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“Casi 40”, road-movie generacional de Trueba a favor de las pequeñas cosas

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EFE

Málaga —

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Cinco años después de ganar seis goyas con “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, David Trueba presenta en el Festival de Málaga su nueva película, “Casi 40”, una road-movie generacional donde reivindica las pequeñas cosas y a todos los que “no están en primera línea”.

“Vivimos en un tiempo donde las apariencias importan más que las verdades y donde la pose de la felicidad es más importante que tener una vida plena; eso -considera el director- genera ansiedad y transmitir una cara amable, vitalista y feliz convierte en aguafiestas al que reconozca que lo pasa mal; es el triunfo de la superficialidad”.

En una multitudinaria rueda de prensa y después de recibir los primeros aplausos del día (la película se proyectó a las nueve de la mañana) Trueba ha derrochado ingenio y metáforas para explicar que necesitaba hacer esta película “con libertad” y fuera de los corsés de la industria que hoy “te quiere quebrar”, ha señalado.

“Trabajar con libertad tiene un coste, significa situarte un poco al margen”, comenta el director.

“Lo que pasa hoy con el cine tiene que ver con una cierta sensación de inercia. El cine pasa hoy por la implicación de tres canales de televisión en los proyectos, Tres despachos para decidir sobre los gustos de 45 millones de habitantes parece poco -ironiza Trueba-, así que, vamos a darle más salsa al guiso”.

Así, “Casi 40” es un plato agridulce, cocinado a fuego lento, aderezado con música y diálogos sin un solo lugar común, con la gracia de las reflexiones tan naturalmente dichas por los personajes.

En la película, como en la anterior “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, la música tiene una enorme importancia, no sólo porque la excusa para esta road-movie es la presunta vuelta de Lucía a los escenarios, sino porque las canciones hilvanan todos los recuerdos que tienen juntos.

Trueba reconoce que el origen son siempre “obsesiones personales”, pero en este caso se sumó el deseo de volver a trabajar con Lucía Jiménez y Fernando Ramallo, los actores de “La buena vida” con la que debutó en el largometraje, veinte años más tarde.

A medida que avanzaba la película fue descubriendo los motivos por los que la hizo; “era -dice- un desafío a las puertas que se te cierran, a las películas que te dicen que no se pueden hacer: yo soy más partidario de hacer que de quejar”.

Cuenta el reencuentro de dos amigos que tuvieron una historia de amor siendo niños; ella se convirtió en una cantante de éxito que dejó su carrera por voluntad propia y él, que ahora vende cosméticos, quiere que ayudar a que ella vuelva a los escenarios y le organiza una gira por España.

Rodada en lugares como Burgos, Plasencia o Segovia, Trueba dice que “Casi 40” también es una reivindicación de que “hay España fuera de las grandes capitales, y de que no todo tiene que pasar por Missouri”, ironiza.

Según el director, “los personajes están en un momento que tiene que ver con el abismo de los 40, pero como simbología, yo tengo ya casi 50. Tengo la sensación de que esas generaciones que vienen detrás tienen que sacudirse ese peso, y si no, cometerá el error de vivir una ficción y eso siempre genera angustia cuando se cae”.

También hay en “Casi 40” una reivindicación de la cultura y de los libros, y de las cosas que nos hicieron felices y que han desaparecido por el vértigo de la inmediatez.

A través de las canciones de Lucía, que ponen voz a la propia historia de Trueba, un repertorio de 'revivals' narran la carrera de la artista hasta que, al final, componen la que da sentido y cierra la cinta, “Casi 40”: “No me mires así, tú tampoco tienes ya 15. La mala vida ya no es lo que era”, dice la letra.

“La música es muy importante para la película y para mi personaje, pero también para mi”, afirma la cantante y actriz, convencida del “poder increíble que tiene la música para manejar sus emociones”.

“Casi 40”, considera Jiménez, “tiene alma, esencia y emoción. Ha sido un proyecto único en mi vida”, ha dicho la actriz.

Para Ramallo, su personaje quiere saber qué fue de su amor; ahora es vendedor de cosméticos y entiende que “la vida le ha hecho que se conforme. A él, el recorrido que le interesa es hacer ese viaje con Lucía; dice que quiere ayudarla, pero creo que lo hace por él”.

La película, ha anunciado Trueba, se estrenará el próximo 29 de junio, “en mitad del mundial de fútbol”, ha bromeado.

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