El Obispillo de Palencia pide más ayuda para los niños de los países pobres

Raúl Tejido, un niño de diez años investido hoy como obispillo de Palencia, ha pedido al ayuntamiento de la capital más colaboración y ayuda para los niños de los países más pobres y para los que no tienen familia.

Más espacios peatonales, mas iluminación en los parques y jardines, un carril bici por la Calle Mayor de la ciudad, y un paso subterráneo para vehículos en el paso de los Tres Pasos clausurado tras la llegada del AVE, han sido otras de las peticiones realizadas por este palentino que hoy ha ejercido de Obispillo.

Para ello ha sido investido en la catedral de Palencia renovando una tradición de origen medieval que ya se celebraba en Palencia en el año 1220 y que conmemora además la figura de San Nicolás, un Obispo que falleció muy joven y que al morir dejó todas sus riquezas a los niños y a los pobres.

Por eso la principal petición que este alumno de 5º de Primaria del Colegio Blas Sierra de la capital, miembro de la Escolanía Niños de Coro desde hace dos años ha realizado a las autoridades, es que se tengan más en cuenta las opiniones y necesidades de los niños, sobre todo las de los más pobres y necesitados.

“Queremos que todos los niños estemos protegidos por las leyes y que podamos disponer de oportunidades y servicios para desarrollarnos”, ha manifestado durante su intervención en la Plaza Mayor ante el alcalde, Alfonso Polanco y toda la corporación municipal, que ha escuchado atenta sus palabras.

También se ha referido a la condición de Palencia como Ciudad Amiga de la Infancia y ha pedido al ayuntamiento que siga trabajando por los niños palentinos y que “colabore con los niños de otros países que no pueden ir al colegio y tienen que trabajar para poder vivir”.

Antes de pronunciar sus peticiones ante el ayuntamiento, y a pesar de la lluvia, que ha deslucido la fiesta, el niño ha recorrido las calles de Palencia a lomos de un caballo blanco acompañado por una comitiva de pajes y niños de la Escolanía Niños del Coro que han repartido mandarinas entre la gente.

De esta forma, Palencia ha retomado hoy la tradición europea que simboliza la entrega de las riquezas de San Nicolás entre niños y necesitados, con el reparto de mandarinas.

Una tradición que desde el siglo XIII, y durante casi siete siglos, hizo que San Nicolás trajera los regalos de Navidad, como aun sigue sucediendo en Alemania, Bélgica y otros países de Europa, pero que se perdió en España en el siglo XIX.

En esa época los Obispos decidieron cambiar esa figura por la de los Reyes Magos de Oriente, debido a la paganización del santo que se convirtió en Santa Claus, y la fiesta del Obispillo dejó de celebrarse para recuperase en Palencia hace ocho años.