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¿Por qué no se habla de cultura en campaña?

El debate electoral "a nueve" de RTVE fue visto por 2,3 millones de personas

Paula Corroto

Ocho apellidos catalanes, Albert Camus, un poquito de Kant (con gazapo incluido) y poco más. Hasta la fecha, esto es lo que ha aparecido sobre cultura en la campaña en la que se dirime el voto el próximo 20D. El nombre de una película y alguna cita filosófica. Un bagaje muy escueto. Más allá de los propios debates sectoriales organizados por la Unión de Actores y otras asociaciones culturales, ninguno de los candidatos a la presidencia ha hablado sobre la situación de los trabajadores del sector, el ya famoso IVA cultural, que afecta tanto a profesionales como ciudadanos, la necesidad de una ley de mecenazgo o la situación de nuestro patrimonio histórico. Asuntos que, si no aparecen, no existen.

Tampoco extraña. En la política española es habitual que la cultura no consuma minutos. Ni siquiera lo hace en el debate sobre el Estado de la Nación. Todo lo contrario a lo que sucede sobre todo en Reino Unido donde son normales los debates sobre cultura, no ya entre los responsables políticos de este sector, sino incluso entre los propios candidatos, como sucedió en las pasadas elecciones. En ellas se les pudo observar ofreciendo sus propuestas para las artes y la cultura, si bien la mayoría de las veces relacionado con la educación. No obstante, la BBC -la cadena pública- se encarga de que estos asuntos no queden debajo de la alfombra y las instituciones culturales organizan debates en directo sobre ellos. Durante la legislatura también se suelen suceder debates de este tipo.

La pregunta, por tanto, es perentoria. ¿Qué sucede en España para que este sector, que supone el 3,4% del PIB y ocupa a más de 400.000 personas, no tenga interés para los candidatos? ¿Por qué, si es un asunto importante en otros países europeos, en España no llega más allá de una cita de Ocho apellidos catalanes para hablar de pluralidad nacional? Para hallar una respuesta, eldiario.es ha consultado a los responsables de cultura y programas políticos de los principales partidos. Todos han respondido, excepto Ciudadanos.

Un poquito de autocrítica

En este sentido, el único que hace autocrítica es el partido socialista. “Es cierto, no lo introducimos en los grandes argumentos”, confiesa Iban García del Blanco, secretario federal de cultura del PSOE, pese a que, como el resto de partidos, también ofrece propuestas culturales en su programa. Para él, obedece a una cuestión de dinámicas históricas como país: “Tenemos diferenciales con otros países de la Unión Europea y este es uno de ellos. En Francia la cultura forma pare del país, y en Reino Unido hay estrategias específicas. Aquí, sin embargo, hemos tenido 40 años de dictadura en la que nunca se hizo política cultural y eso pesa”.

En este punto coincide con Marga Ferré, secretaria de Elaboración Política y Programas de IU Federal, para quien “la cultura en este país nunca ha sido nunca una política de Estado y eso obedece a 40 años de franquismo y censura que destrozaron el empuje de la cultura española. Después, la Transición lo convirtió en una pseudocultura con la política errática de subvenciones del PSOE”.

Desde Podemos, sin embargo, apelar al franquismo y la dictadura parece que huele un poco a naftalina. Al menos así lo deja entrever Eduardo Maura, miembro de la secretaría política, quien señala que esa “desaparición” de la cultura obedece a “la dinámica tradicional que pone a la cultura al margen y eso aún no lo hemos podido vencer. Yo encuentro que mucha gente sigue anclada en ese viejo formato”. En definitiva, para Podemos, cosas de vieja política.

Por supuesto, tanto PSOE, como IU, Podemos y el PP destacan que sus candidatos sí están haciendo todo lo posible para que se hable de cultura. Aunque aún no les hayamos escuchado.

Crítica a los medios

Dictadura, franquismo, inercias históricas y otro motivo que también aleja la culpa de los partidos: los medios de comunicación y la estructura de los debates electorales. Así lo reconocen todos. Como apuntala Maura sobre el debate del 7D, “el propio formato hacía difícil hablar de cultura”.

Su crítica se suma a la de Julio Lleonart, portavoz de cultura de UPyD, cuyo candidato sí participó en el debate a 9 de TVE. Según recalca, “nos hemos convertido en esclavos de la escaleta. Los debates televisivos vienen marcados por bloques y no tienen ningún tipo de hueco, y como son varias personas se hace difícil meter la cuña de la cultura. Por parte de la tele no tiene cabida, en ninguno de los que se ha celebrado tuvo hueco”.

Y por la misma línea apunta Alberto Gutiérrez Alberca, portavoz de cultura del Partido Popular en el Senado: “En los grandes debates, el formato ha sido de libre elección. No se ha encorsetado en ningún momento y han sido los moderadores los que han marcado el camino”. También hay que recordar que Mariano Rajoy no ha participado en ninguno de estos grandes debates.

Ahora bien, pese a los bloques de preguntas, y precisamente porque no se han encorsetado, es posible pensar que los candidatos tienen cierta autonomía. Es más, todos hemos escuchado respuestas que a veces no tienen mucho que ver con la pregunta. ¿Por qué entonces, como lo define Lleonart, no se introduce la cuña cultural? Maura da su clave: “Cuando se preparan los debates, las cosas que más cerca tocan son la fiscalidad y la economía de la cultura, el IVA y el estatuto del artista y tal, pero la previsión que uno hace de los debates siempre es según lo que se espera de los rivales, y ahí es complicado. También es verdad que la propia cultura no ha sabido estar cerca del debate, no hemos sabido ocupar el lugar el debate”. Por tanto, si nadie va a tocar el tema, mejor no abundar en el asunto.

En una dirección muy parecida apunta Gutiérrez Alberca, del PP. Lo importante es la economía. “En los grandes debates en estos momentos lo que prima es la situación económica, y en las peticiones de debate que tenemos se nos pide que comparezcamos con cuestiones de economía, pensiones o ley de dependencia. Nosotros somos parte de la sociedad y si mayoritariamente prima la situación económica, nos ceñimos a eso”, sostiene el senador, si bien también recalca que hay cuestiones que sí han salido en campaña como las ayudas al cine o el tema del patrimonio con el descubrimiento del galeón San José.

Pero aquí, cuando la mirada se cierne tanto sobre la economía, obra su presencia otra cuestión peliaguda: qué creen los candidatos que la ciudadanía entiende por cultura. Para Lleonart ese es uno de los principales desajustes: “Los ciudadanos no somos conscientes del tema de la cultura. Hay muchas personas que lo entienden como ocio. Con las diversas reformas educativas nos hemos cargado la visión de la cultura. Y al final los medios responden a lo que les va a dar más audiencia”.

Los temas “inexistentes”

Y, sin embargo, aunque ninguno de los candidatos haya dicho absolutamente nada de cómo piensa subvencionar el cine, el teatro, cómo va a ser su política de edificios culturales -una gran sombra en la última legislatura como se ha podido saber con casos como el del Palau de la Música o la Ciudad de las Artes de Valencia- todos los responsables políticos de este sector reconocen que hay temas que sí deberían estar muy presentes en la campaña.

García del Blanco, del PSOE, indica que “a lo que se da la visibilidad es a lo que la ciudadanía le da importancia. Y el IVA afecta al ciudadano. Pero hay otros muchos temas como la protección de los derechos de autor o la introducción de las materias artísticas en la enseñanza”, que quedaron fuera con la LOMCE.

Este último asunto coincide de pleno con UPyD. Además de la recuperación de las enseñanzas artísticas, Lleonart sostiene que debería abordarse “el tema de la estabilidad y transformar la industria en algo potente que dé cabida a los emprendedores. Y, sobre todo, la bajada del IVA cultural, que nosotros proponemos al 4% para que deje de ser ocio”.

Desde IU, Marga Ferré manifiesta que hay un asunto que no se ha tocado y debería ser perentorio y es que la cultura “ha sido muy atacada por la Ley de Régimen Local. Y luego hay que entenderlo como sector industrial y eso hay que hacerlo desde el sector público. Francia, con el tema de la excepcionalidad cultural, es el modelo”.

Para Podemos, Maura sostiene que aunque “se está hablando un poquito del IVA y del Estatuto del artista, echo de menos la formación de públicos y la generación de dinámicas de la cultura en la educación. Y sería importante la cultura en el ámbito de las relaciones exteriores. Pero, claro, si un partido lo hiciera quedaría en el vacío”.

Finalmente, para el PP debería tocarse más el asunto de la Propiedad Intelectual, que ha quedado en segunda fila. “En este momento es fundamental hablar sobre la propiedad intelectual. Hay que tomar conciencia porque ahí es donde nos jugamos mucho”, admite Gutiérrez Alberca.

Queda una semana para que la cultura forme parte del debate. El socialista García del Blanco ya se ha comprometido a ello: “Lo he hablado con el equipo de campaña y en este último debate de Pedro Sánchez con Rajoy [lunes 14] queremos que sea uno de los puntos importantes. Queremos confrontar a Rajoy con ello. Es verdad que los debates están my estructurados, pero tengo el convencimiento de que a Pedro le encantaría hablar sobre eso”. También Gutiérrez Alberca, del PP, cree que Mariano Rajoy, en el único gran debate en el que participará, hablará de este asunto. Habrá que estar atentos a si, por fin, aparece la cuña cultural.

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