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Los bombos los carga Tune-Yards

Merril Garbus, al frente de Tune-Yards, durante su concierto en el madrileño Teatro Lara / A. Ortiz

Napoleon Borntoparty

Madrid —

Si pensaban que asistir a un concierto en un teatro y sudar era imposible, es que no han ido a ver a Tune-Yards. La banda americana actuó en el Teatro Lara, en el marco de Voces Femeninas, una iniciativa que pretende acercar al público general aquellas bandas en las que las mujeres cobran protagonismo.

Tune-Yards compartió el escenario del madrileño teatro con la cantante islandesea Ólöf Arnalds, que abrió la jornada con un show sobrio, marcado por su característica voz, que con la simple compañía de una guitarra eléctrica y una acústica, consiguió llenar el teatro y provocar infinidad de emociones en el público.

Pero si algo revolucionó la noche del pasado miércoles en Madrid fue, sin duda, la irrupción de Tune-Yards en el escenario. Cuatro mujeres (protagonistas absolutas de la noche) y un hombre, con la cantante y percusionista Merril Garbus al frente, haciendo las delicias de un público que no aguantó sentado ni tres canciones.

Y es que no es para menos: si algo caracteriza a este grupo, que este año ha editado su tercer larga duración, Nikki Nack, es la capacidad para crear ritmos frenéticos y desenfadados que invitan a dejarse llevar y mover el cuerpo en un ritual. La capacidad de Garbus para manejar los loops con los que crear, sobreponer y modificar los ritmos que iba creando dejó a más de uno (servidores incluídos) con la boca abierta. 

Sorprendente también el juego de voces de las coristas que acompañan a Garbus en esta gira de presentación del nuevo álbum. Jo Lampert y Abigail Nessen-Bengson poseen dos gargantas extraordinarias con las que son capaces de engañar al público y hacerles creer que sobre el escenario hay también un conjunto de viento.

Garbus y su banda presentaron su último disco casi al completo y repasaron los grandes éxitos de los dos anteriores. Un concierto que abrieron con Time of Dark, uno de los temas de Nikki Nack, pero que sin duda alcanzó su máximo apogeo con temas de su anterior trabajo Whokill, como Gangsta o Bizness, o con el single de este último, Water Fountain.

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