamente se eliminaban. Me enseñó a bucear en la esencia de los personajes, que es algo que a mí particularmente me gusta mucho, buscar el esqueleto. Por ejemplo, cuando estudias flamenco, donde se decora todo tanto, lo importante es siempre buscar la base primera.

Llevamos dando vueltas un rato alrededor de todo el proceso de construcción del disco y de la banda sonora y todavía no le he preguntado de qué manera Eduard Fernández le involucra para hacer el papel protagonista en Cerca de tu casa.Cerca de tu casa

Lo primero es decir que me costó mucho. Tengo muchos amigos actores, he visto bastante teatro en los últimos años y hasta participé en algún montaje teatral cantando: cuando trabajé con Joan Ollé descubrí la importancia de la palabra y cuando lo hice con Julio Manrique, a vivir el silencio entre una canción y la otra. Yo, generalmente, al terminar una canción en directo desconectaba, me entregaba a la imperfección por un instante hasta que arrancaba la siguiente, y Julio me enseñó a seguir conectada.

El caso es que cuando Eduard me contó que me quería como actriz protagonista mi primera reacción fue decirle que estaba loco, porque yo no había hecho eso nunca y no me siento actriz por mucho que sea un campo que me interesa mucho. He tenido 1.000 charlas con actores y entiendo que compartimos cosas, pero no la realidad que buscan cuando actúan. Tenemos en común otras cosas: hay palabras, hay emoción, hay ritmo... hay, en cierto modo, melodía, y hay silencios, que creo que es lo más parecido de todo. Me ayudaba mucho el silencio previo al “¡acción!” que es un momento mágico, muy musical. Pero no está la música, y la música a mí me hace cambiar de dimensión.

Al final comprendí que no tenía que pensar tanto, que no tenía que hacer la interpretación de la vida de nadie, sino ser muy humilde y dejarme llevar. Tenía la suerte de que confiaba mucho en mí, de haber trabajado el guión durante año y medio. Las emociones de los personajes las había entendido a partir de cantarlas y hasta me hice un esquema de la evolución emocional de cada escena, que era como una partitura. Además, me ponía la letra de una canción que me transmitía la emoción de esa escena en cuestión: por ejemplo, el momento en el que dejan a mi personaje se correspondía con Vete de mí. La experiencia me conectó con la Silvia chica, con esa ilusión del que está descubriendo cosas nuevas, con mi luz.

Silvia Pérez Cruz ha viajado habitualmente por todo el mundo para cantar y colaborar con otros músicos. Me intriga qué es lo que le sugiere el concepto “casa” y si efectivamente considera que tiene una “casa”.

Con 13 años di mi primer concierto profesional. Hace 20 años de aquello. Siempre he estado muy activa, pero también desde los 24 soy madre y mi caos de vida está combinado con una rutina cotidiana. El hecho de tener una hija me hizo organizar el tiempo de una manera muy distinta: por ejemplo, no hay giras muy largas sino que voy y vuelvo, que resulta mucho más cansado. Creo que uno tiene que montarse su propia manera de vivir las cosas para poderlas digerir, y para mí es muy importante poder estar en casa, pero también es muy importante seguir cantando y viajando.

La casa -y por eso titulo Domus [“casa”, en latín] a este disco- es uno mismo y que te quiten la casa es mucho más que quitarte las paredes de un edificio: es donde sueñas, duermes, comes, te enfadas, donde creces y vives... Que te quiten eso es tanto como que te quiten tu existencia. Me gustaba además la simbología de la casa, que es lo primero que dibujas cuando eres niño. La casa representa la paz, es el lugar al que volver para recapacitar sobre todo lo que te ocurre fuera. Hay un pequeño texto que recita mi madre en el disco y habla de la cueva de piedra, de madera, de musgo... del material que sea pero siempre ha estado ahí, la casa es el lugar en el que reencontrarse con uno mismo. Cuando ordenas tu casa ordenas tu cabeza. Sí, mi vida tiene estas dos caras...

Hace cosa de un año intentamos entrevistarle en eldiario.es. Al final no pudo ser por una cuestión de tiempos, pero sí que empezó a gestionarse y recuerdo que la advertencia del departamento de promoción fue: “De acuerdo a la entrevista pero, por favor, que no haya preguntas de corte político”. Viendo que ahora mismo publica este Domus, que es un poderoso grito de protesta contra el drama de los desahucios, me ha dado que pensar si en realidad no estaría tomando fuerzas para la que se le venía encima...Domus

No, para nada. Simplemente es que yo siempre digo que la gente tiene que hablar de lo que sabe, sobre todo cuando se trata de algo público, que va a leer mucha gente. Evidentemente yo tengo pensamientos políticos... A mi manera ¿no?, pero creo que no sé suficiente de política como para que mi mensaje quede escrito. Creo que lo que yo siento de la vida y de los valores lo expreso mucho mejor cantando. Y cuando hago entrevistas me gusta hablar de lo que conozco y me gustaría que todo el mundo hiciera lo mismo.

Para mí tiene sentido dar una entrevista si es para hablar de aquello a lo que dedico mi vida, eso me da mucha tranquilidad. Ya cuando hablas de lo tuyo a veces aparece escrito de una manera incorrecta, así que si además hablo de algo sobre lo que no tengo un discurso tan elaborado creo que no tiene mucho interés. Con este disco he hecho el ejercicio de contar cosas muy concretas mirando a la cara. Me costó mucho encontrar el lenguaje para hacerlo y me gusta la manera que he encontrado.

No hay tanto pan fue muy importante: como te decía antes, yo vivía en la Plaza de Catalunya así que el momento 15M lo viví muy cerca, y recuerdo que cuando estaba escribiendo me vino esta frase y pensé: “¡Qué frase tan potente!”. No hacía falta terminarla para que todo el mundo supiera cómo acababa y son unas palabras totalmente lorquianas. El pan, que además tiene una presencia fundamental en la religión: en el Padrenuestro se dice “danos el pan nuestro de cada día”. También el Gallo de Chicho Sánchez Ferlosio, me gustaba la idea de empezar con él...

En Sí se puede por un instante también se escucha una canción tan emblemática en Asturias como Santa Bárbara bendita...Sí se puedeSanta Bárbara bendita...

¿Cuál? [Se la tarareo] Me alegro mucho que me digas esto, porque era una canción muy dura, que salía en la grabación en medio de un desahucio... Pero retomando lo que te decía antes: a mí no me importa qué partido político esté detrás de un desahucio, o quién pueda defender algo así, a mí lo que me afecta y me mueve es saber el significado que tiene eso. También por qué pasa, pero lo que realmente me impacta es cómo se puede sentir alguien a quien le quitan la casa. Por ejemplo, la canción de Chicho está escrita en un momento muy concreto y habla de las relaciones de poder como algo atemporal, cómo se relaciona el poderoso con el que aguanta, el valiente, la traición... Eso es lo que me interesa y de lo que me atrevo a hablar.

Me metí en este proyecto porque realmente creo que no puede ser que a la gente le estén quitando la casa, y no tengo ningún miedo en defender esto. Pero el tratamiento que le doy es conceptual: el fracaso, la culpa, la mentira... Te roban y además te gritan, te castigan. Al final eso es lo que más te decepciona: ¿Qué es lo que está pasando? Ese tío está destrozado, tiene una vida de mierda, se siente fracasado, culpable y además le riñes. Pero yo no soy quién para hablar de la problemática del desahucio, yo no puedo hacer eso. Hay gente que conoce bien el tema y son los que deben hacerlo.

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