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La extraña reinvención musical de Muse era volver a los casetes

Luis J. Menéndez

Muse

Muse

Simulation TheoryWarnerPOP5/10Simulation Theory

Aún hoy, cuando cualquier dato es cuantificado y minuciosamente estudiado, la industria de la música cuenta con verdaderos expedientes X que escapan a la comprensión de los analistas. Muse es, sin ir más lejos, uno de ellos. La banda de Matt Bellamy se elevó a los altares del rock de estadio con el cambio de milenio y desde entonces no han sido pocos los fans que han expresado abiertamente su descontento con sus últimos trabajos, con las tímidas tentativas de abrazar sonoridades más electrónicas y por momentos cercanas a la (¡glups!) música dance.

El propio grupo, consciente de que tras 25 años de carrera se hace imperioso airear el discurso, se muestra tan decidido a mover ficha como ajeno a las rasgaduras de vestiduras de sus seguidores de siempre. Lo que, sin embargo, no se ha traducido en pérdida de público para una banda que a estas alturas puede alardear de haberse convertido en uno de los escasos ejemplos de éxito masivo en el campo del rock en lo que llevamos de siglo XXI. He ahí el misterio.

Envuelto en una portada obra de Kyle Lambert, artista cuyo inconfundible trabajo ha servido de imagen a ejercicios de revival ochentero como Stranger Things o Ready Player One, la carpeta sirve de inmediata puesta en situación para un disco en el que Muse busca la reinvención en formato CD, vinilo y también con una edición en casete. Lo hacen a base de ritmos electrónicos grandilocuentes, arreglos moroderianos y, en líneas generales, una recuperación de aquella desmesura que Jean Michel Jarre aplicó a sus puestas en escena mientras Ronald Reagan y Yuri Andropov jugaban a la Guerra de las Galaxias.

Conociendo la afición de Bellamy por la conspiranoia (sólo hay que atender al título de este octavo álbum), este retroceso al sonido característico de los 80 para que su grupo pueda seguir mirando hacia delante tiene todo el sentido del mundo, al tiempo que permite mantener los paralelismos con la banda clásica con la que más veces se ha asociado a Muse: Queen.

Propaganda o Break It to Me son canciones de rock sintetizado muy en la línea de The Works. Lejos de diluir los tics que hacen de Muse una banda tan admirada para muchos como insufrible para otros tantos (o más), su evolución 3.0 no hace más que potenciar esa personalidad histriónica y excesiva.

Barry Adamson

Barry Adamson

Memento MoriMute / [PIAS]SOUL / BANDA SONORA IMAGINARIA8/10Memento Mori

Las modas vienen y van, y uno tiene la sensación de que Barry Adamson ha pasado momentos de mayor atención por parte de público y crítica de la que goza hoy. Por eso, bienvenido sea este recopilatorio que reivindica una trayectoria de cuatro décadas que comenzó a las órdenes de Howard Devoto en los igualmente reivindicables Magazine, continuó como lugarteniente de Nick Cave en las primeras encarnaciones de los Bad Seeds y, sobre todo, se ha desarrollado todo este tiempo en una carrera en solitario con álbumes notables como Oedipus Schmoedipus (1996) y su debut Moss Side Story (1989).

Más allá de la inclusión de un nuevo tema, The Hummingbird, que realza las conexiones con el universo lírico y musical de Nick Cave, Memento Mori señala precisamente a Oedipus Schmoedipus como su obra magna al seleccionar tres temas de aquel disco dentro de los diecisiete que componen el recopilatorio.

Ejercicios de soul-funk instrumental, adaptaciones negroides del sonido patentado por los Bad Seeds, reinterpretaciones en modo reggae del clásico James Bond Theme original de Monty Norman...todo eso y aún un poco más podemos encontrar en este disco que viene a llamar la atención sobre la carrera del músico de Manchester para el que todavía no lo tenga en el radar.

J Mascis

J Mascis

Elastic DaysSub Pop / Popstock!ROCK7/10Elastic Days

Con el paso de los años J Mascis ha ido desarrollando una faceta acústica que ya se intuía en los discos clásicos de Dinosaur Jr. Con la reunión de la formación clásica del dinosaurio esa parcela la ha ido ocupando cada vez más Lou Barlow, lo que de alguna forma le ha servido de excusa a Mascis para desarrollar una carrera en solitario que dé salida a ese material. Elastic Days supone la continuación natural de Several Shades of Why (2011) y Tied to a Star (2014), discos todos ellos notables en los que las diferencias se reducen a meras cuestiones de matices.

Con Mascis interpretando prácticamente todos los instrumentos con la excepción del piano, las doce canciones que componen Elastic Days son posiblemente las que más se arriman al concepto de canción clásica de Dinosaur Jr. No cuesta de hecho imaginar estos temas de desarrollo reposado y sin apenas disonancias reconvertidos en ejercicios de electricidad furiosa formando parte de aquel proyecto.

Puntualmente Mascis hasta se anima con alguno de sus característicos punteos, sin renunciar a su componente eléctrico pero en esta ocasión, límpidos y brillantes. No decepcionará pues a quienes hayan seguido una carrera que supera ya ampliamente las tres décadas.

Kokoshca

Kokoshca

El malSonido MuchachoPOP-ROCK8/10El mal

Habitualmente señalados como una de las bandas con más potencial en el panorama del pop y el rock independiente de este país, tengo la sensación de que Kokoshca llevan unos cuantos años buscando una formación estable con la que definitivamente sean capaces de superar aquel mini hype que fue La fuerza. En Algo real los pamplonicas se reconvertían en banda de formato clásico (guitarras bajo y batería), si bien aquel disco quizás les pilló demasiado pronto para explotar del todo un potencial que en El mal sencillamente se traduce en un disco mucho más certero.

Su sexto largo hasta cuenta con candidatas para sacarse de encima la etiqueta de “one hit wonders”. Seguiremos en pie, elegida con acierto como primer single, tiene hechuras de himno, con Amaia e Íñigo dándose réplica en lo que resulta una emocionante oda al orgullo y la resistencia.

Pero esa no es la única gran canción de un disco que no disimula sus deudas con los clásicos del pop-rock nacional de los ochenta. Kokoshca perfectamente podrían pasar por una banda olvidada de aquellos años en sus recuperación de un rock chuleta y quedón (Las chicas, Txomin) y hasta cuando se atreven con experimentos con géneros ajenos como Bom-Bom, en la línea de las alocadas apropiaciones que tanto gustaban a Pegamoides.

En líneas generales a la producción le falta un poquito de pegada y hay decisiones discutibles (la más evidente abrir el disco con una canción como El rey y sus desconcertantes y desafinados coros) pero en líneas generales es un disco que justifica los años que llevamos esperando por ellos.

Michele Mercure

Michele Mercure

Beside HerseldRVNG / Popstock!ELECTRÓNICA8/10Beside Herseld

Habrá quien sea más o menos adicto a la música de los Beatles, pero es indudable que su influencia en la Historia de la música popular difícilmente se puede cuantificar. Buen ejemplo de ello es Michele Mercure, para quien existió un antes y un después de verles en televisión cuando ella apenas contaba con siete años. “En ese momento supe que mi vida iba a ser sólo mía”. Y, se intuye, que iba a estar enteramente dedicada a la música.

Pero el tiempo terminó llevando a Mercure por territorios bastante alejados del pop masivo de Lennon, McCarthy y compañía. Aficionada a la electrónica desde muy joven, Mercure desarrolló una carrera rodeada de Rolands, Korgs, miniMoogs, grabadoras de cinta y, en cuanto tuvo acceso a él, un rudimentario Atari TS que la introdujo en el universo del MIDI. Los diferentes cambios de domicilio y de circunstancias personales nunca fueron impedimento para una carrera que se debate entre los trabajos de corte alimenticio para cadenas locales de TV y la pura experimentación, registrada en una serie de lanzamientos en cinta bajo el nombre artístico de Michele Musser.

Son piezas instrumentales de electrónica minimalista, condicionadas en buena parte por la tecnología, pero que como en el caso de artistas afines como Tara Cross o The Nightcrawlers convertían esas limitaciones en un estímulo creativo. Ahora parte de ese material, registrado entre 1983 y 1990 y de escasa difusión hasta hoy -algunas de esas cintas no aparecen ni en ese registro infalible que es Discogs-, se recuperan en forma de un magnífico en fondo y forma álbum recopilatorio.

Mow

Mow

WomanSubterfugePOP8/10Woman

El relato se convertido en el factor más relevante a la hora de presentar un disco en sociedad. Mow (o lo que es lo mismo, Gabriela Casero) cuenta con uno excepcional: el de la adolescente que empezó a hacer canciones para impresionar al chico que le gustaba y poco después empezó a sonar en las emisoras independientes norteamericanas y hasta a recibir premios al otro lado del Atlántico.

Más allá de esa carta de presentación, lo que queda son las canciones. Y hay que decir que en este primer largo de Mow las hay y son notables. Apoyándose en el trabajo de los canarios Solo Astra, responsables en buena medida de la exquisita ambientación electrónica del disco, la cantante madrileña trasciende su pasado como cantautora para plantear un disco de pop etéreo, lánguido (en el buen sentido) y escurridizo, repleto de melodías vocales insospechadas.

Íntegramente cantadas en inglés, estas canciones sobre el tránsito de la adolescencia a la juventud recorren una senda que también transitan otros artistas nacionales como Desert o Pavvla. Su valor pues no reside tanto en lo rupturista de una propuesta que podríamos encajar dentro de la etiqueta dream pop como en la belleza escurridiza de temas como Grasiah, Ikea o Pan. Ese es el principal valor de este Woman, que recupera las canciones del EP previo Wom (2017) y las expande hasta llegar a la decena de cortes.

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