El legado de 300: sangre, sudor y CGI

¿Qué tienen las películas grecorromanas, repletas de sangre, conspiraciones familiares y luchas desde la arena, que nos gustan tanto últimamente? En Estados Unidos, el cine de espada y sandalia vivió su momento estrella en los primeros 50, paralelo a la posguerra, los primeros grandes movimientos civiles y la caza de brujas del senador McCarthy. Hoy impacta porque tiene todo lo que nos preocupa: la lucha del individuo contra la injusticia y la opresión, el hundimiento del primer gran imperio occidental a manos de la corrupción política y la posible desaparición de la humanidad con el colapso medioambiental.

Sin olvidar la sublimación de un instinto que vive aletargado en el fondo de nuestra domesticada raza, el de bajar el monte corriendo con el hacha en ristre gritando: a morir.

Jacques Siclier bautizó el género como péplum en Cahiers du Cinéma donde su L'âge du péplum (mayo, 1962) hacía referencia a la túnica sin mangas que se sujeta al hombro con un broche, que se llama peplo y viene del griego πεπλον. El peplo se complementa con espada, sandalia de tira y brazaletes salpicados por la sangre del enemigo, el sudor de la esclavitud y la arena del coliseo. Ese es el fondo de armario de varias producciones que llegan este año, incluyendo dos Hércules, una Pompeii y la esperada precuela de 300.

Dos Hércules, un Vesubio y la precuela de los 300

300La primera en llegar será La leyenda de Hércules, una producción destinada a un público adolescente cuyo protagonista es Kellan Lutz, el cachas Emmett Cullen de la saga Crepúsculo. “Estoy muy contento de que la nuestra sea la primera película del siglo XXI que reintroduce esta historia clásica e inmortal a una audiencia moderna” contaba Avi Lerner, su productor. En las colinas doradas de Hollywood, cuando hay doblete argumental, el que golpea primero, golpea dos veces.

“El Hércules de la otra película es mucho mayor -explicaba el propio Lutz en la presentación. -Nuestro Hércules muestra el viaje, muy real y humano, de un joven hasta convertirse en un adulto. Pasa de estar completamente enamorado a tener el corazón roto y sufrir angustia y soledad. Es la historia de cómo consigue recuperar a su gran amor. No es un tipo con superpoderes”. Dirigida por Renny Harlin (Die Hard 2), la cinta mezcla Gladiator, Troy y Clash of the Titans, con Liam McIntyre de la serie Spartacus en el reparto.

El legado de 300: sangre, sudor y CGI

El otro Hércules es, efectivamente, mucho mayor: ha terminado sus doce trabajos, ha perdido a su familia y ha aceptado junto con sus hombres unirse al ejército del Rey de Tracia. El relato revisionista del mito griego está liderado por Dwayne La Roca Johnson. “Cuando era niño, Hércules era un héroe para mí -ha dicho el actor. - Al llegar a Hollywood, soñé con hacer este papel algún día. La idea de cómo diseñarlo ha estado en mi mente durante mucho tiempo”.

En Pompeya, Kit Harington (John Snow en Juego de tronos) será un esclavo que se corona como gladiador y que tratará de salvar a su amor verdadero (protagonizada por Emily Browning) en plena erupción volcánica. Como Hércules, el gladiador que sobrevive con astucia y voluntad a todas las pruebas del destino es un motivo recurrente en el cine, desde Ben-Hur a Gladiator. El reparto incluye a Kiefer Sutherland y a la española Paz Vega.

Todas le deben inspiración, estética y colorido a la hiperestilizada 300 (2006), una adaptación de la batalla de las Termópilas basada en un cómic de Frank Miller. Su precuela, que ha sido dirigida por Noam Murro, se estrena esta hoy. La original recaudó más de 450 millones de dólares (326 millones de euros) en todo el mundo. Rise of an Empire narra el ascenso al poder del líder persa Jerjes desde la muerte de su padre Darío por las heridas recibidas en la batalla de Maratón contra los persas.

Snyder recupera la estética generada por ordenador y las escenas de acción ralentizada que hicieron famoso al original. Con Sullivan Stapleton como el líder griego Themistocles y Eva Green como Artemisia, el reparto incluye a Lena Headey (Cercei Lanister en Juego de Tronos) y el brasileño Rodrigo Santoro (Paulo en Lost).