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Vampire Weekend ponen banda sonora a la globalizacion y Bad Religion golpean de nuevo

Luis J. Menéndez

Vampire Weekend

Vampire Weekend

Father of the BrideSonyPOP7Father of the Bride

Aquellos pipiolos que pusieron del revés la escena indie son ya unos respetables músicos que ejercen de compositores y productores para estrellas pop y que publican ahora su cuarto disco tras un silencio de seis años. Arrancaron reivindicando el pop africanista tal y como Paul Simon lo había entendido un par de décadas antes. Pero hace tiempo ya que reducir Vampire Weekend a un mero ejercicio de suma de tradiciones musicales no hace justicia a una banda que desde entonces no ha cesado de buscar nuevos caminos.

Esta búsqueda resulta especialmente evidente en Father of the Bride, un disco que llega marcado por el abandono de la formación de Rostam Batmanglij y la madurez del cantante, compositor y líder de la banda, Ezra Koenig, coronada por su reciente paternidad.

Así las cosas, de Father of the Bride y sus 18 canciones podría decirse que resulta ligeramente tan disperso como puede serlo un trabajo compuesto a lo largo de seis años de ausencia. De alguna forma su cuarto álbum funciona a la manera de un viaje virtual por el mundo y por sus diferentes tradiciones musicales.

Efectivamente hay rastros de aquel afropop de los comienzos, pero también canciones de psicodelia beatleliana (Sunflower, con la colaboración de Steve Lacy de The Internet), pop electrónico y hasta una suerte de homenaje a los Gipsy Kings con filtro house en Sympathy. Es la peculiar forma que Koenig tiene de derribar fronteras autoimpuestas por el ser humano. Un intento loable de hacer el mundo un poco mejor con ayuda de la música. Lo que no quita para que en esta ocasión las buenas intenciones se sitúen por encima de las canciones.

Aldous Harding

Aldous Harding

Designer4AD / Popstock!POP8Designer

Party (4AD/Popstock!, 2017) fue casi un debut para la neozelandesa Aldous Harding. Con él recibió atención desde múltiples lugares del planeta. Un disco de torch songs de tonos oscuros concebidas al piano, en el que su talento más que intuirse se hacía palpable. La luz sin embargo ha entrado por la ventana de su habitación. Algunos momentos de este Designer mantienen cierto tono ocre, más melancólico que sombrío. Pero en líneas generales las nueve canciones que componen el álbum, todavía con el piano como instrumento central, nos acercan a una artista con muchísimas más aristas.

Empezando por el tema de apertura, Fixture Pictures, una deliciosa composición de aires clásicos en la que la voz de Harding suena más naif que nunca al tiempo que lanza lianas entre el acto creativo y las cosas del corazón. Ese aire hippy también contagia el tema titular y buena parte del disco: juguetona, con una percusión que firmaría Devendra Banhart y efluvios de la California ácida. Un álbum menor muy grande.

Bad Religion

Bad Religion

Age of UnreasonEpitaph / [PIAS]HARDCORE7Age of Unreason

39 años de existencia y 17 álbumes publicados son razones de peso para no exigir a los padres del hardcore melódico mucho más que aguantar el tipo musicalmente hablando y mantenerse fieles a sí mismo en el aspecto lírico e ideológico. Y, no es una sorpresa, Bad Religion cumplen sobradamente en ambos aspectos. Lo consiguen en colaboración con el productor Carlos de la Garza, que ha trabajado entre otros con Paramore y conoce bien los secretos para mantener la frescura desde la cabina.

Seis años, el tiempo máximo que la banda ha permanecido en silencio desde su formación, no han hecho mella en la cualidad melódica de Greg Graffin y las dinámicas guitarras de Brett Gurewitz, que mantienen viva la llama.

A ello ha colaborado, como en tantos otros casos, la presidencia de Donald Trump. Su sombra se adivina en letras como la de Candidate: “Creyentes, incautos y payasos, os quiero a todos a mi alrededor para glorificar la ignorancia y el miedo. Yo le robo la información a la generación de la postverdad”.

Golpes Bajos

Golpes Bajos

No mires a los ojos de la genteNuevos Medios / LarvinPOP9No mires a los ojos de la gente

El pasado Record Store Day sigue coleando y dándonos referencias tan relevantes como este miniLP de Golpes Bajos, historia viva del pop en castellano. 36 años después de su publicación vuelve a ver la luz en una edición en vinilo (vinilo rojo de 180 gramos, para más datos) que incluye a modo de extra una versión de Cena recalentada extraída del álbum Vivo. De esta forma Larvin, el sello que en el último año se ha especializado en recuperar en ese formato clásicos del pop español, complementa al lanzamiento de A Santa Compaña que tuvo lugar hace unos meses.

No mires a los ojos de la gente fue la primera referencia de la banda formada por Germán Coppini, Teo Cardalda, Pablo Novoa y Luis García. Publicado originalmente en 1983, este miniLP de seis canciones autoproducido y que contaba con una histórica portada a cargo de Ceesepe, incluía las dos canciones que a la postre siguen siendo las más populares de la formación viguesa: la titular No mires a los ojos de la gente y Malos tiempos para la lírica.

El disco, un brillantísimo ejercicio de pop nuevaolero, sonoridades postpunk, funk y aires latinos -especialmente palpables en los vientos de Malos tiempos para la lírica y Lágrimas-, se publicó el mismo año que otros discos icónicos como Canciones profanas (Alaska y Dinarama), El ritmo del garage (Loquillo) o En la guía en el listín (Derribos Arias) y supuso una piedra de toque para un movimiento como el de la Movida, que se abría de la mano de Golpes Bajos a nuevas sensibilidades sonoras ajenas a la dictadura anglosajona.

Kevin Morby

Kevin Morby

Oh My GodDead Oceans / Popstock!CANCIÓN8Oh My God

El piano del tema que da título al álbum y con el que se abre el disco inmediatamente nos pone en el mood. La susurrante plegaria a Dios de Kevin Morby trae a la cabeza los dos sobresalientes -y desgraciadamente inadvertidos- discos de Bill Fay también para el sello Dead Oceans. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría con aquel, el paseo de Morby por el imaginario religioso se lleva cabo desde el punto de vista del agnóstico: un ateo convencido que se da un alucinado garbeo por la tierra del rock, espacio conocido como (casualidades de la vida) el cinturón bíblico. “Intenté rezar pero no sabía qué decir”, afirma en Piss River.

Y si la voz detrás de las letras se encuentra claramente perdida en su búsqueda de la espiritualidad, todo lo contrario habría que decir del Kevin Morby músico, que firma su álbum más rico musicalmente hablando. Aquel en el que las comparaciones recurrentes con Bruce Springsteen o Bob Dylan quedan atrás y los arreglos, jazzísticos, rockeros o cercanos al gospel, empujan sus canciones hacia territorios excitantes.

King Gizzard and the Lizard Wizard

King Gizzard and the Lizard Wizard

Fishing for FishiesFlightless / [PIAS]ROCK7Fishing for Fishies

La banda australiana -posiblemente el combo que mejor ha sabido adaptar a nuestro tiempo la herencia del rock ácido y sus conexiones con el hard rock- terminó completamente exhausta por el reto de publicar a lo largo de 2017 cinco largos. Se imponía pues un descanso que llegó al año siguiente, antes de tomar aire y volver a entrar en el estudio. Fishing for Fishies documenta ese reencuentro, un álbum que a diferencia de aquellos que vieron la luz hace dos temporadas carece de un andamiaje conceptual que ate en corto a cada uno de los temas que lo componen.

Es cierto que el término boogie –relativo a un dinámico tipo de blues- bautiza tres de los nueve temas que componen el disco, y de alguna forma ejerce de cemento para unas composiciones que comparten las más de las veces riff acelerados y minimalistas como base para crecer y desarrollarse.

Sin embargo y a diferencia de lo que ocurría en otros discos de la banda, los imprevisibles giros sonoros definen a un trabajo en el que cabe el hard-rock, el blues, la psicodelia y el progresivo. O dicho de otra forma: todo el universo musical de estos maravillosos chiflados.

Little Simz

Little Simz

GREY AreaAge 101 Music / Popstock!URBAN8GREY Area

Simbi Ajikawo irrumpió en 2014 con apenas veinte años en la escena del rap británico generando mucho ruido y hasta llamando la atención del mismísimo Kendrick Lamar, que la firmó para su sello, o de Lauryn Hill, con la que que llegó a girar en aquel momento. No ha desaprovechado el tiempo Little Simz, que ha ido desarrollando su carrera de acuerdo a sus propios tiempos para con su cuarto álbum definitivamente destapar el tarro de las esencias y situarse a la altura que prometían aquellos primeros EPs.

Con la ayuda de su amigo de la infancia el productor Inflo -responsable del Love & Hate de Michael Kiwanuka, que aquí aparece colaborando para cerrar el disco- Grey Area apunta en múltiples direcciones y acierta en la diana en todas ellas. El grime combativo y de versos acelerados y coartada feminista de Venom (“Never givin' credit where it's due 'cause you don't like pussy on venom”), la bass music y hasta los coqueteos con el soul, todos esos sonidos y cuantos quedan entre medias reciben un tratamiento exquisito por parte de esta mujer. De North London para el mundo.

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