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“La pasión de Augustine”: música, monjas y tiempos de cambio

"La pasión de Augustine": música, monjas y tiempos de cambio

EFE

Madrid —

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Ambientada en un convento en Canadá en la década de los 60, en plena oleada de secularización y cambios sociales, “La pasión de Augustine” trae este viernes a la cartelera española una historia sobre el poder transformador de la música.

Sobre un guion de Marie Vien, Léa Pool, su directora, reivindica el papel que las monjas jugaron durante años en campos como la educación musical o la sanidad, con la construcción de escuelas y hospitales.

“La conquista de la laicidad en la sociedad fue muy importante, pero no hay que olvidar que estas mujeres aportaron mucho, no todo estaba mal”, ha señalado Pool en una entrevista telefónica con Efe.

Nacida en Suiza, de padre judío y madre protestante, Pool no se siente sospechosa de parcialidad en este tema, pese a que sabe que hablar de religión siempre es complicado.

Ganadora del Premio del Público en el Festival de Québec y de una Mención Especial en el de Nueva York, “La pasión de Augustine” narra la lucha de la directora de un convento rural por salvar su escuela de música.

El protagonismo pivota entre Augustine (Célinne Bonnier) y Alice (Lysandre Ménard), una nueva alumna, que además es su sobrina, y que tiene tanto talento musical como rebeldía.

“Alice toca Bach con ritmo de jazz e introduce en el convento los nuevos aires de cambio que hay en la sociedad, la libertad irrumpe con ella en ese mundo confortable y aislado”, explica Pool. “Y a Augustine le hace replantearse sus prioridades”.

Para encontrar a la joven protagonista acudieron al conservatorio de Québec, porque querían a alguien que además de actuar supiera tocar de verdad.

“La música para mi es muy importante -dice Pool-, y debería seguir formando parte de la educación. Tocar un instrumento abre tu alma y a la vez proporciona disciplina”.

Hay quien ha comparado este filme con “Sister Act” o “Los chicos del coro”. Al respecto, la directora señala que la similitud con la primera es evidente, porque son “monjas cantando”, pero su película no es tan cómica.

Actualmente Pool está inmersa en dos nuevos proyectos. Por un lado, un documental sobre hijos de madres encarceladas, que ha rodado en distintas partes del mundo, desde Bolivia a Nepal pasando por Nueva York o Québec.

También está en la fase de montaje de su próximo largometraje de ficción, otra historia con adolescentes basada en la novela “Et au pire on se mariera”, de Sophie Bienvenu.

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