Drogas y espectáculo en unos premios siderales

La cadena musical americana juega en otra liga a la hora de preparar festivales que copen de titulares jugosos las rotativas del día siguiente. Pese a no alcanzar el grado de excentricidad de la versión estadounidense, los Video Music Awards, la diversión y la fiesta fueron los ingredientes principales de la noche. La gala celebrada en Amsterdam, en el colosal recinto de Ziggo Dome, tuvo un maestro de ceremonias digno de la ocasión, el ex-miembro del dúo LMFAO, Redfoo. El showman hizo la función de bisagra amenizando los momentos más monótonos entre las actuaciones y llegando a cambiar su atuendo hasta catorce veces.

Sorpresa no. 1: Miley Cyrus recatada

El presentador puso una de las notas irreverentes de la velada quedándose en ropa interior a los cuatro minutos del comienzo del espectáculo. La apertura de la gala fue de la mano de la otrora estrella infantil, Miley Cyrus, cuya imagen era la que mayor espectación provocaba entre los asistentes debido a su escandalosa sesión de twerking en los VMA. Sin embargo, contra todo pronóstico, la actuación de la cantante fue mucho más comedida de lo esperado.

Enfundada en un galáctico y ceñido traje plateado, descendió en una nave espacial hasta el escenario al compás de la partitura de Encuentros en la tercera fase para luego interpretar We can`t stop, esta vez sin Robin Thicke, sin twerk y sin polémica. Su momento culminante vino cuando recogió el premio al mejor video por su single Wrecking ball y se encendió un porro en homenaje a la capital de los coffee shop.

Esta no sería la única referencia a las drogas, ya que el ajustado triunfador de la noche agradeció su premio como icono global con un provocador “Me encanta la metanfetamina”. Eminem, ganador también en la categoría de mejor artista de Hip Hop, obsequió a los asistentes con una larga actuación sorpresa que no constaba en el programa. Otro de los artistas fulgurantes en este mejunje cósmico fue Bruno Mars, cuya canción Locked out of heaven se alzó como protagonista entre tanto nombre propio del pop y del rock.

Sorpresa no. 2: Eclipses y supernovas

Aunque el momento inesperado y asombroso fue el del galardón concedido a Katy Perry como mejor artista femenina. Su puesta en escena a forma de supernova, con un vestido que reflectaba todos los focos del escenario, fascinó a los asistentes de la ciudad holandesa mientras interpretaba la balada Unconditionally. La cantante californiana desbancó en la categoría a la gran favorita Lady Gaga, cuya sangrante derrota se suma a la falta de acogida que está teniendo su último disco. El otro eclipsado de la ceremonia fue Justin Timberlake que, aun siendo el más veces nominado, se fue de vacío a casa.

Los curiosos premios previos al festejo fueron los otorgados por los votos de los seguidores de este evento europeo al mejor look y a los mejores fans para el cantante del grupo One Direction -también premiado como mejor artista Pop-, Harry Styles y Tokio Hotel, respectivamente. Mención aparte merece la presencia rock de la gala con Kings of Leon, The Killers y 30 Seconds to Mars. Los primeros con un espectáculo pirotécnico, los segundos mitificando su Mr. Brightside y los terceros poniéndole voz al momento solidario más ovacionado de la noche. El vocalista del reconocido como mejor grupo alternativo, Jared Leto, pidió un minuto de silencio entre el bullicio para conmemorar a las víctimas de Filipinas.